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Iñaqui Urdangarin y la infanta Cristina no cenan en la Zarzuela

La justicia es igual para todos, dice el rey de España en mensaje de Navidad
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de diciembre de 2011, p. 28

Madrid, 25 de diciembre. El rey de España Juan Carlos I de Borbón hizo el sábado por la noche una clara alusión al escándalo de supuesta corrupción en el que se ha visto envuelto su yerno, al señalar en su tradicional mensaje de Navidad que la justicia es igual para todos.

El monarca hizo el comentario en un momento en el que la realeza parece ver mermado el respaldo que hasta ahora le daba la mayoría de los españoles. El rey dijo estar enormemente preocupado por la desconfianza que se estaba extendiendo por la credibilidad y prestigio de instituciones españolas, y habló de la necesidad de tener un comportamiento ejemplar, utilizando términos parecidos a los del comunicado del Palacio de la Zarzuela cuando se anunció que Iñaki Urdangarin no participaría en los actos oficiales de la Casa Real mientras estuviera siendo investigado.

Cuando hay conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente, vivimos en un estado de derecho y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada de acuerdo con la ley. La justicia es igual para todos, dijo en su mensaje anual a la nación en Nochebuena.

Iñaki Urdangarin, duque de Palma y esposo de la infanta Cristina, segunda hija de los reyes de España, es investigado por su condición de presidente de la Fundación Nóos, entidad sin ánimo de lucro que habría recibido presuntamente altas sumas de recursos públicos y lo habría desviado a paraísos fiscales de forma fraudulenta.

El rey, que no citó expresamente este caso, dijo desde el principio del mensaje que quería hablar con sinceridad y realismo tras 36 años de reinado y señaló que no se debían generalizar los comportamientos individuales. De lo contrario, se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la estabilidad de nuestra sociedad, afirmó.

En otro momento del discurso apuntó al rigor y al acierto con que su hijo Felipe, príncipe de Asturias, le acompañaba como heredero de la corona.

A pesar de que la monarquía ha sido tradicionalmente una de las instituciones más valoradas por los españoles, en un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas de octubre sacó una nota de 4.89 sobre 10, superada por las fuerzas armadas y los medios de comunicación.

Los duques de Palma, que viven con sus cuatro hijos en Washington, fueron los grandes ausentes en la cena de Nochebuena del Palacio de la Zarzuela, según varios medios españoles.

Pese a que la atención estaba centrada en si el rey aludiría en su mensaje al llamado caso Urdangarin, el discurso estuvo en buena parte dedicado a la crisis económica del país y la necesidad de que políticos y agentes económicos y sociales trabajen juntos “con diálogo y altura de miras, con rigor y convicción.

Sé, sabemos todos, que el camino de la recuperación no será corto ni fácil, que exigirá sacrificios, afirmó.

Se refirió a la elevada tasa de desempleo moralmente inasumible, y dijo que las decisiones que deberá adoptar el nuevo gobierno de Mariano Rajoy debían ir dirigidas a paliar ese grave problema.