Opinión
Ver día anteriorLunes 26 de noviembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Desde el Otro Lado

Después de todo, no son tan malos

C

ualquier duda sobre la importancia que el voto de la comunidad latina tuvo en la reciente elección para que el presidente Barack Obama se religiera, se disipó con las declaraciones que más de un alto dirigente del Partido Republicano hizo sobre la necesidad de aquilatar el verdadero significado de ese sector de la población para el futuro de ese partido. Por lo pronto, algunos de ellos han llamado a revisar la actitud republicana en torno a la reforma migratoria.

En este contexto, la Organización de Funcionarios Latinos Electos expresó su satisfacción porque la creciente participación de ese sector también se plasma en una ganancia neta en el Congreso. Un nuevo senador fue electo, por lo que ahora los latinos contarán con tres. Seis nuevos representantes fueron elegidos, por lo que ahora habrá 28 latinos en la Asamblea de Representantes. Si bien su participación en las elecciones no se ha traducido aún en una representación proporcional en el Congreso, lo más importante es que su presencia es cada vez más significativa en la actividad pública y privada de la vida en este país.

Desafortunadamente, ese crecimiento no se ha traducido en mejores condiciones salariales. Los latinos, o buena parte de ellos, están empleados en trabajos de baja calificación, en los que reciben remuneraciones que en promedio están 30 por ciento por debajo de las que recibe la población blanca y 10 por ciento de la población negra, según informe del Departamento de Trabajo. Una de las razones es el bajo nivel educativo, particularmente de la población de origen mexicano que, incluso, está por debajo del de centroamericanos y sudamericanos, según un revelador artículo que Jorge Durand escribió en estas páginas hace algunas semanas. Por eso es importante que cada vez más legisladores de origen latino lleguen al Congreso. Su presencia garantiza no sólo una gestión para mejorar condiciones de vida y mayores recursos para sus comunidades, sino también es un ejemplo y un aliciente para que los jóvenes de origen latino aumenten su participación en actividades de la vida pública. Sin lugar a dudas, una de las consecuencias del incremento de su participación política es la reacción de quienes siempre han obstaculizado una reforma integral que incluya un capítulo para regularizar la situación migratoria de millones de indocumentados. Como atinadamente se dijera en un editorial del New York Times, al día siguiente en el que los latinos y asiáticos rechazaron por un margen de tres a uno al candidato y al partido que prometió deportarlos, los republicanos súbitamente descubrieron que, después de todo, los migrantes no son tan malos.