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Se gana menos de lo que se paga: Marabal; la taquilla es insuficiente, revira Dany Boon

Queja de productor por altos sueldos de actores franceses desata polémica
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Baby y Nepal son dos elefantes de 40 años que padecen tuberculosis y a los que defiende la ex actriz y activista Brigitte Bardot, quien pretende seguir los pasos de Gerard Depardieu –exiliado en Rusia–, a menos de que Francia detenga la eutanasia programada para estos paquidermos del zoológico de Lyon. La diva de la pantalla de los años 60 dice que las autoridades han hecho caso omiso de sus numerosas propuestas para salvarlos, por lo que busca sostener una audiencia con el presidente Vladimir Putin, quien a menudo se presenta como defensor de la vida animalFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de enero de 2013, p. a10

París, 7 de enero. A menudo, Francia se considera modelo en la industria del cine. Fluye el dinero para producciones y coproducciones, pero también en los abultados honorarios de sus estrellas. Los actores franceses ganan demasiado, sentenciaba recientemente Vincent Maraval, uno de los empresarios más importantes del país en el ramo.

El motivo de su enfado es que, en el caso Depardieu, nadie ha cuestionado los altísimos sueldos de los grandes actores franceses.

A finales de diciembre, en el diario Le Monde, Maraval hablaba de su enojo y planteaba una propuesta: un sistema que limite los sueldos máximos a 400 mil euros más reparto de beneficios según el éxito de la película. Y desde entonces, la polémica está viva en el cine francés.

Exigen demasiado

Para el director ejecutivo de Wild Bunch, una de las principales productoras del mundo, los elevados honorarios de las estrellas francesas se han convertido en un problema. Las películas resultan muy caras, porque sus actores exigen demasiado.

Por ejemplo, el productor de Ciudad de Dios o Che, el argentino nombra al actor Dany Boon: “3.5 millones de euros por Un plan perfecto. La taquilla no basta para pagar su sueldo”. Y un millón de euros por un par de minutos en la última película de Astérix, añade en su carta abierta a Le Monde.

La respuesta del actor y humorista no tardó en llegar. Me entristece lo que dice Vincent Maraval. A veces, las cifras no cuadran, explica Boon. Dice que recibió 600 mil euros por su trabajo en Astérix, y no un millón. Desde su éxito en la comedia Bienvenidos al norte (2009), el actor reside en Los Ángeles.

Según Maraval, Francia se sitúa a la cabeza en la lista de las producciones más caras, por detrás de los estudios estadunidenses.

Diez veces menos ingresos, pero salarios cinco veces más altos, esa es la realidad económica del cine francés, escribe acalorado. Según él, las películas francesas cuestan, en promedio, 5.4 millones de euros, mientras una cinta independiente estadunidense, unos tres millones.

Su enfado tiene base económica: participó en Astérix y Obélix al servicio de su majestad, y perdió dinero. Las más recientes aventuras del famoso galo no fueron acordes con sus elevados costos de producción, que ascendieron a 60 millones de euros: poca taquilla y salarios demasiado altos. Gran parte se la llevó el Obélix Gérard Depardieu, y otra la participación de estrellas como Catherine Deneuve o Dany Boon.

En 2008, la cineasta y guionista Pascale Ferran intentó en vano apuntar la cuestión. Maraval dice lo que nadie se ha atrevido a decir. El cine comercial ya no sigue las leyes del mercado y a menudo deja de ser rentable.

La autora de Lady Chatterley celebra el debate en el diario Libération. La relación costo-rendimiento en años recientes prácticamente sólo ha funcionado en pequeñas películas de autor, como Declaration of War o L’Esquive, añade.