Opinión
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México SA

México exporta capital

Entra un dólar; salen dos

Barones Forbes en fuga

C

on la novedad de que, gracias al esfuerzo de los llamados grandes empresarios mexicanos (por sus fortunas, no por su contribución al desarrollo nacional) y a pesar de las urgencias internas en materia de inversión, México ha obtenido un nuevo galardón, pues se ha convertido en exportador neto de capitales, renglón en el que los autóctonos barones Forbes destacaron durante la decena trágica panista (con Fox y Calderón en Los Pinos) al exportar alrededor de 230 mil millones de dólares, todos ellos obtenidos en la economía mexicana.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) tuvo a bien informar a los habitantes de este hambriento país que los mega empresarios nacionales, con sus fortunas de ensueño, hicieron posible que durante 2012 México apareció por primera vez en la lista de los inversionistas más grandes del mundo, al colocarse en el lugar 15 en 2012 y escalar 13 puestos frente al año previo (desde el escalón número 28), logrando con ello su mejor posicionamiento histórico; ello debido a que los inversionistas mexicanos colocaron 25 mil 597 millones de dólares en el exterior (monto que equivale a 1.3 veces el presupuesto de la Secretaría de Educación Pública para 2013), superando por un amplio margen a la inversión foránea que el país recibió. De esa forma, México se convirtió en un exportador neto de inversión extranjera directa (IED). Más aún, entre los países latinoamericanos, México fue el que más invirtió en el exterior (léase el que más capital “exportó).

Tanto que desde el gobierno se presume la llegada de inversión extranjera directa como sinónimo de confianza en México y sus instituciones, para que al final de cuentas los empresarios autóctonos marca Forbes saquen del país la rebanada más gruesa de las utilidades que obtienen aquí, en nuestra economía a la que si algo le urge es inversión fresca, al grado de que dicha exportación duplica la IED recibida, la cual, dicho sea de paso, no llega a generar riqueza, sino a apropiarse de la existente. Como se ha comentado en este espacio, al paso del tiempo México se ha convertido en una fábrica de billetes de exportación, y sus dueños son los de siempre.

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados reportó que en el primer trimestre de 2013, la cuenta corriente de la balanza de pagos registró un déficit de 5 mil 532.2 millones de dólares, más del doble del observado en igual periodo de 2012. En los primeros tres meses de 2013, la inversión extranjera directa representó 33.1 por ciento de la inversión extranjera total. Llama la atención que la IED que capta el país es contrarrestada por la inversión directa de mexicanos en el exterior, la cual fue de 3 mil 707.3 millones de dólares en el primer trimestre de 2013. En pocas palabras, por cada dólar que en el país invierte el capital extranjero, los mega empresarios mexicanos exportan dos.

De acuerdo con la UNCTAD, cuyo más reciente informe es analizado por el CEFP, en materia de captación de IED México retrocedió cuatro lugares de 2011 a 2012, al caer del escaño 19 al 23 en la lista de los principales países receptores de inversión extranjera directa; mientras que otros países de América Latina mejoraron su posición, como Colombia (pasó del 28 al 18), Chile (del 17 al 11) y Brasil (escaló del 5 al 4). Entonces, México recibe menos, pero sus apachados mega empresarios exportan cada día más, al grado de posicionar a nuestro país entre las primeras 15 naciones que más invierten fuera de sus fronteras. ¿Qué es lo que presume el gobierno y de qué confianza habla?

El citado centro de estudios también retoma las advertencia de la Cepal, en el sentido de que en 2012 México sufrió una importante contracción de la IED (una caída de 38 por ciento), incluso el monto fue el más bajo desde 1999. En contraste al desempeño mexicano se notificó que los países de la región siguieron atrayendo flujos crecientes de IED por tercer año consecutivo. De esa forma, América Latina y el Caribe recibió en 2012 un nuevo monto récord de inversión extranjera directa por 173 mil 361 millones de dólares, lo que implicó un incremento anual de 6.7 por ciento.

De cualquier suerte, el CEFP muestra optimismo, pues México se colocó en el lugar siete de entre los destinos a los que previsiblemente llegaría más inversión extranjera directa durante 2013 y hasta 2015, lo que implicó un avance de cinco posiciones a la que ocupó en 2012 (lugar 12), de acuerdo con la encuesta levantada a 159 compañías trasnacionales. Las naciones más atractivas para la IED fueron: China, Estados Unidos, India, Indonesia, Brasil y Alemania.

De acuerdo con el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa 2013, elaborado por la Consultora A.T. Kearney, México ocupó el noveno lugar entre los países de mayor interés para la IED, una posición mejor si se considera que en 2012 el país quedó fuera de las 25 naciones que comprende el índice. Es más, apunta el CEFP, México se posicionó en el cuarto lugar entre los países más atractivos en América; los primeros tres puestos son ocupados por Estados Unidos, Brasil y Canadá (sin embargo, el resultado debe ser tomado con reservas, toda vez que en 2010 México alcanzó el octavo lugar).

La recuperación de la posición de México en el ranking internacional se debe a que los hombres de negocios tienen perspectivas favorables sobre la realización de reformas estructurales enfocadas a incrementar la productividad de los sectores de energía, transporte y comunicaciones. Con base en la información del informe, 25 por ciento de las 302 empresas globales entrevistadas aseguró estar más optimista para invertir en el territorio mexicano, mientras 15 por ciento se manifestó estar más cauteloso. Además, sobresalió el hecho de que la inseguridad pública ya no fue un tema que tomara relevancia en las respuestas, dado que algunas de las empresas afirman que sus operaciones en México no se ven afectadas de manera significativa.

El problema es que de nada sirve recibir un dólar para que el capital foráneo no añada valor a la economía, sino que compre lo ya existente, y al mismo tiempo que los autóctonos exporten dos dólares, generados internamente. Así, el balance siempre será negativo por los dos lados.

Las rebanadas del pastel

Lo dicho: séptimo mes del año, séptimo gasolinazo al hilo. Y de la refinería Bicentenario ni un tornillo colocado.