Los sectores obrero y campesino demandaron al gobierno federal que ante la debilidad de la economía mundial, principalmente la estadunidense, se garantice el desarrollo del mercado interno para sustituir las importaciones, un programa emergente para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores, frenar el incremento en los precios de los alimentos y evitar el recorte de presupuesto a vivienda, salud y educación.

El Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Energéticas y el Empleo y la Unión Nacional de Trabajadores convocaron a los sindicatos independientes y organizaciones sociales a elaborar una estrategia en defensa del empleo decente, del salario e impulsar la producción interna de alimentos para sustituir las importaciones, así como a evitar recortes al presupuesto para educación, vivienda, salud y al sector agropecuario.

La propuesta final se presentará al iniciar el periodo ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados. Es necesario presentar un conjunto de propuestas para enfrentar la crisis financiera mundial y la volatilidad económica reflejada en las bolsas mundiales, afirmó Max Correa, dirigente de la Central Campesina Cardenista e integrante del Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y Energética.

Rafael Galindo Jaime, presidente de la Central Campesina Independiente, propuso que se utilice parte de los 132 mil 814 millones de dólares que tiene el país como reserva para blindar al agro. El campo requiere infraestructura, respaldo a los programas productivos y creación de empleo, pues según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, hay un crecimiento de 43.4 por ciento en las importaciones agroalimentarias.

Ante la situación de crisis extraordinaria “se requiere que la medicina sea del tamaño de la enfermedad, pues el sector social del campo está en colapso económico y social, pues 52 millones de personas están en pobreza y 11.7 millones en pobreza extrema, según dio a conocer el Consejo Nacional de Evaluación Política de Desarrollo Social (Coneval).

La situación es preocupante; el gobierno no puede descartar que la crisis en Estados Unidos y Europa nos afecte; no puede seguir aparentando que en el país todo está bien y fuerte, dijo Lenin Guajardo, dirigente del Sindicato Independiente de Académicos del Colegio de Posgraduados.

Además de dicha situación, los sindicatos del sector agropecuario son objeto de presiones de las autoridades laborales con el propósito de privatizar la investigación y educación, ante ello se acordó hacer un frente para evitar reducción al presupuesto para la educación.

Es inadmisible que ante el avance de la delincuencia organizada, las autoridades disminuyan los recursos destinados a crear más escuelas y crear empleos para los jóvenes. Urge blindar a la educación, es una situación que no debe ser tratada marginalmente por la Cámara de Diputados y el gobierno, señaló Raúl Pérez Ríos, secretario del Sindicato de la unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal. Comentó que la mayor preocupación del sector educativo es que ante la inminente recesión se decida recortar el presupuesto a la educación. Sólo para el Distrito Federal se requiere construir más planteles para dar cabida a 10 mil estudiantes que fueron excluidos.

Ada García, secretaria general saliente del Sindicato de Trabajadores del Inca Rural, asentó que en esta semana se realizará un taller con los integrantes del Consejo Nacional de Organizaciones Rurales y Pesqueras para analizar la situación económica internacional y elaborar la propuesta de presupuesto para el campo.