Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 9 de octubre de 2011 Num: 866

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El sexenio sangriento
Amalia Rivera entrevista
con James D. Cockcroft

El documental, ventana
de ventanas

Jaimeduardo García entrevista
con Raúl Fajardo

Diálogos entre Joyce, Boulez, Berio y Cage
Carlos Pineda

Daniel Sada: el resto
es coser y cantar

José María Espinasa

Fraternidad, la idea olvidada de Occidente
Fabrizio Andreella

La piel de la palabra
Luis Rafael Sánchez

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Foto: vocesdelperiodista.com

A Raúl Fajardo fue corresponsal de guerra en Irak, Afganistán, Chechenia, Ossetia... pero dejó el fotoperiodismo porque necesitaba reflexionar sobre el mundo. Tomó otras rutas, como el documentalismo, para conocer y entender los acontecimientos de los cuales ha sido testigo y dar a conocer los sucesos que ha captado con su cámara. Producto de esta nueva veta es el documental América Latina: la nueva independencia, en el cual comparte el recorrido que hizo por la región con entrevistas a políticos, intelectuales, líderes sociales y sindicales, periodistas y ciudadanos; con imágenes que muestran a una Latinoamérica en ebullición, esforzándose por construir su propio futuro. El autor de Ossetia (ganador del Festival de Documental El Hombre y la Guerra 2009 que se lleva a cabo en Ekaterimburgo, Rusia) realiza documentales para “abrir ventanas de comunicación por donde entre la información de otras fuentes, si nos conformamos con lo que los monopolios mediáticos nos transmiten ya nos chingamos”, precisa.

El documental, ventana de ventanas

entrevista con Raúl Fajardo

Jaimeduardo García

–América Latina: la nueva independencia, ¿es una propuesta, el reflejo de una realidad, es propagandístico?

–Es una provocación para generar polémica; lamentablemente en gran parte de la izquierda mexicana y los grandes medios de comunicación privados de nuestro país se ha instalado un lugar común sin discusión: la estigmatización de los procesos que vive América Latina.

Se etiqueta a Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales como los malos de la película. Las televisoras, la radio, parte de la prensa escrita -supuestamente más abierta- se ponen de acuerdo, sin más argumento que satanizar a estos personajes, sin contexto, como si se tratara de un guión de Hollywood. Quiero provocar discusión presentando otra perspectiva de cómo es la situación en América Latina. Estuve en Cuba, en Bolivia, en Ecuador, en Venezuela, en Honduras, buscando la concepción del ciudadano de a pie.

Concebí este trabajo pensando en México, porque aquí hemos aceptado todo. La misma izquierda está resignada a creerse el discurso del fin de la historia, del modelo neoliberal y la democracia parlamentaria representativa como la única vía.

En Sudamérica la izquierda se sustenta en su desarrollo histórico y sus luchas contra las dictaduras militares, además del elemento marxista, poseen una identidad indígena, heredada de las gestas de independencia. Me di cuenta de que allá reconocen que si no fuera por México, su resistencia cotidiana en la frontera con la potencia más grande del mundo, a lo mejor los gringos ya nos hubieran invadido hasta la Patagonia. Nuestro país es el gran muro de contención del expansionismo estadunidense, aunque critican que en la última década México se ha alejado de Latinoamérica. Allá están convencidos de que el futuro de la región parte de sus raíces: el modelo de desarrollo debe partir de nosotros.

–¿Qué papel han jugado los medios de comunicación estadunidenses en Latinoamérica?

–Estamos en un escenario de guerra de cuarta generación, se libra a través de los medios de comunicación y del control de las telecomunicaciones. Un frente muy claro es Venezuela. En la televisión privada el discurso está homogenizado; ellos vivieron esa guerra mediática y lograron romper el cerco informativo, sobre todo con la radio comunitaria. En México perdimos la guerra porque se legisló en favor de Televisa y Televisión Azteca pero en contra de las radios indígenas, hasta la izquierda le dio el visto bueno al monopolio televisivo en la repartición del espacio.

Entrevisté a gente especializada en medios de comunicación; ellos coinciden en que televisoras como Globo, Venevisión, son en realidad representantes locales de las grandes cadenas como CNN (Cable News Network), Fox o Disney, ajenos a los intereses latinoamericanos. Además de ser un riesgo para la soberanía nacional, eso no garantiza la salud mental, porque como me decía Eva Golinger (periodista estadunidense de origen venezolano): “Tengo en mi casa setecientos canales, pero prácticamente no hay voces disidentes. Esa pluralidad de opciones es simulada, todas dicen lo mismo.”

–Once TV y Canal 22 incluyeron en su barra de programas la proyección de documentales, ¿es una moda o se están abriendo espacios para este género?

–Responde a una exigencia, pues necesitamos registrar los procesos que se están dando. El documental puede transmitir lo que los medios tradicionales no le están brindando a la sociedad mexicana; es un vínculo, no una moda.

–Como corresponsal de guerra estuviste en Afganistán, en Chechenia, en Irak, Ossetia, en Honduras. Plasmaste tus vivencias en el libro Guerra y antiterrorismo, tres escenarios. ¿Qué te orilló a escribirlo? ¿Tu trabajo ha sido censurado?

–Dejé el diarismo porque sentía que necesitaba más reflexión, masticar lo que vivía como testigo privilegiado de los hechos; quería contarlos de manera más pensada. El documental permite esa posibilidad, pues lleva otros tiempos, otra profundidad. La guerra me orilló a repensar muchas cosas, me sirvió para darme cuenta lo cerca que andamos del caos. Ahora busco historias más optimistas, pretendo mostrar el lado brillante de la vida. La censura se sigue dando en México. Ofrecí a una televisora pública mi trabajo sobre la intentona militar en Honduras, de 2009; me lo aceptaban si suprimía los términos “golpe de Estado y oligarquía”, pues argumentaron que son muy fuertes. Les di las gracias y me llevé mi material.

–Cuáles son tus proyectos en un futuro cercano?

–Estoy organizando un curso de “documentalismo guerrillero” en la casa de cultura Rafael Galván (administrada por la Universidad Autónoma Metropolitana), heredada por los electricistas del movimiento galvanista.

Me invitaron a impartir un taller para enseñarles a los sindicatos, a los trabajadores, a los estudiantes, a documentar la realidad y narrar una historia gramaticalmente correcta, pues el documental sirve como un espejo para verse a sí mismo, dejar constancia histórica y comunicar.