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Esta noche, la entrega 54 de los premios de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes

“Un Ariel sería una caricia para el equipo de Días de gracia, pues entregó todo”

La cinta de Everardo Gout, postulada para 15 galardones; no fue seleccionada para los Oscares

 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de junio de 2012, p. 9

Hoy se realizará la entrega 54 del Premio Ariel con nubarrones rondando la estatuilla.

Entre ellos, la precaria situación económica de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, encargada de organizar la ceremonia –que por cierto se hará tres meses después el periodo en que normalmente se llevaba a cabo– y la pifia que se cometió con la cinta Días de gracia, de Everardo Gout, por no haberla postulado para representar a México en los Oscares ni en los Goyas; peor aún, que la copia pirata que circuló salió del seno de la academia.

La Jornada platicó con Everardo Gout al respecto.

–¿Con qué ánimo vas a la entrega del Ariel, luego de lo sucedido?

–El estreno en México de Días de gracia fue una experiencia enriquecedora y compleja, pero justamente cuando nos postularon a 15 categorías del Ariel, habían pasado dos semanas de haberla estrenado y teníamos más nominaciones que salas de cine, lo cual resulta muy curioso porque en el mundo le ha ido muy bien, ha ganado premios... y pues me quedé sorprendido por cómo la trataron en México.

“Sin embargo, hubo un aprendizaje de cómo es exhibir en México, lo desleal de la competencia y lo importante de que se legisle y que se respeten las leyes para la exhibición del cine nacional. ¿Porqué a una película hollywoodense le invierten en publicidad el doble de lo nos costó Días de gracia? Nos ponen a competir por quien llene más salas ganas, y el que no lo haga va para fuera.

Cosas raras en la distribución

–¿Además de las prácticas de los exhibidores?

–Eso fue lo más extrañó el primer lunes después del estreno, pues en varias salas, de cinco funciones al día, en promedio, quitaron tres por complejo y las dos que dejaron eran a las 10 de la mañana o a las 11 de la noche; aun así la película duplicó el porcentaje por función si la hubieran respetado. Pero no fue suficiente; incluso, en complejos donde nos dimos el rol con el elenco, por ejemplo en Cinépolis Perisur y Universidad, el gerente me informó que la película siempre estuvo mínimo al 80 por ciento, cuando íbamos a entrar a la segunda semana. Entonces está bien raro.

–¿Tuviste este problema con los bucaneros que distribuyeron la copia ilegal que traía la marca de agua de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas?

–Eso nos afectó muchísimo. A la semana del estreno hicimos un sondeo en 50 puestos de piratería, para tratar de hacer un balance de los daños, y el promedio por puesto era de 400 copias vendidas; es decir, 20 mil, y una copia la ven varias personas. Además, no pudimos visitar más vendedores.

Otra de las cosas dolorosas fue cuando con el elenco visitamos Plaza Coacalco, que es por donde filmamos, platicamos con la gente y regalamos playeras. Estuvimos como dos horas y, en promedio, 100 asistentes que compraron boletos para otra película no lo hicieron para Días de gracia porque ya la habían visto en copia pirata, algo muy importante porque rompe el mito de que quien consume piratería no acude regularmente al cine.

–¿Qué opinas de la contradicción de la Academia que manda a Miss Bala para representar al país a los Oscares y a los Goya y sólo da dos postulaciones al Ariel, mientras a Días de gracia no la consideró para esos premios y ahora te postula en 15 categorías para el Ariel?

–Ojalá sea una pequeña caricia para todos los que participaron en la película y nos den algunos. Entregaron cuerpo y alma para hacerla; además los conocimos: Sigueru Umebayashi, los de Massive Attack y ahora viene el posproductor a la entrega de los Arieles. Realmente es una película que fraterniza mucho con todos los que trabajamos en ella y eso es lo que más me gusta de esta gran familia que hicimos: que la Academia reconozca a los que dejaron la piel.

Creo que no odio a los jugadores, sino que el juego está totalmente tergiversado y chueco. Hay que cerrar filas y por eso no ataqué de frente a la Academia ni mucho menos, porque hay gente valiosa tratando de legislar y está llevando la lucha al Congreso. Creemos que no podemos satanizar por un acto a toda una institución, lo que sí es imperante es encontrar al responsable, que no cierren los ojos y digan ya pasó, porque a partir de ahora ¿con qué ganas vas a mandar tu película a una selección, si sabes que dentro hay alguien que hace este tipo de actos delictivos, con que confianza? Así que para legitimizarse, la Academia tiene que tomar cartas en el asunto.

–Parece que la historia de tu película ya la hemos visto.

–Por eso hay que legislar como cualquier país civilizado donde no puedes tener dos mil salas sólo con los Avengers. Hay que poner topes a los complejos con esas películas, y que a escala nacional se cumpla la exhibición de 10 por ciento de cine nacional con horarios estelares, y que esa ley de que por opera prima tienen que tener dos semanas garantizadas de exhibición se cumpla cabalmente, con las copias y horarios con que saliste. Sé que es imposible pedir a los empresarios que dejen de ganar dinero, pero si es una ley tendrían que hacerlo.

Ahora, si nos va bien en los Arieles, pensaríamos en un restreno para que el público que no no la alcanzó la pudiera ver. Eso sería grandioso.

–¿Y cómo te sientes con todo lo que ha pasado con Días de gracia?

–A pesar de todo muy feliz. Nos impusimos metas muy grandes y las fuimos cumpliendo, a cabalidad y con orgullo; la crítica estuvo fenomenal, el apoyo en las redes sociales fue maravilloso... y en el sentido de la exhibición, aquí en México tuvimos un sabor muy amargo de que las cosas pudieron ir mucho mejor; no pedí cifras para no deprimirme.