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México requiere unidad y acuerdos, coinciden en ceremonia por aniversario de la Constitución

Ajustar las leyes para acabar con crimen e impunidad, pide Calderón

La Carta Magna debe prevalecer por encima de ocurrencias de gobernantes: diputado Ramírez Marín

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El presidente Felipe Calderón encabezó ayer en Palacio Nacional el festejo por el 94 aniversario de la Constitución. Lo acompañan los presidentes del Senado, Manlio Fabio Beltrones; de la Cámara de Diputados, Carlos Ramírez Marín, y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan N. Silva Meza, entre otrosFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de febrero de 2011, p. 7

En el contexto de la celebración del 94 aniversario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el presidente Felipe Calderón sostuvo que nuestras legítimas diferencias no pueden ni deben ser obstáculo para tomar las decisiones que nos permitan conducir a México a un mejor destino.

Asimismo, subrayó que la esencia de la democracia radica en el respeto de las diferencias, pero más allá de éstas, es necesario mantener la unidad en lo esencial y enfrentar los desafíos que tiene el país.

Con la República congregada en Palacio Nacional –como definió el acto de celebración–, Calderón aseguró que sin importar quién gobierne, hay un proyecto común de nación, toda vez que la Constitución nos une en nuestras diferencias y más allá de esas diferencias. Si bien destacó que la pluralidad es la esencia de la democracia, mencionó que la tolerancia y el respeto también son principios fundamentales.

Palacio Nacional fue elegido esta vez para conmemorar el aniversario de la Constitución y fue el espacio para escuchar –una vez más– las coincidencias discursivas sobre la necesidad de lograr acuerdos. De nueva cuenta, todos los oradores señalaron que México requiere pactos fundamentales.

El presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, manifestó que la separación entre los poderes que se plasma en la Carta Magna no es sinónimo de conflicto entre ellos. La cooperación entre éstos es condición para la gobernabilidad democrática; en el Congreso, estoy cierto, así lo entendemos la mayoría.

En su oportunidad, el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín, aseguró que sería incomprensible hacer prevalecer por encima de la Carta Magna las ocurrencias coyunturales de legisladores, gobernadores o partidos. Mencionó que la Constitución limita el poder político, por lo que no puede ser que en la búsqueda del poder se valga todo, a toda costa, a cualquier costo.

En su intervención, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan N. Silva Meza, aludió al problema dominante en estos tiempos: el crimen. La mayor y mejor respuesta a la violencia y a los violentos es y debe ser siempre la respuesta constitucional, condensada en leyes e instituciones. Agregó que en tiempos difíciles, es imperioso cuidar las instituciones y la institucionalidad.

Esta vez no hubo recriminaciones, acaso algunas alusiones indirectas entre los oradores ante la inmovilidad de las reformas, e incluso Calderón fue discreto en una nueva arenga para que le aprueben las iniciativas que ha enviado al Congreso. Consideró que la respuesta necesaria a los desafíos del país es la actualización de la ley para adecuarla a las cambiantes circunstancias.

Fue inevitable que el Presidente tocara el tema del crimen, el enemigo común –como lo llamó– que amenaza las libertades y atenta contra los ciudadanos. Se requiere adecuar nuestra legislación para fortalecer las instituciones y acabar con la impunidad que tanto ha lastimado y sigue lastimando a nuestra sociedad.

Asimismo, habló de la necesidad de tener herramientas para desmantelar la capacidad financiera de los grupos criminales: es necesario construir un marco en el que prive el estado de derecho, para que quien viole la legislación reciba el castigo que merece.

Calderón también se refirió al fortalecimiento de la democracia e implícitamente aludió a su propuesta de reforma de Estado, pues dijo que se requiere la conformación de un régimen que confiera mayor poder a los ciudadanos, favorezca la impostergable rendición de cuentas y establezca mayores vínculos de los gobernantes con las demandas sociales.

Necesario, facilitar la toma de decisiones

Es crucial avanzar en un diseño institucional que facilite la toma de decisiones y nos permita alcanzar los acuerdos para transformar a México, dijo.

Durante la ceremonia, el Presidente anunció la publicación de la Carta Magna en 13 lenguas indígenas, como tzeltal, tzotzil, maya, totonaca, matlazinca, purépecha, mazahua y náhuatl. Subrayó que esta publicación tiene un importante simbolismo, porque la Constitución unifica al país.

Segundo orador de la ceremonia, Beltrones consideró que frente a los problemas que enfrenta el país, como la pobreza, la violencia, la injusticia y la impunidad, la sociedad ha sido prudente, pero no es indiferente. Sabe que si los problemas son reales, las soluciones no pueden ser virtuales.

El priísta dijo que frente a los duros desafíos que tiene la nación, debemos rechazar a quienes usan la retórica de la intransigencia para justificar el inmovilismo. Esos son los verdaderos cómplices de la mediocridad.

En ese mismo tenor había hablado el presidente de la Corte, para quien la historia ha enseñado –dolorosamente– al país que cuando hay posiciones irreductibles, la nación pierde y los adversarios de la legalidad avanzan. La fuerza del Estado depende de ese trabajo conjunto, realizado con un entendimiento claro de la función constitucional que cada uno tiene asignada, consideró Silva Meza.