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Según directivo del grupo Santander, países de Latinoamérica aprovecharon la situación

Un nuevo reparto del poder económico en el mundo, saldo de la crisis de 2008

En cuatro años más, las naciones en desarrollo contribuirán con 53% del PIB mundial, asegura

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Periódico La Jornada
Sábado 2 de julio de 2011, p. 24

Madrid, 1º de julio. La recesión económica quedó atrás, pero uno de los saldos de la crisis que estalló en Estados Unidos en 2008 y se extendió de allí a todas las regiones es un nuevo reparto del poder económico en el planeta. Este año, prácticamente la mitad del producto interno bruto (PIB) mundial será aportado por los países en desarrollo, un salto sustancial respecto de una década atrás, cuando este grupo de naciones contribuía con un tercio de esa riqueza. Los países de economías emergentes han aprovechado la crisis, expuso José Juan Ruiz, director de análisis y estrategia del grupo Santander, que opera la mayor franquicia de servicios financieros en Latinoamérica.

Es precisamente la región latinoamericana una de las que logró consolidar su posición económica durante la crisis, con algunos rezagos, como el registrado con la evolución del PIB por habitante en México. En poco más de una década siete países que hoy son considerados como emergentes estarán en el grupo de las 15 mayores economías del planeta. De ellos, dos serán de América Latina: Brasil y México, en las sitios seis y 12, respectivamente, planteó José Juan Ruiz, en la décima edición del encuentro Santander-América Latina, organizado por el grupo financiero y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

En 1990, los países en desarrollo, también llamados emergentes, contribuían con poco más de un tercio, 35 por ciento, del PIB mundial, mencionó Ruiz. Esa proporción creció a 37 por ciento en 2000. El paisaje después de la crisis, apuntó, ha cambiado sustantivamente. Este año, 49 por ciento del producto interno bruto mundial es aportado por los países en desarrollo y el otro 51 por ciento por el mundo industrializado.

Es una situación que volverá a cambiar en poco tiempo, según el experto, quien dirige el área de estrategia y análisis del Santander en Latinoamérica, región en la que el grupo gestiona 10 por ciento del total del negocio bancario. Con base en cálculos del Fondo Monetario Internacional, añadió, en cuatro años más, 53 por ciento del producto interno bruto mundial será aportado por los países en desarrollo, que por primera vez en la historia contribuirán a la creación de riqueza en el mundo más que las naciones avanzadas.

La economía mundial ha limpiado todos los efectos de la crisis de 2008, en términos de crecimiento, dijo. El PIB mundial, añadió, está al nivel que registró antes del inicio de la recesión. Quedan las cicatrices, pero se ha dejado atrás la gran recesión.

Pero si se mira a los países desarrollados y a los que están en desarrollo, hay diferencia. Los primeros no regresarán a su nivel previo de PIB hasta 2015, mientras los segundos están muy por encima de donde hubieran estado si no hubiera habido crisis, aseguró. Los países en desarrollo, añadió, han aprovechado la crisis, acelerado su crecimiento y su convergencia con el mundo desarrollado.

América Latina, como región, ha logrado sortear esta crisis en mejores condiciones y mayor fortaleza que en episodios propios. Ruiz mencionó el hecho de que los países de esta zona han retornado, en términos de crecimiento y del nivel de su PIB a la situación previa a la crisis, con el caso aparte de México que tuvo una caída por estar muy pegado a Estados Unidos.

Esa diferencia se nota en la evolución del producto interno bruto por habitante, una de las medidas más generales sobre el reparto de la riqueza en un país.

Los datos mostrados este viernes por el especialista de Santander indican que entre 2000 y 2010 el PIB por habitante en México creció 2.9 por ciento, menos que en las dos década previas, en que aumentó 4 por ciento en cada una de ellas.

El aumento del PIB per cápita de México en la última década fue menor al de otros países latinoamericanos, como Argentina, donde aumentó 5.6 por ciento; Brasil, donde lo hizo 4.5 por ciento; o Venezuela, con 3.3 por ciento.

La región está creciendo bien, los ingresos públicos han aumentado, la deuda ha disminuido y se han acumulado reservas internacionales, planteó.