Akihito, príncipe heredero desde 1952 y quien asumió como emperador en 1990, apareció ayer por primera vez en televisión para dirigir un mensaje a la población japonesa.

El emperador, de 78 años, expresó ayer su preocupación por el carácter imprevisible de la crisis nuclear que golpea a Japón tras el sismo y el tsunami que según cifras oficiales preliminares dejó 5 mil 178 muertos, 8 mil 600 desaparecidos.

El emperador dirigió un mensaje que fue transmitido por televisión tras una serie de incidentes en la central nuclear de Fukushima.

Akihito, cuyas intervenciones públicas son contadísimas, admitió que el balance de muertos de las catástrofes naturales aumenta día a día y deploró una situación impredecible en Fukushima. Espero sinceramente que podamos impedir que la situación empeore gracias a los esfuerzos de todos los que participan en las tareas de socorro, declaró.

El heroísmo de los técnicos y operarios que siguen trabajando en la planta de Fukushima fue saludado por toda la prensa.

El gobernador de la Prefectura de Fukushima, Yuhei Sato, expresó ayer la desesperación de los lugareños.

Este accidente nuclear obligó a la gente a abandonar sus hogares. Quiero que todos entiendan esto. Quiero que todo el país demuestre comprensión hacia todos los que se van de la prefectura, dijo Sato a la televisora NHK.

La dirección de los vientos es observada con atención por países vecinos como China y Rusia.