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El auriazul marcó un golazo y el ecuatoriano salvó a Monarcas

En pálido juego, sólo Palencia y Rojas dieron brillo a la final

El campeón se definirá el domingo en CU; Pumas no es favorito: Vázquez

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El portero Federico Vilar no pudo evitar el golazo de Francisco PalenciaFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Viernes 20 de mayo de 2011, p. a51

Morelia, Mich., 19 de mayo. Más que una final de futbol, el juego parecía una solemne partida de ajedrez hasta que Francisco Palencia sacó un golazo digno de otro partido y le dio ventaja momentánea a Pumas, pero tan sólo cuatro minutos después Joao Rojas convirtió para Monarcas el 1-1 con el que terminó el encuentro de ida del cotejo por el trofeo del torneo Clausura 2011.

Ahora, ambos equipos necesitan la victoria para coronarse, pero sin duda el equipo de la UNAM dio un paso adelante en la lucha por el título, ya que el domingo en Ciudad Universitaria tendrá todo en favor para alcanzar su séptimo cetro.

Fue un partido de dos rostros. Si los aficionados hubieran llegado tan sólo para el segundo tiempo, de muy poco se habrían perdido.

Casi una hora antes de que se iniciara el juego el ambiente era de carnaval en el estadio Morelos, que se fue extinguiendo conforme empezó a rodar el balón.

El técnico Tomás Boy, en la tribuna por suspensión, sorprendió al iniciar con Luis Rey, quien pagó cara su escasa actividad apenas al minuto dos, al enviar una buena oportunidad a las tribunas.

El ambiente tenso dominaba el estadio y sólo se rompió al minuto 10, en doble arribo de Palencia que primero rechazó Vilar y luego Enrique Pérez despejó sobre la línea de gol.

Pumas empezó a tener la posesión de la pelota, mientras el silencio se empezaba a apoderar del inmueble y sólo se rompió con un ¡ah! en algo que quiso ser disparo de Jaime Lozano y se fue hasta la banda.

Después el que lo intentó fue Rafael Márquez, al robar el esférico en media cancha a Darío Verón, pero quiso sorprender a Alejandro Palacios con tiro bombeado, que se fue desviado.

El juego daba para muy poco. Morelia quería, pero no podía –sólo destacaba el esfuerzo individual del esforzado colombiano Leao–, mientras los universitarios se limitaban a dar pases laterales.

De final el partido no tuvo nada: a los 20 jugadores de campo les sobraba tensión en el cuerpo y les faltaba calidad, mientras los porteros eran simples espectadores de un encuentro tan gris como el balón.

Ante el exceso de balonazos y fallas, el público intentó hacer la ola, que sólo dio una vuelta a las gradas y se apagó. Era lógico: cualquier emoción estuvo prohibida en el primer tiempo.

Era tanto el silencio, que el silbatazo de Roberto García se escuchó con claridad hasta el cerro del Quinceo.

El complemento se inició con un poco más de acción, lo que se reflejó en amonestaciones para los visitantes David Cabrera y Efraín Velarde.

Pero también siguieron las fallas, ya que Márquez Lugo llegó solo al área, pero en lugar de disparar con potencia le entregó el balón al Pikolín Palacios.

El técnico Memo Vázquez trató de romper la monotonía con los ingresos de Leandro Augusto, por Cabrera, y Juan Carlos Cacho, por un apagado Martín Bravo, que instantes antes había ejecutado un infame disparo.

La intrascendencia siguió dominando en la noche templada hasta el minuto 68, cuando la defensa local se hizo bolas y el balón le cayó a la altura de la media luna a Palencia, quien rompió con la medianía al sacar soberbio disparo al ángulo superior derecho de Vilar.

Morelia reaccionó de inmediato con un tiro que iba a gol, pero Marco Palacios lo desvió a córner.

El empate llegó al minuto 72, en mala salida de la defensa visitante y gran jugada de Rey al dar pase medido al centro, donde Rojas definió el 1-1 con tiro rasante.

Mientras surgían algunas broncas en las pobladas tribunas, en la cancha Morelia estuvo más cerca de la victoria, sobre todo cuando Márquez ingresó por el centro, evadió al guardameta, pero ya no pudo disparar hacia la solitaria portería.

Después Rey mandó un cabezazo que pasó cerca del poste izquierdo y en la agonía Márquez apenas punteó el balón que se fue dócil a los guantes de Palacios.

Memo Vázquez se mostró tranquilo, pero rechazó la etiqueta de favorito. El equipo no se puede confiar, el domingo vamos a jugar con la misma concentración. Hoy hizo un partido muy inteligente, muy comprometido, el resultado es bueno, pero nada está definido. Claro que hubiera querido ganar, pero hoy el equipo tuvo orden y personalidad, resaltó.

Por su parte, el auxiliar técnico de Boy, Roberto Hernández, aseguró: Seguimos en la pelea, la serie está abierta porque fuimos buenos visitantes y Tomás felicitó a los muchachos por el juego y las oportunidades que se crearon.

Hernández criticó a su rival, al decir que siempre jugó a defenderse, a salir con pelotas largas y aprovechar un descuido. El domingo va a seguir así, pero nosotros tenemos capacidad de reacción.

Palencia definió con agudeza: El gol fue bonito, pero me hubiera gustado más el triunfo.