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Anuncian maratón de lectura de su obra, discusiones sobre su legado y vigilia en su tumba

Faulkner murió hace 50 años; Europa no hizo un buen mundo de EU, decía

Fue reconocido en su país natal hasta que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1949

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La máquina de escribir y el escritorio del narrador en su casa de esa ciudad, convertida en museo por la Universidad de MisisipiFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de julio de 2012, p. 7

Nueva York, 4 de julio. Ser comparado con William Faulkner (1897-1962) es un honor para cualquier escritor. Truman Capote, Cormac McCarthy, T.C. Boyle y otros escritores fueron comparados con él. Los críticos europeos llamaron alguna vez al autor, nacido en el sur de Estados Unidos, el mayor novelista de este país del siglo XX. En su patria, sin embargo, no logró reconocimiento hasta que obtuvo el Nobel de Literatura, en 1949.

Autor de 19 novelas, unos 100 relatos y guiones de algunos clásicos de Hollywood, Faulkner falleció en una institución para alcohólicos.

Este viernes, 6 de julio, se cumplen 50 años de su muerte.

La Faulkner Society, un club de profesores de literatura, colegas y admiradores del escritor sureño, recordará su muerte en Oxford, ciudad del estado de Misisipi. Allí creció Bill; allí se casó con su amor de juventud, Estelle, y trabajó en su granja Rowan Oak. Aquella señorial casa blanca con la fachada con columnas fue transformada en un museo en 1972 por la Universidad de Missisipi. Y es allí donde se reunirá la Faulkner Society en el aniversario de su muerte para realizar un maratón de lectura, discusiones sobre su legado y una vigilia con velas delante de su tumba.

Desde Henry James, ningún otro escritor dejó un legado tan grande y duradero de la fuerza de la literatura estadunidense, dijo alguna vez sobre Faulkner el entonces presidente John F. Kennedy. Y cuando falleció, el novelista y dramaturgo suizo Friedrich Dürrenmatt señaló: Para mí, acaba de morir el más grande escritor de todos los tiempos.

Según su partida de deceso, murió de un infarto de corazón en Oxford a los 64 años. Al parecer, Faulkner se había dado de nuevo a la bebida tras un accidente de equitación y pasaba sus últimos días en un sanatorio en Byhalia, Misisipi.

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Tumba del novelista William Faulkner, en Oxford, MisisipiFoto Ap

Que haya sido justamente un caballo el que precipitara su final no está exento de ironía: Faulkner era un tradicionalista que odiaba los automóviles. Al parecer, estaba en el campo abonando sus tierras cuando se enteró de la noticia de su premio Nobel.

Dado que a los Faulkner les faltaba a veces el dinero, el escritor sembraba y cosechaba en ocasiones y él mismo instaló el agua y la electricidad en su granja. Hollywood lo atrajo sólo por el dinero.

Escribió los guiones de películas de directores estrellas, como Howard Hawks y John Ford, entre ellas To Have and Have Not, The Big Sleep y Drums Along the Mohawk.

Yoknapatawpha, condado literario

Faulkner nació en una familia reconocida del sur que había dado al país generales y gobernadores, pero que se había empobrecido con la guerra civil. Devorador de libros, dejó la escuela y trabajó de pintor, carpintero, empleado de correos y supervisor del sistema de calefacción de la universidad. Tras un largo viaje a Europa, comenzó a escribir sus primeras novelas, entre ellas la celebrada El ruido y la furia.

Con su saga de los estados del sur, Faulkner encontró la temática que nunca lo soltó: los problemas del sur, sus conflictos raciales, el desamparo de las clases sociales más bajas, la codicia de los ricos y el amargo recuerdo de la guerra civil perdida.

El escritor llamó Yoknapatawpha a su condado ficticio y literario. Sin embargo, es su propio hogar, los vecinos y sus sirventes negros los que aparecen en sus libros.

En todos ellos sobrevuela la maldición del pasado, desatada por los colonos de Europa, que quitaron la tierra a los indígenas y no hicieron un buen mundo de Estados Unidos.