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Debate la Suprema Corte de EU la ley que desconoce las bodas entre homosexuales

El matrimonio gay, congruente con la Constitución, afirma Obama

Se espera que los magistrados emitan un fallo hasta junio; los 9 jueces se muestran divididos

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Edith Windson, de 83 años, tuvo que pagar 360 mil dólares en impuestos de herencia cuando murió su esposa en 2009, dinero que no habría erogado si hubiera estado casada con un hombre. Este caso llegó hasta la Suprema Corte de Justicia estadunidense con la finalidad de que el gobierno federal reconozca el matrimonio gay. La imagen, ayer afuera del tribunal en WashingtonFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de marzo de 2013, p. 19

Washington, 27 de marzo.

La Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos se enfrascó hoy en un debate sobre la constitucionalidad de la ley nacional Acta de Defensa del Matrimonio (Doma, por sus siglas en inglés) en vista de que no protege las uniones de las parejas del mismo sexo como las de los heterosexuales. En tanto, el presidente Barack Obama afirmó que reconocer a las parejas del mismo sexo es congruente con la Constitución.

No sólo es correcto y justo, sino consistente con nuestra Constitución reconocer a las parejas del mismo sexo... Eso no significa que todos tienen que estar de acuerdo desde el punto de vista religioso, pero es importante recordar que todos deben ser iguales ante la ley, dijo Obama.

La Doma fue elaborada para excluir a parejas del mismo sexo legalmente casadas de los beneficios federales con el argumento de desaprobación moral, denunció ante los jueces Donald Verrilli, procurador general estadunidense que busca la anulación de la ley.

Los defensores argumentan que es necesario tener una definición federal del matrimonio para garantizar una uniformidad, en vista de las diferencias de las leyes estatales.

Bill Clinton se deslinda de la Doma, que firmó en 1996

En 1996 el entonces presidente Bill Clinton firmó la ley. La normativa define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y prohíbe al gobierno federal ofrecer beneficios –fiscales, entre otros– o reconocer a las parejas homosexuales incluso aunque estén casadas legalmente según la ley de su estado. Clinton declaró públicamente este mes que ya no la respalda.

El Departamento de Justicia del actual gobierno ya dijo el año pasado que no defendería la normativa ante los tribunales, aunque la tiene que seguir aplicando mientras no sea anulada.

Las parejas homosexuales que quieren contraer matrimonio en Estados Unidos afrontan en la actualidad un entramado de leyes estatales que hacen que sus opciones difieran mucho dependiendo de dónde vivan. Sólo nueve estados, más el Distrito de Columbia donde se ubica la capital, Washington, permiten en la actualidad el matrimonio gay, si bien éste no es reconocido a nivel federal, problema de fondo que llega ahora a la Suprema Corte. Además, 38 estados prohíben este tipo de uniones.

Los defensores del matrimonio gay que han llevado este asunto hasta el tribunal supremo esperan que los nueve jueces determinen que los matrimonios entre personas del mismo sexo están protegidos por la Constitución estadunidense, en una decisión que llegará probablemente en junio.

Los detractores, a su vez, quieren que la Suprema Corte proteja la definición tradicional del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

Tras escuchar este miércoles los argumentos de ambas partes, los jueces del máximo tribunal centraron sus preguntas en la cuestión de si la Doma crea un sistema de matrimonio de dos clases, al reconocer unos estados las uniones homosexuales mientras otros, al igual que el gobierno federal, no lo hacen.

La magistrada Ruth Bader Ginsburg, del ala liberal, subrayó hoy que el reconocimiento de un matrimonio afecta todos los aspectos de la vida y que, por tanto, si existen diferentes definiciones queda algo así como un matrimonio entero y otro descremado.

El juez Anthony Kennedy, considerado clave porque podría constituir el voto que incline la balanza, se preguntó si el gobierno federal debería ser capaz de definir lo que es el matrimonio o si esto es algo que compete exclusivamente a los estados.

El caso que llegó hoy a la Suprema Corte ha sido especialmente destacado por los medios.

Se trata del caso de Estados Unidos contra Edith Windsor, una mujer de 83 años de Manhattan, Nueva York, cuya pareja durante 40 años y esposa legal durante seis –se casaron en 2007 en Canadá– murió en 2009.

Por ser una pareja homosexual, es decir, no reconocida a nivel federal, Windsor tuvo que abonar más de 360 mil dólares en impuestos de herencia, algo que no habría sido necesario de haber estado casada con un hombre. Este caso de impuestos es el que ha convertido a esta anciana en una de las abanderadas del movimiento por los derechos de los homosexuales.

A la salida de la audiencia Windsor se declaró bastante optimista. Estuvo bien, los jueces hicieron preguntas directas, no sentí ninguna hostilidad, fueron muy respetuosos.

Aunque su caso oficialmente tiene un trasfondo fiscal, Windsor defendió la importancia de lograr un reconocimiento más amplio, el del concepto de matrimonio que, afirmó, cambia la vida a todos, sin importar las preferencias sexuales.

Tras la boda todos nos trataban de manera diferente, el matrimonio es algo mágico, sostuvo Windsor.

Los analistas no se atreven a adelantar cuál será la decisión de la Suprema Corte. Ya al discutir la víspera el primero de los dos casos que deben analizar, la Proposición 8 que revirtió en California los matrimonios gay, los magistrados mostraron una profunda división de opiniones que no permite aventurar la ventaja de ninguna de las partes hasta el momento.