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Jef Johnson, clown e integrante de Slava’s Snowshow, impartirá un taller en el DF

Si actuamos para satisfacer al público, no somos artistas, sino marionetas
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Desde hace un año, Jef Johnson radica en San Miguel de Allende, Guanajuato, donde desarrolla un laboratorio escénico sobre los fundamentos del clown y el trabajo de la máscaraFoto cortesía del artista
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de marzo de 2011, p. a10

Para todo artista escénico hay dos caminos importantes en el terreno de la interpretación: uno es mostrar el nivel técnico para el placer del público, y, como creador, disfrutar la vida mediante las habilidades para compartir ese goce con el espectador.

Tal es el espíritu que intenta difundir el clown Jef Johnson, integrante de la reconocida agrupación internacional Slava’s Snowshow, quien ha impartido clases magistrales, conferencias y talleres para compañías de teatro y universidades, incluso el Circo del Sol y Cirko de Mente, de México.

En charla con La Jornada, tras concluir una conferencia que impartió a un grupo de jóvenes bailarines en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, con la finalidad de inspirar y liberar su potencial creativo, Johnson explicó que cada técnica y habilidad que se aprende y desarrolla permiten más posibilidades para expresarse; de ahí que siempre se practique y estudie. Sin embargo, destacó, lo que haces no es lo que te define. Mostrar lo bien que danzas no te convierte en bailarín. Mostrar lo bien que puedes tocar un instrumento musical no te hace un excelente músico. Lo importante es que en el pasado, el presente y el futuro sólo exista uno, la persona que eres, con tus características.

En el quehacer escénico, si interpretamos una obra tratando de satisfacer las expectativas del público, entonces no somos artistas, sino marionetas, dijo.

Hoy día, el mundo exige eficiencia, satisfacer un estándar mientras se realiza un trabajo, pero debajo de la parte social está lo humano; en el terreno de las artes escénicas ha habido una confusión tanto para los jóvenes artistas como para los profesionales, cuando se dice que el éxito depende de la aprobación de los maestros, del público y de los colegas. Si no se tiene eso, se considera un fracaso.

Hay algo de razón en esa idea, explicó Jef, pues si nadie te entiende, fracasas; pero si nadie te entiende a ti, entonces fracasas. Si estás presente en tu estar en escena, el espectador tendrá la oportunidad de verte, sentirte, conocerte y encontrarte. Por eso sólo hay uno de la persona quien eres”, reiteró.

Los artistas somos personas creativas, pero tenemos que entrenar nuestro cerebro. Si nos olvidamos del contrato social, si podemos perder el miedo de fallar a las expectativas del público, es posible encontrar algo brillante y eso queda en uno para siempre.

Estados de conciencia

Desde hace un año, Jef Johnson radica en San Miguel de Allende, Guanajuato, donde desarrolla un laboratorio escénico sobre los fundamentos del clown y el trabajo de la máscara; tiempo en el que se ha dedicado también a impartir conferencias y talleres por distintos estados del país.

Para Jef, el clown es un estado de conciencia abierta, un estado de ser. Es la figura que puede abrir la puerta entre el mundo de los sueños y la realidad física. La máscara también es un portal que nos conecta con la dimensión espiritual y material de nuestro cuerpo y del mundo en que vivimos. No es un proceso superficial e intelectual.

Los clowns, aseveró, no tienen ningún deber de hacer reír a nadie. El clown es libertad, puede hacer lo que sea en cualquier momento y lugar. En el caso de la máscara, yo no uso una, es ésta la que me usa. Yo no hago una danza, es la música la que me danza.

La danza no se trata de poner los pies en el lugar correcto al tiempo correcto, la danza existe en lo que hay entre un paso y otro.

El arte, continuó, “es una comunicación entre su expresión y yo mismo. Tiene la capacidad de salvarme de una manera rígida de vida.

A diferencia de otros países, en México los artistas están hambrientos de ser escuchados para encontrar su voz. Eso se debe incentivar, no perder. En las escuelas del mundo no hay educación: hay entrenamiento y competencia. Los maestros sólo se ocupan del entrenamiento de los artistas para que sean exitosos y sobrevivan y satisfagan al público, pero la idea es perder el miedo de fallar a las expectativas del espectador porque de esa manera se descubre si disfrutas y amas lo que haces. Si soy capaz de fascinarme y compartir mi fascinación de las cosas sobre el escenario, entonces fascinaré al público.

Con el título El poder de la posibilidad, Jef Johnson impartirá un taller los días 25, 26 y 27 de marzo en el Distrito Federal. Para solicitar información puede llamar al teléfono 04455-3488-6341.