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Narcoviolencia
Acapulco: datos oficiales, base para extorsionar a profesores

Docentes en paro denuncian que las amenazas en su contra incluyen nombre y apellidos

Grupos criminales exigen a maestros entregar la mitad de sus ingresos

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Marcha de profesores paristas en el puerto guerrerense, el pasado día 21Foto Xinhua
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Periódico La Jornada
Viernes 30 de septiembre de 2011, p. 2

Acapulco, Gro. Todo comenzó en una colonia popular por el rumbo de la vieja entrada al puerto. La amenaza fue dejada en un papelito en el parabrisas del coche de la habilitada, una maestra que se encarga de recoger los cheques y entregarlos a sus compañeros en sus zonas escolares.

Ahí, apenas iniciado el ciclo escolar, comenzó el paro que lleva más de un mes en las escuelas de Acapulco.

El gobierno del estado ha dicho en diversos tonos que los maestros exageran, que hacen caso de un anónimo o, como el secretario de Gobierno, Humberto Salgado, que de plano son víctimas de sicosis colectiva.

La cosa es que el mensaje no sólo decía paguen o se mueren.

Uno de los profesores de la zona donde todo comenzó cuenta que el mensaje estaba dirigido a la maestra con nombre y apellidos, además de contener instrucciones muy claras: decía quiénes debían pagar; perdonaba la cuota a la habilitada y a la supervisora (también con nombre y apellidos) porque ellas serían las encargadas de la colecta. Y perdonaba también a otro maestro porque él ya cooperó con nosotros.

Los extorsionadores, que exigían la mitad del salario y la mitad del aguinaldo, ordenaban que se tachara con negro a quienes no quisieran cooperar. O sea que tienen la nómina, afirma un profesor.

La habilitada salió como alma que lleva el diablo a la coordinación de servicios educativos Acapulco-Coyuca. Detrás de ella llegaron todos sus compañeros de zona y desde entonces no han regresado a sus escuelas.

En los dos días que siguieron se sumaron a la suspensión de labores maestros de las zonas contiguas y luego el paro se extendió a otras partes.

Los días corrieron. Cada jueves o viernes, las autoridades estatales anunciaban el inminente regreso a clases, sin que faltaran las amenazas de que comenzarían los descuentos a los maestros paristas.

El jueves 14 de septiembre, por ejemplo, fue el mismo gobernador Ángel Aguirre Rivero quien dijo: tengo la certeza, por no decir la seguridad, de que los maestros regresarán el lunes.

Pero sólo una semana después accedió a reunirse con ellos, una de sus demandas centrales.

Víctimas como todos los acapulqueños de la violencia criminal que azota al puerto turístico, los profesores se guardaban temprano y ponían chonguitos para que no les tocara toparse con una balacera. Pero decidieron irse al paro cuando la acción de los grupos criminales se fue sobre sus salarios.

Nuevas historias escolares

¿Son sicóticos los maestros de Acapulco? Para que el cerillo prendiera se necesitaba la hierba seca. Aquí lo que cuentan maestros de las primeras tres zonas que arrancaron el paro:

Iniciamos labores una semana antes que los alumnos, para tomar cursos. Cuando uno de los compañeros se dirigía al curso, en la Zapata, fue secuestrado, y a su esposa, también maestra, le exigieron 200 mil pesos. No sé cuánto pagó, pero esa misma noche el compañero regresó, todo golpeado, mareado... había perdido la noción del tiempo.

Al día siguiente de la amenaza, en otra escuela de la zona 31 cuatro hombres armados y encapuchados anduvieron rondando. Se bajaban de sus carros, un Tiida azul y un Tsuru blanco y se asomaban por la reja o encima de la barda.

En la zona 33 se llevaron a un maestro jubilado que fue a dejar a su hijo a la escuela Plan de Ayutla, con todo e hijo.

“Pusieron como 10 mantas, unas exigiendo la cuota y otras de un grupo delictivo que se deslindaba.”

“Sabemos que trabajamos en zonas duras. Delincuentes siempre ha habido, pero se dedicaban a lo suyo, a las narcotienditas.”

En la Zapata hay un pequeño fraccionamiento de unas 80 casas de puros maestros. Ya sólo deben quedar habitadas unas 20.

Vea este mensaje de texto, no sé quién lo mandó, vea la amenaza. ¿Cómo saben mi nombre?

Pestilencia en Renacimiento

La mayoría de las escuelas que pararon labores están en las colonias consideradas más peligrosas de Acapulco, las creadas por el clan de los Figueroa para echar a los pobres del otro lado de los cerros. El buque insignia, Renacimiento, es uno de los lugares donde los maestros cerraron las escuelas, cansados de asaltos, secuestros exprés y, más recientemente, extorsiones.

El gobierno del estado ha ofrecido la instalación de botones de pánico (aunque dice que no hay razones para el pánico) y rondines de vigilancia. Lo mismo durante tres semanas de paro hasta que, hace unos días, se instalaron mesas de trabajo para atender el conflicto.

En la Renacimiento no se ven patrullajes, pero de las alcantarillas brotan las aguas negras. El fétido olor sincroniza con el aspecto de varias escuelas que se caen a pedazos.

Al salir a la avenida por la cual se ingresaba al puerto antes de la existencia del maxitúnel, la cosa cambia. Hay un retén y pasa un convoy de soldados. Pero en las colonias nada.

