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Arrecia la pugna entre defensores del patrimonio cultural y comercializadores

El alcalde de Roma lanza, por fin, las obras para salvar al Coliseo

El objetivo de Ignazio Marino es crear el mayor parque arqueológico del planeta

Foto
Vista del Coliseo Romano, en imagen incluida en la página oficial del histórico recinto que se ubica en la capital italiana
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de julio de 2013, p. 5

Roma, 11 de julio.

Muchos romanos no dan crédito: el nuevo alcalde de la ciudad eterna, Ignazio Marino, orquesta toda una revolución en el Coliseo. Y es que finalmente, la restauración tantas veces aplazada y tan necesaria para impedir el desmoronamiento de este emblema de Roma va a comenzar.

A partir de agosto ya no se verán automóviles ni autobuses turísticos en los alrededores del mayor anfiteatro de la antigua Roma. Para el ayuntamiento izquierdista de la ciudad, las nuevas medidas no sólo se dirigen a salvar el Coliseo, sino a acercarse al sueño de crear un gran parque arqueológico en torno al Foro Romano.

Los 6 millones de visitantes que cada año acuden a contemplar esta impresionante construcción del siglo I hace tiempo que sufren un caos aún mayor en la capital italiana: vallas por las obras en una línea de metro que pasa por el Coliseo y el Foro en dirección a la piazza Venecia y un tráfico atronador entre semana alrededor del frágil edificio que necesita con urgencia una rehabilitación.

Aunque en Roma el cierre de una calle provoque de inmediato aún más tráfico intenso, el nuevo alcalde no está dispuesto a dejar que lo frenen: quiere hacer de la cultura y la política medioambiental sus banderas, aunque haya resistencias de los comerciantes que temen por sus ingresos.

Hace dos años y medio desde que el predecesor de Marino anunció un lifting sin precedente del Coliseo, patrocinado por el empresario del calzado Diego Della Valle. Más tarde, los responsables presentaron a los medios sus ambiciosos planes y después llegaron protestas y procesos judiciales.

Aunque algunos aún están pendientes de conclusión, las obras comenzarán este mes. Ocho millones de euros (10.22 millones de dólares) costará limpiar y garantizar la preservación de las arcadas del Coliseo, de 50 metros de altura, y crear un nuevo acceso.

Estamos decididos a hacer realidad un sueño añorado desde hace décadas; lanzamos una operación de enorme valor cultural, dijo el alcalde. Su objetivo es, exagerando un poco, crear el mayor parque arqueológico del planeta, que englobe el área del Coliseo y el Foro Romano. Los romanos, escépticos por experiencia, tendrán que ver primero si realmente sale adelante.

La segunda fase de las obras también asestará otro duro golpe al tráfico de la capital: la mitad de la calle que une el Foro desde el Coliseo a la plaza Venecia sólo podrá ser transitada por autobuses urbanos y taxis, pero despacio.

La tercera etapa llegará con el cambio de año: se prevé ampliar la acera de tres a seis metros en la Via dei Fori Imperiali, planeada en su día por Benito Mussolini, y habrá un carril para bicicletas hasta el parque de Colle Oppio. Está por ver si finalmente el alcalde consigue crear su gran parque arqueológico. Y con ello, por fin, llevar a cabo las necesarias restauraciones.