jornada
letraese

Número 201
Jueves 4 de Abril
de 2013



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate


Sexo, deseo
y milagros

La oferta de los potenciadores sexuales

La necesidad de mejorar la calidad de la vida sexual encuentra una respuesta ideal en los "productos milagro". Basados en el conocimiento popular de plantas que tienen fama de servir para mejorar el desempeño sexual o la fertilidad, tales productos constituyen un mercado cuya dimensión real se desconoce. Si bien no se ha demostrado que son dañinos para el organismo, sí pueden favorecer un riesgo elevado: ocultar problemas serios de salud que tienen sólo como uno de sus síntomas la disfunción sexual.

Rocío Sánchez

"Max passion está amparado con estudios y pruebas científicas, es 100% natural y no contiene sustancias prohibidas". La promesa es muy alta para ser sólo un paquete de chicles, pero Maité sigue leyendo el anuncio en internet. "Creado para estimular la libido, te excita y despierta tu apetito sexual al máximo".
Maité no sufre de problemas sexuales, simplemente busca darle variedad a la vida de pareja. Como no confía en las compras en línea, decide pedirle a Bruno que la acompañe a buscar algún producto afrodisiaco con el que puedan experimentar.

Exploración
La mejor opción para irse por lo "natural" es la herbolaria. Al llegar al mercado de Sonora, tradicional punto de venta en la ciudad de México, preguntan por alguna planta que favorezca la "potencia sexual". Este concepto se ha utilizado durante décadas para referirse a la capacidad masculina de tener y mantener una erección firme, según explica el doctor Eusebio Rubio, presidente de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (AMSSAC).
"El término no se ha adoptado en medicina sexual, los médicos hablamos más de rigidez, de disfunción eréctil, hay otra terminología", refiere, por lo que el término se considera muy impreciso, tanto que prácticamente se ha abandonado en la ciencia. "Pero no importa, porque si se abandona en la ciencia pero se sigue usando en la sociedad, pues el término sigue siendo vigente, aunque los científicos digamos que no debe usarse."
Para el vendedor del mercado, el concepto se entiende bien. La planta más popular para mejorar la potencia es la damiana de California. Tomando una infusión de ésta como agua de uso durante el día, el resultado será una erección fuerte. No usa esas palabras, pero se deduce por el ademán que hace con el brazo en alto y el puño apretado. Al parecer, vale los $80 que hay que pagar por 100 gr. de la hierba.
La damiana aparece en la lista de productos Generalmente Reconocidos como Seguros (GRAS, por sus siglas en inglés) de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos, pues se suele utilizar como saborizante en algunos alimentos. Sin embargo, de acuerdo con la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana –a cargo de la UNAM–, en estudios farmacológicos in vitro sólo se ha comprobado su acción hipoglicémica (para bajar los niveles de azúcar) y antitumoral, lo cual no tiene relación con el uso popular que se le da.