Manuel Añorve se fue de candidato del PRI a la gubernatura. Regresó tras ser derrotado por su primo Ángel Aguirre y sigue sin cumplir su promesa de campaña de reparar el drenaje de la Renacimiento. Eso sí, hace publicar en la prensa local sus fotos con Enrique Peña Nieto y las esposas de ambos, y recomienda a los padres de familia: es necesario que blindemos a nuestros hijos antes de salir a la calle para que la delincuencia no se apodere de ellos.

Ya entrado en promesas incumplidas, algunas escuelas tienen pequeños letreros que informan que el edificio forma parte del programa Vecino Vigilante, iniciado por el entonces gobernador Zeferino Torreblanca. En la escuela Simón Bolívar está tan oxidado que apenas se puede leer. El letrero en la secundaria técnica Emiliano Zapata está igual y frente a un módulo de policía abandonado hace mucho tiempo.

Además oprimían el botón y la ayuda no llegaba, o llegaba tres horas después, afirma Román López Pachuca, vocero de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG).

En otra escuela, también cerrada, parece un mal chiste el letrero que anuncia que el plantel forma parte del programa Escuela Segura.

Napoleón en la lucha

Cientos de maestros se reúnen durante las semanas del paro en la coordinación de servicios educativos de la región Acapulco-Coyuca. Aunque es minoría en esta zona, y la mayoría de las delegaciones en paro son institucionales, el sonido corre a cargo de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (versión local de la CNTE). Las novedades se anuncian desde un micrófono en el centro del patio techado: La escuela Juanita Díaz Marbán está en paro desde el viernes; la escuela Club de Leones se une al movimiento. ¡Bienvenidos, compañeros!

Las educadoras del jardín de niños Juanita Díaz Marbán han sido de las últimas en unirse. Lo hicieron sólo después de que en las rejas de la escuela fue colocado un mensaje: “Queremos el 50% del dinero ni crean que están a salvo de nosotros nadie escapa. Atte. La Maña”.

Maestras y maestros se acomodan donde pueden en el patio techado, las escaleras, los pasillos de una escuela hecha oficinas. El parloteo es de hora del recreo. Pero cuando cualquier periodista se acerca se hace el silencio. Se mezclan el miedo y la disciplina sindical. Hable con los representantes; nosotras no estamos autorizadas; yo nomás vine a acompañar a alguien.

Ni siquiera los representantes dan sus nombres. El profesor Baldomero, quien hace de vocero casi siempre, suplica que no le tomen fotos ni lo graben. Alguien por ahí dijo que así se llama, porque él no da su nombre. Y tampoco lo hace ninguno de los otros secretarios generales que encabezan el movimiento por la paz.

La primera marcha se anuncia con un punto de llegada: la base naval.

–¿Significa que sólo confían en la Marina?

–Sí –responde Baldomero.

Antes de que salga la primera marcha, se oyen arengas como la siguiente: “Va a haber seguridad, compañeras, y además al gobierno no le va a convenir que delante de la sociedad levanten a alguien”.

Los maestros marchan

Vivimos aterrados por los hechos violentos del crimen organizado, dice la manta que abre la columna por la costera, rumbo a la base naval.

No hay banderas ni distintivos del SNTE. Tampoco de la disidente CETEG.

La falta de entrenamiento es obvia. En lugar de consignas, las maestras cantan el Himno a la alegría y una rola de Napoleón (Abre tus brazos fuertes a la vida...). En la segunda marcha, agregan al repertorio una de José Luis Perales, pero ya van lanzando algunos gritos como: Felipe Calderón, si no nos proteges, no vamos al salón; Aguirre Rivero, la seguridad es primero.

La revuelta comenzó en las bases magisteriales directamente afectadas por la inseguridad. Los secretarios generales delegacionales quedaron entre la espada y la pared: los maestros de base que les exigían compromisos concretos y la dirección de la sección 14 del SNTE, dirigida por el elbista Emiliano Díaz Román, que tardó en apoyar al movimiento, participó de reuniones para intentar desactivarlo y puso en práctica la conocida táctica de cansar al movimiento.

La dirección nacional del SNTE tardó 18 días en manifestar solidaridad con sus agremiados en Guerrero. El 12 de septiembre, el consejo nacional de ese sindicato se refirió a la violencia que ha empezado a lastimar escuelas, trabajadores de la educación y comunidades educativas, como si la historia no viniera de lejos (ver El asueto de los sicarios: asaltos, secuestros y extorsiones en Juárez, La Jornada, 7 de marzo de 2009).

Los secretarios generales traen línea de Emiliano, pero la base no se va a dejar, asevera un profesor.

Cinco años sin Enciclomedia

Pasado el puente de fiestas patrias, incluso los maestros de la CETEG hablan ya de buscar una salida digna al paro. Así, se instalaron mesas de trabajo con el gobierno del estado, que se comprometió a instalar cámaras afuera de 45 planteles y establecer retenes permanentes.

Los medios locales, que hasta hace poco no habían publicado una línea contra los profesores, comienzan a difundir declaraciones de asociaciones de padres de familia en contra de los paristas.

Las clases se reanudarán pese a que los especialistas adviertan que la violencia en Acapulco está lejos de haber llegado a su punto más alto.

Para la memoria quedan las palabras de un maestro que nunca dio su nombre: Nos culpan a nosotros de la mala calidad de la educación, pero, ¿quién nos ayuda? Hace cinco años nos robaron los equipos de Enciclomedia y ni quien nos haga caso. Algunas autoridades ven en esto un tinte político, porque no les afecta a ellas. La verdad, les vale madre lo que nos pase a nosotros. Venga cuando acabe todo esto, para que vea.