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En los penales prácticamente van a doctorarse en crimen

Buscará la Iglesia participar en la reintegración social de los reclusos
 
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de julio de 2011, p. 14

Con el propósito de analizar la realidad carcelaria en México y establecer acciones para que la Iglesia católica tenga una participación más significativa en la atención y reintegración social de los aproximadamente 225 mil hombres y mujeres que están recluidos en las prisiones, la próxima semana se realizará 33 Encuentro Nacional de Pastoral Penitenciaria.

En entrevista, Pedro Arellano Aguilar, director de la Dimensión de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), indicó que ante el hecho de que las cárceles en el país son universidades del crimen y que de ellas se han apropiado las bandas delictivas, la Iglesia debe diversificar y ahondar sus actividades en este ámbito.

Al detallar que el citado encuentro se realizará del 18 al 22 de julio en la diócesis de Villahermosa y que se prevé que en éste participen más de mil agentes de la Pastoral Penitenciaria –instancia dependiente de la Comisión Episcopal para la la Pastoral Social–, aseguró que como está el sistema penitenciario nacional, ya no da para más, es un fracaso, tenemos que reconvertirlo; en las cárceles no hay rehabilitación, los internos prácticamente van a doctorarse en crimen.

Insistió en que la saturación de las prisiones es uno de los problemas que enfrenta el sistema, y señaló que en el Distrito Federal pese a que hay una capacidad instalada para 14 mil reclusos, en las cárceles hay 41 mil.

En cuanto al manejo de las prisiones, Arellano Aguilar sostuvo que desde hace años los grandes cárteles se han apropiado de los penales. Sobre ello expresó que en muchos de ellos han establecido una organización paralela y a otros los dirigen, han establecido autogobiernos y también han infiltrado a sus cuadros para hacerlos directores de reclusorios; hasta tienen sus propias compañías de seguridad carcelaria y venden sus servicios a los gobiernos, los que saben perfectamente quiénes son los que están detrás.