Sociedad y Justicia
Ver día anteriorDomingo 21 de agosto de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La trasnacional DuPont invertirá 1.7 millones de dólares durante los tres años del proyecto

Buscará Laboratorio Nacional de Genómica del Cinvestav crear semillas clonales de maíz

Tendrían la capacidad de generar copias idénticas a la planta-madre, afirma director del Langebio

Foto
Investigadores y activistas en pro de una agricultura sustentable alertaron sobre el riesgo de suscribir acuerdos con empresas cuyo único interés es la ganancia económica y no la preservación de la biodiversidadFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de agosto de 2011, p. 33

Con una inversión de 1.7 millones de dólares, especialistas del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) del Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados (Cinvestav)-Irapuato, participarán durante los próximos tres años en un proyecto financiado por la empresa trasnacional DuPont, a fin de crear semillas clonales de maíz, es decir, con capacidad de generar copias idénticas a la planta-madre y conservar las características genéticas deseadas.

Luis Herrera Estrella, director del Langenio y experto en biología molecular, señaló que la línea de investigación, encabezada por Jean Philippe Vielle Calzada, especialista del Cinvestav-Irapuato en el estudio de la apomixis o reproducción asexual de plantas –característica presente en al menos 350 especies vegetales–, es lo que le interesa a DuPont. El primer proyecto que van a financiar es de reproducción de semillas clonales, y si se llegan a patentar cosas, ellos tienen la primera opción de comprarlo. La idea, afirmó, es que aporten parte de los recursos de la investigación, porque digamos que ellos pagan por ver.

Indicó que es el primer acuerdo general de colaboración que suscribe el Langebio con la trasnacional, una de las tres principales empresas comercializadoras de semillas mejoradas y transgénicas en el mundo, que tan sólo en 2010 alcanzó ganancias en México por casi mil millones de dólares.

Los recursos, explicó, serán destinados a equipamiento y gastos de investigación, así como para el intercambio de especialistas, a fin de que expertos de DuPont puedan venir al Langebio y viceversa.

En el caso del maíz, DuPont es uno de los productores más grandes del mundo, y sería poco probable que pudiéramos desarrollar (semillas) para satisfacer los mercados de otros países, y lo más conveniente para la institución es decir me quedo con México, y te licencio (patentes) para que uses en otras partes del mundo, pero me pagas por las regalías.

Con esta planta, agregó, cada año debes producir semilla híbrida, lo que tiene un costo elevado para las empresas, pues hay que cuidar que tengan un nivel de pureza de 97 por ciento, pero si pudiéramos lograr que se reprodujera de manera clonal, que su semilla fuera idéntica a la de la madre, sería posible reproducirla de forma constante sin hacer ninguna cruza.

Herrera Estrella, indicó que el objetivo es conocer cuáles son los genes que participan en la reproducción clonal de semillas, y una vez que se logre buscaremos reproducirlo por dos vías: modificación genética o buscando mutantes naturales en el cultivo que apaguen estos genes.

Expertos, voz de alerta

Al respecto, investigadores y activistas en pro de una agricultura sustentable alertaron sobre el riesgo de suscribir acuerdos con empresas cuyo único interés es la ganancia económica y no la preservación de la biodiversidad.

Adela San Vicente, de la organización Semillas de Vida, enfatizó que es lamentable que los centros de investigación públicos suscriban estos acuerdos, donde son las empresas trasnacionales las que definen qué se investiga y con qué aplicaciones. Frente a un creciente interés de estas empresas por monopilizar el control de las semillas, tenemos que generar opciones que den acceso libre a un patrimonio biológico que no puede ni debe ser propiedad de unos cuantos.

Alejandro Hernández Tapia, catedrático de la Universidad Autónoma de Chapingo, afirmó que este tipo de acuerdos involucra muchos factores éticos que nos obligan a ser muy precavidos como científicos y garantizar que realmente se alcance un beneficio social para la producción de alimentos, pero sin comprometer nuestra biodiversidad.

Con información de César Arellano