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Creó un imaginario sentimental en el que la poesía y la música se funden, dice el jurado

Distinguen a Leonard Cohen con el Príncipe de Asturias de las Letras

El artista canadiense relata la vida como una balada interminable

Bob Dylan, en 2007, recibió el prestigiado galardón en el rubro de las Artes por ser fiel reflejo del espíritu

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 2 de junio de 2011, p. 4

Madrid, 1º de junio. El poeta, músico y novelista Leonard Cohen fue reconocido hoy con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011 por la influencia de su obra en tres generaciones de todo el mundo, a través de la creación de un imaginario sentimental en el que la poesía y la música se funden en un valor inalterable.

Cohen, de origen canadiense y figura emblemática del entronque entre los siglos XX y XXI, se suma a una lista de destacados creadores con este galardón, entre ellos Álvaro Mutis, Augusto Monterroso, Arthur Miller, Susan Sontag y Paul Auster.

La candidatura de Leonard Cohen ya se había presentado en versiones anteriores del galardón, sólo que ahora fue elegida por mayoría del jurado integrado por académicos de la lengua, escritores, editores, periodistas y funcionarios públicos vinculados con la cultura.

Víctor García de la Concha, ex director de la Real Academia y presidente del jurado, manifestó que Cohen persiste en la vieja tradición que viene desde la Edad Media de vincular la poesía y el canto.

En el acta se define al también compositor como poeta y novelista que ha creado su propio imaginario sentimental. Y subraya: El paso del tiempo, las relaciones amorosas, la tradición mística de Oriente y Occidente y la vida contada como una balada interminable configuran una obra identificada con unos momentos de cambio decisivo a finales del siglo XX y principios del XXI.

Igual que Cohen, al conjugar la canción y la poesía que han determinado la educación sentimental de personas, en 2007 se otorgó el Príncipe de Asturias de las Artes a Robert Allen Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan, mito viviente en la historia de la música popular y faro de una generación que tuvo el sueño de cambiar el mundo, expresó el jurado de ese año.

Fiel reflejo del espíritu de una época que busca respuestas en el viento para los deseos que habitan en el corazón de los seres humanos, se publicó en el acta para anunciar el galardón para al estadunidense, quien recientemente celebró 70 años de vida.

En la contracultura occidental

Leonard Cohen nació en Montreal en 1934 en el seno de una familia de ascendencia lituana, dedicada a la industria textil. Desde muy pequeño se inclinó por la música y la creación literaria, pues su primer poemario data de 1951, con tan sólo 17 años y a unos meses de haber ingresado a la Universidad McGill de su ciudad natal.

Después prosiguió su creación literaria con más poemas y con su primera novela, The favourite game (El juego favorito), editada a finales de los años 60 del siglo pasado.

Foto
Leonard Cohen (Montreal, 1934), poeta, músico y novelista

En esa época, Cohen se trasladó a Estados Unidos, donde incursionó en el mundo del folk y firmó su primer contrato discográfico. Compuso algunas de sus canciones más conocidas, como Suzanne, Hallelujah y Sisters of mercy.

Su primer disco en solitario se tituló Canciones de Leonardo Cohen. Ahí inició una larga trayectoria en la que ha incursionado en varias tendencias musicales –desde el folk clásico hasta el minimalismo–, pero manteniendo un distingo inalterable de su música: sus canciones son poemas cantados, recitados con una voz singular que algunos llaman cavernosa, profunda e inquietante.

Entre sus obras literarias ajenas a su trayectoria musical destacan Flores para Hitler, Los hermosos vencidos, Comparemos mitologías y El juego favorito.

En su obra no oculta la ascendencia de muchos escritores de su generación inmersos en la cultura del folk y en el estudio y la lectura de autores como Walt Whitman o Henry David Thoreau. En la segunda mitad del siglo XX, Cohen y sus compañeros de viaje se convirtieron en símbolos de la contracultura occidental.

Conversión al budismo

En un viaje a Grecia, Cohen se instaló en la isla de Hydra, empezó a escribir canciones y vivió durante siete años entre Europa y América. En 1966 volvió a Estados Unidos y entró en el mundo de la música con el cantante Judy Collins, quien grabó dos de sus canciones más simbólicas: Suzanne y Dress rehearsal Rag.

Luego de la publicación de su disco The future, en 1992, decidió retirarse a vivir al monasterio budista Mount Baldy, en California, donde estuvo más de siete años hasta convertirse en monje y adquirir un nuevo nombre, Jikan (el silencioso).

En esa etapa se dedicaba al rezo, la cocina, la pintura y la meditación, pero también a la escritura de poemas y canciones.

Algunas de esas creaciones forman parte de su penúltimo disco, Ten new songs, editado en 2001. Entre los numerosos reconocimientos recibidos por Cohen destaca el Premio Glenn Gould en 2011, por su trabajo más reciente, Songs from the road, una recopilación de sus temas más emblemáticos grabados en su última gira.

Cohen recibirá el premio en una sesión solemne en el Teatro Campoamor, de Oviedo, presidida por los príncipes de Asturias. El galardón incluye una escultura de Joan Miró y 50 mil euros.