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La caravana en busca de desaparecidos acusa atracos y cierre de refugios en el Edomex

Llaman a Peña Nieto a frenar los abusos en contra de migrantes centroamericanos

Una nicaragüense logrará rencontrarse con su hijo en Veracruz luego de 32 años

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La Caravana de Madres Centroamericanas de Migrantes Desaparecidos arribó ayer a Lechería, estado de México, y posteriormente se trasladó al Distrito FederalFoto Moysés Zúñiga y Carlos Cisneros
Corresponsales
Periódico La Jornada
Sábado 27 de octubre de 2012, p. 12

Jalapa, Ver., 26 de octubre. La nicaragüense Teodora Ñaméndiz, una de las integrantes de la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos en su Tránsito por México, localizó a su hijo, Francisco Cordero, a quien después de 32 años lo volverá a ver el próximo lunes en Tierra Blanca.

Rubén Figueroa, defensor de los derechos humanos y vocero del Movimiento Migrante, quien realizó varias diligencias en Veracruz, informó que el jueves localizó en la colonia Nuevas Esperanzas, del puerto de Veracruz, al hijo de Teodora Ñaméndiz.

Ella se encuentra actualmente en la ciudad de México, viajó de Nicaragua con la esperanza de encontrar a su hijo en la caravana de madres Liberando la Esperanza, y ya realiza los trámites para viajar a Veracruz y rencontrarse con su familiar.

Cordero Ñaméndiz dijo que peleó por parte del gobierno de su país en la guerra sandinista, razón que prácticamente lo obligó a huir y abrirse paso en otro lugar, lejos de su familia.

En entrevista, el migrante nicaragüense recordó que dejó su nación cuando tenía 17 años. Pasó por Guatemala, Chiapas, Oaxaca y finalmente Veracruz, en donde se estableció y comenzó a ingerir alcohol.

Ahora tiene 52 años y explicó que lleva seis años sin probar el licor. Tiene esposa, hijos y nietos; de su primera esposa se separó.

Cuando llegué, les mandaba cartas, me las respondían, pero después comencé a tomar y tomar, y lo perdí todo; cuando quise retomar las cartas, creo que mi familia se cambió de domicilio, y me las regresaban, relató Francisco Cordero.

Añadió que después de varios años llegó a pensar que su madre ya había muerto, y dejó de enviar las misivas.

Después de tener noticias de que su madre lo ha buscado, el nicaragüense se dijo emocionado de poder reunirse con ella en Tierra Blanca, al sur de Veracruz; espera contarle lo que ha hecho en la vida.

Mientras tanto, la tarde de este viernes la caravana llegó al municipio de Tultitlán, estado de México, y de ahí se dirigió a Huehuetoca, ambas demarcaciones son paso obligado de indocumentados que ingresan a territorio nacional por el sur del país y se dirigen a Estados Unidos.

¡Vivos los queremos!

¡Vivos se vinieron, vivos los queremos!, gritaron las madres provenientes de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, que a las 16:30 horas llegaron en dos autobuses a la zona de vías del tren, ubicadas debajo del puente vehicular San Antonio, del barrio La Concha, a casi a dos kilómetros de donde este año fue cerrado un refugio migratorio.

En su recorrido por México, las integrantes de la caravana programaron cinco encuentros con igual número de viajeros que fueron localizados en territorio nacional; dos de estos acercamientos se realizaron en Tabasco y Tamaulipas, y en los próximos días habrá otros en el Distrito Federal –donde llegaron esta noche–, Veracruz y Chiapas, informó Martha Sánchez Soler, representante del Movimiento Migrante Centroamericano (MMC), que viene al frente del contingente.

Entre 2000 y 2012 se integraron 8 mil expedientes de igual número de migrantes centroamericanos que son buscados por sus familiares. Se trata de personas que en algún momento se tuvo pista de ellos; tenemos nombres y actas de nacimiento, refirió.

Según estimaciones del organismo, al menos 70 mil migrantes están considerados como desaparecidos, son personas de las que no se sabe nada desde que salieron de sus países, y a diferencia de los anteriores, no se tuvo contacto alguno.

El MMC hizo un llamado al presidente electo, Enrique Peña Nieto, para que a escala nacional no se repita la política migratoria del estado de México, caracterizada por el cierre de refugios y atraco de migrantes, y pugnaron por una política humanitaria y de respeto a los derechos humanos.