Bueno, bonito y barato
La damiana requiere cierto tiempo de uso para llegar al efecto deseado, así que la siguiente opción para la pareja –treintañera– fueron las sex shops. Los productos que ahí se ofrecen son el sueño de cualquier consumidor: efectos visibles, inmediatos, comprobados, sin contraindicaciones; los llamados "productos milagro".
Sex Fox, Pink Sex Pill, Max Desire o Varón, píldoras para él o para ella. Las que mira Bruno le llaman la atención porque vigorizan, ofrecen "mayor tamaño, mayor placer, mayor duración". Las dirigidas a mujeres sólo mencionan los "orgasmos femeninos", sin mayor acotación, en su empaque, pero dicen que "pueden favorecer la satisfacción y el deseo sexual". El precio de cada pastilla puede parecer alto, $70 en promedio por cada una, pero si los resultados son los enunciados, vale la pena.
Otros productos sólo muestran su descripción en inglés. Maité y Bruno lo entienden, pero al preguntar a la encargada de la tienda cómo se usan, las instrucciones no parecen coincidir con las que están en el paquete. Tampoco hay mucho margen de error, "el paquete trae dos pastillas, te puedes tomar una o las dos juntas", comenta la joven que atiende, junto con su madre, uno de los locales de la plaza Sex Capital, en el centro histórico. "Si te tomas una te sirve para una noche, si te tomas las dos, el efecto te dura hasta 24 horas".
La joven dice que ella y su madre prueban todos los productos que venden, para poder explicarles a sus clientes. Maité opta por la cápsula que, le aseguran, la gente más regresa a comprar. Al parecer, es tan solicitada porque contiene yumbina, una sustancia popularmente conocida por incrementar el deseo sexual en las mujeres.
En realidad, el paquete indica que contiene yohimbe, planta que ha mostrado científicamente cierto efecto en contrarrestar los problemas sexuales causados por el consumo de algunos medicamentos para la depresión. Sin embargo, su ingrediente activo, la yohimbina (de donde deriva el término popular yumbina), está prohibido en México por el artículo 169 del Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios.
Aun así, en su recorrido por el conjunto de tiendas sexuales, la pareja encuentra al menos tres distintas presentaciones de concentrados que dicen ser yohimbina, y que indican que deben ponerse 20 gotas en cualquier bebida para conseguir el efecto deseado. Además, a un precio accesible, pues el frasco de unos 10 ml cuesta entre $30 y $40.
Las prometedoras pastillas que Maité lleva en su bolsa también contienen GABA, es decir, ácido gamma-amino-beta hidroxibutírico, el cual está incluido en la Lista de Medicamentos Controlados –en su combinación con fenobarbital y fenitoína sódica–, publicada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

De todo, como si fuera botica
La mayoría de los ingredientes que las píldoras sexuales dicen contener resultan ser flores, hojas o raíces originarias de diferentes regiones del mundo, a las cuales se ha atribuido un efecto afrodisiaco o de aumento de la fertilidad. Plantas como la propia damiana, la muira puama, la zarzaparrilla, el ginseng, el ginkgo biloba, la maca, el dong quai, el yohimbe y hasta la avena son referidas en ciertas culturas como fuentes de bienestar sexual, lo cual es aprovechado por los fabricantes para promover la eficacia de su mercancía.
"La mayor parte de estos productos contiene medicamentos herbolarios, que tienen la fama o por tradición se dice que funcionan", explica Rubio Aureoles. Si bien algunos de ellos sí han sido sometidos a cierto grado de experimentación científica, como el llamado ginseng rosado, "no tenemos ninguna garantía de que eso sea lo que contiene el producto y además el efecto es muy pequeñito, no es un efecto farmacológico grande".
En todo caso, la mayoría de las marcas puede argumentar que se apega a la ley, pues se ostentan como suplementos alimenticios, además de que incluyen la leyenda "Este producto no es un medicamento, no se destina a diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad". O para otros casos, "El consumo de este producto es responsabilidad de quien lo recomienda y de quien lo usa".
No obstante, las etiquetas no siempre son confiables en este tipo de remedios. De acuerdo con el ex presidente de la Asociación Mundial para la Salud Sexual, se ha encontrado que algunos de los productos no son naturistas, como ofrecen, sino que contienen alguno de los fármacos para combatir la disfunción eréctil (sildenafil, vardenafil o tadalafil). Es un riesgo que hay que considerar, afirma el especialista, pues estos medicamentos tienen una contraindicación importante: no se deben combinar con fármacos para tratar problemas del corazón. Si alguien consume estos productos, no sabrá que está tomando el medicamento, por lo que existe un riesgo potencial. "No podemos afirmar que todos los que se venden aquí en México tienen (estos medicamentos), pero en Estados Unidos se han hecho estudios donde, a la hora que se analiza el contenido del producto, ocurre que tiene sildenafil o tadalafil".

