Opinión
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México SA

El IETU llegó para quedarse

Hacienda incumple acuerdos

Ebrard, tenencia y cara dura

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Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, durante su intervención en la reunión nacional de consejeros de BBVA Bancomer el pasado 21 de junioFoto María Meléndrez Parada
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uy contento estaba el candidato-funcionario Ernesto Cordero en plena campaña y presume que te presume la solidez fiscal del país, cuando a un grupo de causantes se les ocurrió recordarle que, desde la entrada en vigor del impuesto empresarial a tasa única, el compromiso de la autoridad tributaria (obviamente incumplido) no fue otro que, a corto plazo, definir cuál de los dos impuestos (el IETU o el ISR) permanecería, porque dos pagos por el mismo impuesto es insostenible.

Tal compromiso quedó claro a la hora de negociar el IETU con el Legislativo. Pasó el tiempo, y nada. Cada año los contribuyentes han pagado no el impuesto que resulte más alto de los dos citados, sino, simplemente, los dos, es decir totalmente lo contrario a lo comprometido allá por septiembre de 2007, independientemente de que la desaparición de uno u otro es un asunto olvidado. El sector empresarial ha reclamado por el incumplimiento, mientras en Hacienda fingen pérdida de memoria.

De hecho, hace unos días Ernesto Cordero consideró irresponsable eliminar el impuesto empresarial a tasa única sin tener una alternativa que genere los 600 mil millones de pesos anuales captados por la combinación de IETU y el impuesto sobre la renta (ISR) para los ingresos del país. No podemos caer en irresponsabilidades; no podemos cometer los errores que otros países han cometido disminuyendo la recaudación tributaria.

De entrada, la respuesta sobre cuál es el impuesto que debe permanecer (el de mayor recaudación) la proporciona, sin quererlo, el propio Cordero. El candidato-funcionario manipula cifras a discreción, como siempre, pues habla de 600 mil millones de pesos anuales captados por la combinación de los dos gravámenes referidos, cuando en los hechos de ese monto alrededor de 93 por ciento proviene del ISR. Desde su creación, la captación por IETU ha incumplido todas las metas. Y no sólo eso: en términos reales, año tras año ha declinado.

El IETU fue aprobado por el Legislativo a finales de 2007, para entrar en vigor el primer día de 2008. La tasa de este gravamen quedó en los siguientes términos: 2008, 16.5 por ciento; 2009, 17; 2010 en adelante, 17.5 por ciento. Pues bien, a mayor tasa, menor captación, o si se prefiere, mayor evasión. Y aparte el pago del impuesto sobre la renta, es decir, no uno u otro, sino dos gravámenes por el mismo ingreso. De acuerdo con la negociación original, a más tardar en 2011 la Secretaría de Hacienda se obligó a entregar un diagnóstico sobre la conveniencia de eliminar el ISR y dejar sólo el IETU (léase dejar vigente sólo uno).

Días atrás, la Secretaría de Hacienda entregó al Congreso el citado diagnóstico, pero el propio titular de la dependencia, Ernesto Cordero, ha dejado en claro cuál es el diagnóstico: se quedan los dos impuestos, IETU e ISR, y el compromiso original de desaparecer el gravamen menos competitivo se puede ir a freír espárragos, ergo, una vez más Hacienda incumple sus acuerdos.

El resultado concreto del IETU (con cifras de la propia SHCP) es el siguiente: en 2008, primer año de vigencia, la captación sumó 46 mil 794.4 millones de pesos, contra una estimación original (también de Hacienda) cercana a 110 mil millones de pesos. Para 2009, por este gravamen el erario captó 44 mil 633.9 millones, un monto 9 por ciento menor en términos reales con respecto al registro de 2008. Llegó 2010, y la recaudación fue de 45 mil 67.2 millones, 3.2 por ciento menor en términos reales que en 2009. Para el primer semestre de 2011 por el citado impuesto se obtuvieron 23 mil 282.6 millones, una cantidad 10.2 por ciento inferior, en términos reales, a lo captado en igual lapso, pero de 2010.

Ésas son las cifras oficiales, que demuestran la falsedad declarativa del candidato-funcionario (600 mil millones de pesos anuales captados por la combinación de los dos gravámenes). El impuesto que aporta al erario es el ISR; la captación –a la baja– por IETU sirve para las propinas, pero éstas también sirven para la campaña, según Cordero. Así, Hacienda incumple todos los compromisos con el Legislativo, derivados de la negociación del IETU: en captación, en transparencia y en desparecer uno de los dos gravámenes.

Semanas atrás el sector patronal exigió a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que elimine, de una vez por todas, el IETU como resultado de su bajo efecto recaudatorio desde su entrada en vigor (2008), esto como respuesta que deberá enviar la dependencia a la Comisión de Hacienda en San Lázaro antes del 30 de junio por concepto de revisión de diversas disposiciones contenidas en la Ley del Impuesto Sobre la Renta. Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente de la Coparmex, sostuvo que existe evidencia suficiente en favor de la eliminación urgente del IETU: dejar solamente un impuesto sobre la renta (ISR) reformado, que incorpore los aspectos rescatables del otro gravamen. La recaudación por IETU no ha alcanzado los objetivos fijados en ninguna de las sucesivas leyes de ingresos, desde que entró en vigor en 2008.

No y mil veces no al IETU, dijo la Coparmex, pero como por arte de magia la Concamin brinca a la palestra y dice que sí, mil veces sí, porque su directiva se reunió con Ernesto Cordero y éste la convenció de las virtudes de pagar doble impuesto por un mismo ingreso.

Para el erario el IETU ha resultado un fracaso total, y para el sector productivo una carga adicional que no ayuda en nada. Pese a ello, Cordero asegura que eliminar tal gravamen sería una gran irresponsabilidad, porque debilitaría nuestra recaudación tributaria. Seguirá gravando el mismo ingreso con dos impuestos, mientras ratifica que al gran capital lo deja libre, no se vaya a molestar, especialmente en tiempos de financiamiento de campaña.

Las rebanadas del pastel

Lamentablemente el cinismo no es exclusivo del calderonato, pues en la administración de Marcelo Ebrard nada mal cantan las rancheras: con bombo y platillo anuncia el jefe de Gobierno del Distrito Federal que llegó a su fin el cobro de la tenencia, por lo que los chilangos, a partir de ya, pueden ser felices, pues ese tributo se borra del mapa… Segundos después de tal noticia, la independiente Asamblea Legislativa del DF anuncia que busca crear un nuevo impuesto para sustituir los ingresos que el gobierno de la ciudad dejará de recibir con la derogación de la tenencia vehicular. Qué cara más dura.