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No puede haber democracia donde no impera la seguridad, subraya el rector de la UNAM

A México le urge construir un verdadero estado de derecho, afirma Narro Robles
 
Periódico La Jornada
Martes 7 de junio de 2011, p. 12

La verdad es que a México le urge construir un verdadero estado de derecho, sostuvo ayer el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, quien aseveró que no puede haber democracia verdadera donde no impere la seguridad, donde las instancias de impartición de justicia no cuenten con la integridad y credibilidad necesarias.

Al encabezar la inauguración de la Conferencia internacional sobre seguridad y justicia en democracia: hacia una política de Estado en los albores del tercer milenio, Narro expresó que la democracia moderna requiere la confianza de los ciudadanos en las instituciones para que la vida en común transcurra en paz, con estabilidad y posibilidades de progreso.

El país parece estar funcionando más a partir de intercambios personales con ventajas recíprocas que con la vigencia de las leyes, subrayó.

Señaló que México necesita cambios que le permitan avanzar hacia el progreso con equidad, con certeza en el futuro, con capacidades para competir en un mundo globalizado, con una democracia fortalecida.

En ese contexto destacó que la realización del acto internacional, convocado por la UNAM, en el que participarán –durante cinco días– funcionarios de los tres poderes, intelectuales y especialistas nacionales y extranjeros, enfatiza la importancia de que no puede entenderse de manera aislada la problemática de las adicciones, la delincuencia organizada, el lavado de dinero, la corrupción, la impunidad, la seguridad de los ciudadanos y el mismo Estado nacional.

El diagnóstico

“Desde mi perspectiva, la inseguridad pública y los problemas de aplicación de la justicia en México tienen mucho que ver con la desigualdad social que padecemos, con la carencia de políticas públicas efectivas para abatirla y con la insuficiencia de nuestros logros educativos.

Algo está mal en nuestro país cuando, pese a nuestra gran historia y capital cultural, al gran tamaño de nuestra economía, a la diversidad y riqueza de nuestros recursos naturales y humanos, no podemos romper los círculos viciosos que nos atrapan en la desigualdad y la inseguridad.

En el aula principal de la Antigua Escuela de Medicina, el rector aprovechó para señalar que es absolutamente falso que recientemente haya denostado o criticado a quienes forman parte o tienen interés de incorporarse a los cuerpos policiacos.

Lo que señalé, ahora lo reitero, es que nuestros jóvenes alumnos, en especial los de bachillerato, no están para ser reclutados por la Secretaría de Seguridad Pública.

En respuesta a los funcionarios del gabinete presidencial que cuestionaron en diversos tonos las declaraciones del rector, reiteró: “Soy de los que piensan que a los jóvenes hay que abrirles muchísimas más opciones y posibilidades de trabajo, de desarrollo y expectativas hacia delante.

“La UNAM ha hecho y seguirá haciendo lo que le corresponde. Ahí están las investigaciones de nuestros académicos y sus trabajos publicados antes de que se reconociera la gravedad del problema que afecta al país.

Por eso fallan los que por ignorancia o falsedad pretenden ofender o descalificar para sólo sacar algún tipo de ventaja, comentó.

El funcionario dejó en claro que la libertad es una de las principales divisas de la UNAM, porque sin ella simplemente colapsaría. Indicó que México requiere que se escuchen “voces críticas propositivas.

“La UNAM tiene responsabilidad en ese sentido y los miembros de nuestra comunidad, el rector incluido, no vamos a renunciar a ese compromiso. Seguiremos dando nuestros puntos de vista con respeto y con la intención de apoyar al país. Se debe entender que a la mayoría de nosotros no nos mueven intereses personales, sino el destino de la nación.

Soy uno de los que no están dispuestos a contribuir al silencio cómodo y timorato, por una razón: se trataría de un acto de deslealtad con el país, de deshonestidad intelectual, de sometimiento indigno de los universitarios, subrayó.