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Según funcionarios uno de los más perjudicados es el de Joaquín El Chapo Guzmán

La muerte de narcos debilita a cárteles pero propicia más grupos del crimen: autoridades

La Familia, supuestamente disuelta, se ha segmentado y actúa por entidades del país

 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de marzo de 2011, p. 19

Las muertes de los capos Ignacio Nacho Coronel Villarreal (julio 2010), Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta (noviembre 2010), y Nazario El Chayo Moreno González (diciembre de 2010, no comprobada legalmente), han modificado el mapa de los cárteles de las drogas en México, indicaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.

Entre las principales consecuencias de esos fallecimientos destaca el resquebrajamiento del cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín El Chapo Guzmán Loera, Ismael El Mayo Zambada García y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, ya que la muerte de Coronel Villarreal provocó el surgimiento de dos nuevos grupos: el cártel de Jalisco Nueva Generación y La Resistencia, y con ello el fin de dos sociedades de conveniencia.

Asimismo, la falta de un liderazgo por parte de Sinaloa en la zona de Jalisco, Colima y Nayarit para concertar con otros grupos tras la muerte de Coronel Villarreal, aunada a la presunta muerte de El Chayo Moreno, propició la división de La Familia Michoacana en tres facciones, entre ellas el surgimiento de Los Caballeros Templarios, y la asociación de uno de los grupos con integrantes del cártel del Milenio (Valencia).

Los funcionarios entrevistados señalaron que el cártel de Sinaloa está perdiendo Jalisco, una de las plazas más importantes para esa organización, ya que se rompieron las sociedades que existían, por un lado con Los Valencia y La Familia, y por otro con los grupos que controlaba Coronel Villarreal (abatido por el Ejército Mexicano), situación que está provocando pérdida de territorios por la penetración de La Resistencia (sociedad Golfo-Valencia-Familia) y también de Jalisco Nueva Generación (inte- grado por grupos que operaban para Coronel en la zona occidente del país).

Según las fuentes consultadas, Nacho Coronel se encargaba de negociar y controlar zonas del occidente, centro y el sureste del país, situación que se ha complicado para Sinaloa, toda vez que en entidades como Morelos y el Distrito Federal perdieron zonas de recepción y distribución de drogas a manos de grupos como los Beltrán Leyva, ex socios de Sinaloa y ahora dirigidos por Héctor Beltrán Leyva. En tanto, en los estados de Nayarit, Colima (puerto de Manzanillo) y Zacatecas han sido desplazados por Los Zetas. En Lázaro Cárdenas, Michoacán, existía una sociedad con La Familia que se ha debilitado.

Con la muerte de Ezequiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo tras la extradición de su hermano Osiel a Estados Unidos en enero de 2007, Los Zetas incrementaron su presencia en la zona de Tamaulipas, Veracruz y Nuevo León, y de acuerdo con la información obtenida están considerados la organización más sólida, ya que ahora no sólo protegen sus territorios, sino que apoyan las actividades de grupos como el cártel de Juárez y Arellano Félix en entidades como Coahuila, Sonora, Chihuahua, contra los grupos de Sinaloa con la facción que dirige Ismael El Mayo Zambada, y en Baja California de células de La Familia.

El cártel del Golfo quedó en manos de Mario Cárdenas Guillén y su presencia se extendió hacia Jalisco, Michoacán, Veracruz y Tabasco. En las dos últimas entidades existe una disputa contra Los Zetas, indicaron los funcionarios entrevistados.

Por lo que hace al cártel de La Familia, las fuentes consultadas señalaron que la presunta muerte de El Chayo Moreno provocó una escisión en el grupo, ya que una parte decidió sumarse a La Resistencia para apoderarse de territorios que antes compartían con Sinaloa; otra facción decidió crear su propia organización y dar origen a Los Caballeros Templarios, los cuales son considerados un grupo de sicarios, aunque apoyará a los históricos de La Familia como Jesús El Chango Méndez Vargas, Servando Gómez Martínez, La Tuta, y Enrique Kike Plancarte.

Para los funcionarios entrevistados La Familia no es una organización perdida; debilitada sí, debido a que se calcula que cuando menos 50 por ciento de sus miembros pasaron a otras filas u organizaciones, sobre todo los operadores.

La Familia Michoacana anunció su disolución en enero pasado; sin embargo, existen células de este grupo que operan de manera separada y que se autonombran, por ejemplo, La Familia Mexiquense, La Familia Guanajuatense, etcétera, y ahora muchas de las operaciones se realizarán de manera regional, teniendo acuerdos con los grupos que operen las plazas, indicaron los entrevistados.