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El América, Ticketmaster y en el estadio informaron que no había entradas disponibles

Agotan los boletos para la final en el Azteca sin abrir las taquillas

En las inmediaciones del Coloso de Santa Úrsula se ofrecen accesos hasta en 4 mil pesos

Revendedores electrónicos piden en redes sociales 8 mil pesos por cada pase

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Desde temprano cientos de aficionados acudieron ayer a las taquillas del estadio Azteca en busca de boletos, pero se encontraron con mantas que informaban que los pases se habían agotadoFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Viernes 24 de mayo de 2013, p. a13

A pesar de que se aseguró que este jueves se pondrían a la venta para el público en general los boletos para el partido de vuelta de la final del Torneo Clausura 2013 entre América y Cruz Azul, esto ya no fue posible, debido a que el estadio Azteca y la empresa Ticketmaster aseguraron que se agotaron las localidades, pero los revendedores ofrecieron las entradas en tres y cuatro mil pesos.

Mediante sus cuentas de Twitter, el estadio Azteca, el club América y el sistema de venta de boletos indicaron que ya no había entradas disponibles, con lo que el lleno está asegurado para el duelo a realizarse a las 20 horas del próximo domingo.

A principio de semana se informó que los días lunes, martes y miércoles los aficionados con tarjeta bancaria patrocinadora del equipo o con la credencial socio americanista podrían adquirir sus entradas con 15 por ciento de descuento.

Asimismo se indicó que a partir de este jueves desde las 11 horas sería la venta al público en general, vía telefónica o por Internet; sin embargo, esta situación no se concretó tras darse a conocer por la mañana que todos los boletos estaban agotados para el duelo definitivo de la final.

Sin embargo, muchos aficionados asistieron a las taquillas del Coloso de Santa Úrsula y se mantuvieron formados a pesar de una manta que advertía sobre los boletos agotados.

En las inmediaciones del inmueble, los revendedores ofrecieron boletos en tres y cuatro mil pesos, cuando su costo fue de 400 y 500.

La vigilancia fue escasa –tres patrullas y unos 20 uniformados dando rondines– y los revendedores se las ingeniaban para ofrecer, en voz baja, los anhelados boletos a los fanáticos, la mayoría de los cuales no llevaba tanto dinero para comprarlos.

La mayoría de los aficionados siguieron formados hasta las 14 horas en espera de la apertura de las taquillas, pero eso no sucedió y entonces empezaron a dispersarse, pero con la idea de regresar el domingo con la ilusión de que ese día sí haya entradas disponibles.

En las redes sociales también había entradas, pero los precios llegaban a 8 mil pesos. El más barato (zona general) lo ofrecían en 3 mil 950 pesos y los preferentes en 8 mil, con la advertencia de que sólo vendían dos por persona, pero eso sí contaban con entrega a domicilio siempre y cuando estuviera en el Distrito Federal.

Además, los revendedores electrónicos también entraban a la ley de la oferta y demanda. Solicitaban a los aficionados su dirección de e-mail y lo que estuvieran dispuestos a pagar y en caso de que su oferta fuera la mejor, ellos se pondrían en contacto con el solicitante.

De acuerdo con el Reglamento de la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos del Distrito Federal en materia de Espectáculos Masivos y Deportivos se estipula que los organizadores deben poner a la venta los boletos en el lugar donde vaya a efectuarse el evento.

El artículo 25 estipula que el titular pondrá a disposición del público los boletos de admisión al espectáculo masivo o deportivo, en las taquillas del establecimiento correspondiente, antes y el día de la celebración del mismo. En ningún caso se podrán vender boletos que excedan la capacidad de asientos del establecimiento.