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La represión a una revuelta popular dejó 39 muertos hace 10 años

Conmemoran el argentinazo contra el estado de sitio que impuso De la Rúa
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Manifestación en la Plaza de Mayo ayer, a 10 años de la protesta que culminó con la salida del presidente Fernando de la Rúa, cuando Argentina vivía una de las peores crisis económicas de su historiaFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de diciembre de 2011, p. 27

Buenos Aires, 20 de diciembre. Bajo un calor sofocante, miles de manifestantes llegaron esta tarde a Plaza de Mayo, en esta capital, para recordar y homenajear a las víctimas del argentinazo, cuando en la madrugada del 20 de diciembre de 2001 el pueblo se volcó a las calles en medio de un cacerolazo ante el estado de sitio impuesto por el entonces presidente Fernando de la Rúa, lo que originó la revuelta popular en el contexto de la más grave crisis económica.

Al caer la noche del 20 de diciembre de 2001, el mandatario renunció y, literalmente, huyó de la casa de gobierno en helicóptero.

Recordando esos acontecimientos, organizaciones políticas y sociales marcharon por calles y avenidas para recordar a las 39 víctimas que dejó la represión en todo el país, de las cuales cinco cayeron en los alrededores de la Plaza de Mayo.

Se vivieron horas difíciles. El centro de la ciudad y las calles aledañas habían sido tomadas por vecinos que protestaban contra el estado de sitio, por el corralito, que impidió retiros de dinero y depósitos en los bancos, por el desempleo, la extrema pobreza y las medidas económicas impuestas por el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, ligado a los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Argentina tocó fondo y la desesperación explotó en la ciudad, en los barrios y en el interior, y se expresó también en los asaltos a supermercados, que derivaron en saqueos, represión y muerte.

Fue un día histórico que continuó a la protesta cotidiana en esos tiempos de los desocupados, que rondaban las cifras de entre 35 y 69 por ciento en lugares del interior del país, los que se llamaron piqueteros (por los antiguos piquetes de huelga) que bloqueaban calles y carreteras, ante la dramática situación que se vivía.

En la protesta de hoy también se reclamó al gobierno anular definitivamente la ley antiterrorista. Hubo incidentes menores, y quedaron como símbolos las pintas y una impresionante muestra fotográfica de aquellos días fue colocada en cada lugar donde cayeron las víctimas.

En tanto, un juez de la provincia de Mendoza ordenó la intervención de Cablevisión, empresa del grupo Clarín, cuya sede fue allanada por la gendarmería nacional.

La medida judicial fue ordenada ante una denuncia del grupo mediático de Mendoza Vila-Manzano y los gendarmes recorrieron los pisos de la sede en busca de documentos.

El grupo Vila-Manzano, aliado en otros tiempos del ex presidente Carlos Menem (1989-1999) inició la causa en esa provincia y el gobierno, por medio del ministerio del Interior, advirtió hoy que este es un paso ordenado por la justicia y que es un disparate atribuirle a la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner estos hechos, como hace la oposición.

La reacción inmediata de los dueños de medios locales agrupados en Adepa fue señalar al gobierno y considerar que se trata de ataques contra Clarín, que mantiene un enfrentamiento con el Estado, especialmente por el tema del control de Papel Prensa, empresa que la dictadura militar pasada entregó al Grupo Clarín y a La Nación (en un principio estaba también La Razón) dejando al Estado 25 por ciento de esa sociedad.

Las circunstancias en que la dictadura hizo esta negociación están ahora en la justicia, ya que muchos papeles se firmaron bajo presiones e incluso detenciones y torturas.