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Sesenta millones de estudiantes presenciaron la transmisión en vivo desde el Tiangong-1

Astronauta china impartió una clase de física desde el espacio

La conferencia evidenció el drástico contraste en acceso a la educación entre áreas rurales y urbanas

Wang Yaping habló a los niños y jóvenes sobre gravedad cero y leyes de Newton con demostraciones, que en una primaria de la provincia de Hebei sólo pudieron imaginar

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Un pequeño atiende desde su iPad la clase de ciencia básica impartida por Wang YapingFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de junio de 2013, p. 2

Beijing, 20 de junio.

Mientras veía una transmisión en vivo de la clase de ciencia dada esta mañana por una astronauta a bordo del módulo espacial Tiangong-1 de China, Wang Lutian dibujaba en clase un cohete colorido con sus crayones. La Luna... las estrellas... un cohete que va al cielo, explicó Wang con entusiasmo su trabajo.

El niño de 10 años de edad con discapacidad mental estudia en una escuela especial en el centro de Beijing. Wang y más de 100 estudiantes discapacitados observaron la clase presentada por la primera maestra de China en el espacio, Wang Yaping, quien forma parte de los tres tripulantes de la nave espacial Shenzhou-10, que fue lanzada el 11 de junio y que se acopló al Tiangong-1 el 13 de junio. Cuando los tres astronautas aparecieron en la pantalla de televisión, los niños empezaron a aplaudir efusivamente.

La astronauta habló sobre el movimiento en ambientes con microgravedad y la tensión de la superficie de los líquidos en el espacio, así como sobre los conceptos de peso, masa y las leyes de Newton.

Ventana abierta al universo

Apoyó su presentación con diversas demostraciones. ¡Cero gravedad!, gritó el estudiante Qian Shaohong cuando vio al astronauta Nie Haisheng flotando con las piernas cruzadas en una posición de meditación.

El niño autista continuó explicando claramente a sus compañeros el proceso de lanzamiento de una nave espacial mientras desarmaba un modelo de nave espacial en su mesa. Algunos de nuestros estudiantes han mostrado gran interés en la ciencia espacial. Hace varios días me preguntaron si podrían ver la clase que se presentaría desde el espacio, dijo Zhang Yini, un maestro de la escuela.

El conocimiento científico ha ayudado a abrir una ventana para que los niños conozcan el mundo, dijo Zhang. La conferencia también generó entusiasmo por el universo y la ciencia entre los jóvenes que viven en el techo del mundo: la región autónoma del Tíbet. “Me impresionó mucho la demostración de la ‘bola de agua’ que ilustró la tensión de la superficie del agua en un ambiente sin gravedad. Realmente es increíble”, dijo Rigzin Jigme Doje, estudiante de secundaria en Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China.

Doje se describió como amante de la física y dijo que la clase fortaleció su sueño de volverse especialista en esa materia.

La clase también hizo que otros escolares tibetanos relacionaran el mundo misterioso del espacio exterior con su tierra natal. Algunos de ellos plantearon preguntas como ¿puede crecer el hongo de la oruga (valiosa medicina tradicional) en el espacio? y, ¿si se lanza una nave espacial desde el Tíbet, llega más rápido al espacio? Mientras 60 millones de estudiantes y maestros de 80 mil escuelas de educación media de todo el país observaban la clase en la televisión, el director Yue Deming y sus estudiantes de la Escuela Primaria Zhangjiagou se perdieron la experiencia. No podemos costear un aparato de televisión, mucho menos equipo educativo de alta tecnología, como telescopios, dijo Yue, quien también es el único maestro en la escuela aldeana en la provincia de Hebei.

Sin embargo, Yue de 57 años de edad, ofreció esta mañana a sus 18 estudiantes una clase simplificada sobre el espacio. ¿Si tuvieran la experiencia de explorar el universo, qué harían primero?, preguntó.

Para nosotros el Sol es tan pequeño como un plato. Me pregunto cómo se ve la Tierra desde el espacio, dijo el estudiante He Jiayue. La estudiante Bai Jingyi dijo que sueña con caminar en la Luna algún día. Mi libro de cuentos dice que Change (un hada del folclor chino que vuela a la Luna) y un precioso conejo viven allá. Quiero jugar con ellos, comentó. Mientras los niños de la Escuela Primaria Zhangjiagou imaginaban el espacio en sus mentes, 330 estudiantes seleccionados en una importante secundaria de Beijing pudieron interactuar con Wang a través de un sistema de video en vivo.

El drástico contraste en acceso a la educación entre estudiantes de las áreas rurales y urbanas refleja el desarrollo desequilibrado de China, dijo Gu Li, un investigador dedicado a la educación primaria y secundaria de la provincia de Jiangsu, este de China. La educación de ciencia básica es un deber para los jóvenes en la actualidad. Pero en China sigue siendo un sueño distante para los niños con desventajas, dijo Gu, al referirse a quienes emigran con sus padres, viven en la pobreza o tienen discapacidad. Wang Lihong, un trabajador social de una organización no gubernamental de Beijing que ofrece asistencia a la población migrante dijo que muchas escuelas para hijos de trabajadores migrantes necesitan aparatos de televisión, computadoras y proyectores para facilitar la enseñanza.

Urgió al gobierno a que impulse la accesibilidad de los niños con desventajas a los museos de ciencia y tecnología y a otras instituciones de enseñanza.