¡Milagro!
El efecto placebo existe y está presente en estudios científicos alrededor del mundo. Ocurre en los pacientes a los que, sin saberlo, se les da alguna píldora que no contiene ningún medicamento, para poder compararlos con los que sí recibieron la sustancia estudiada. "La respuesta positiva al placebo en los pacientes con problemas de erección es de cerca de 30 al 40 por ciento", indica Rubio, doctor en sexualidad humana. Dado que los problemas de erección son resultado de una variedad de factores, "el factor mental juega mucho", por lo que el sentirse más confiado, el pensar que se tiene cierta ayuda, "tiene un poder de mejoría". Así, si en 30 o 40 por ciento de los casos habrá un progreso, esto otorga "una garantía de venta" para los fabricantes.
El mercado de productos milagro para la vida sexual es amplio, pues "el número de personas con problemas de funcionamiento sexual es muy grande también", refiere el especialista. A esto se suma un factor que considera cultural: "todos queremos resolver las cosas con el menor costo y el menor esfuerzo". Las personas buscan sacarle la vuelta a la visita al médico y compran productos con la esperanza de evitar la vía institucional para resolver un problema de salud.
Aquí aparece el otro riesgo, quizás el mayor, de usar los productos milagro, según el médico cirujano: "hay una posibilidad no despreciable de que lo que está causando el problema permanezca sin detectarse". Esto porque las enfermedades que generan dificultades de erección son serias. Si un hombre experimenta los primeros problemas sexuales hoy, es muy posible que dentro de cinco o diez años vaya a tener un problema de infarto al miocardio o de accidente vascular cerebral, aclara Eusebio Rubio. "El riesgo de estos productos no es tanto que sean dañinos, sino que evitan el descubrimiento de lo que está detrás del problema".

A escena
Maité y Bruno destinaron un fin de semana para probar con lo que habían comprado. El color azul intenso y disparejo de la pastilla que le correspondía hizo que Bruno dudara un poco para ingerirla. Los nervios también recorrieron a Maité, pero confió en que el origen natural de sus productos haría todo el trabajo. A pesar de que les dijeron que podían combinar las pastillas con alcohol, prefirieron evitarlo y brindar con jugos, para evadir así cualquier complicación.
Esperaron una hora, como les indicaron, para comenzar. Sólo ella sintió una serie de palpitaciones fuertes en el pecho, pero desaparecieron al cabo de unos minutos. Un poco de hipersensibilidad en el clítoris, lo que hizo más molesto que placentero el inicio de la relación sexual. Bruno no sentía nada en particular. Su pene estaba del mismo tamaño que siempre y la duración de su erección fue la habitual. Recuerda que despertó en la madrugada con una erección, pero tampoco era algo que no le hubiera sucedido antes.
Casi todas las plantas que sus pastillas decían contener son reconocidas también por facilitar la circulación sanguínea y por ser estimulantes, es decir, por favorecer la actividad física.
Después de una noche donde hubo más curiosidad que resultados, ambos tuvieron que pasar el día con un intenso dolor de cabeza que no cedió a los analgésicos.
Eusebio Rubio reconoce que no sabe a ciencia cierta qué es lo que contienen estos productos, pero por lo que ha observado en sus consultas, no son dañinos para el organismo. Tampoco le parece tan grave que las parejas quieran utilizarlos ocasionalmente como parte del juego sexual. Sin embargo, recomienda que, ante la tentación de comprar una de estas píldoras, las personas se detengan a pensar por qué lo quieren hacer.
"Si está con algo que le está dando lata, creo que lo indicado es que esa persona busque ayuda para ver por qué está experimentando el problema", dice. Si se detecta, es posible recetar fármacos que lo solucionen, pero el médico debe ser cuidadoso al prescribirlos. El desempeño sexual, afirma, no puede cambiarse de la noche a la mañana, pero sí puede cambiarse con los medicamentos adecuados. Por lo demás, "la mayor parte, si no es que todas las promesas que hacen esos productos, son un poco sueños guajiros".

SU B I R