Política
Ver día anteriorLunes 31 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El obispo Felipe Arizmendi leyó la parte final del testamento del Tatic

Antes de morir, Samuel Ruiz pidió perdón a todos los que ofendió o escandalizó
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 31 de enero de 2011, p. 18

San Cristóbal de Las Casas, Chis., 30 de enero. Con todo el corazón, el obispo emérito Samuel Ruiz García, fallecido el lunes pasado, pidió en su testamento perdón a Dios de todas mis faltas, y también a todas aquellas personas que, con mis palabras o acciones, haya ofendido o escandalizado.

En el mensaje, incluido en la parte final de su testamento, dado a conocer por el obispo local, Felipe Arizmendi Esquivel, rogó al mismo misericordioso y omnipotente Señor (cuya justicia es su misericordia) que repare los daños que mis acciones causaron en dichas personas.

En especial, el Tatic (padre, en tzeltal) agradeció a Dios el privilegio de haber podido descubrir en los humildes y sencillos, los pobres y los indígenas, la grandeza de sus designios manifestados en aquellos de quienes es el Reino de los Cielos.

El prelado incluyó en su testamento la parte final de la homilía que pronunció en la catedral de San Cristóbal con ocasión del 50 aniversario de su ordenación episcopal, celebrado el 25 de enero de 2010: “Al Señor Dios, trino y uno, que habiendo creado todas las cosas con peso, número y medida, nos redimió por la encarnación, pasión, muerte y resurrección de su hijo Jesús, le doy infinitas gracias por haberme hecho hijo suyo y por haberme llamado como pastor de su Iglesia, para ‘edificar y plantar’ su reino de justicia, de amor y de paz, acompañado de numerosos colaboradores y de su pueblo santo”.

Agregó: Por su infinita misericordia me permitió participar en las cuatro sesiones del Concilio Ecuménico Vaticano II e impulsado por la brisa renovadora del mismo, caminar a nivel de nuestro continente y de nuestro país, en la Comisión de Misiones del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), en la Comisión Episcopal de Indígenas en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y como último obispo de la diócesis de Chiapas y primero de la de San Cristóbal de las Casas.

Arizmendi Esquivel, quien leyó el texto al final de la misa de las 12 horas de este domingo en la catedral, recordó que cuando Ruiz García tomó posesión, en 1960, ésta era la diócesis de Chiapas y en 1965 se dividió para crear la de Tuxtla Gutiérrez y la de San Cristóbal de las Casas.

El prelado, originario de Irapuato, Guanajuato, afirmó en su testamento: Muero en la confesión de esta fe, vivida en el seno de la Iglesia católica, apostólica y romana, y en comunión con el Sucesor de Pedro y con mis hermanos obispos, reconociendo mis limitaciones e infidelidades.

El actual obispo de San Cristóbal informó que ha recibido mensajes de Alemania, Suiza, Francia, Italia, Chile, Paraguay, Bolivia, Perú, Costa Rica, Colombia, Honduras, Cuba, Canadá, Estados Unidos y Guatemala, entre otros países, así como de muchos obispos, por la muerte de Ruiz García.

Añadió que cientos y cientos de personas han desfilado en los cuatro días recientes por la catedral para ver el sitio donde se depositaron los restos de Ruiz García el pasado miércoles. A todas horas vienen personas, no sólo a las horas de la misa del novenario; por eso lo tenemos aquí libremente y no quisimos ponerlo en criptas y encerrado en la parte de abajo, sino que esté aquí para que el que guste pase con toda confianza, afirmó.

Dijo que el novenario de misas, que concluirá el próximo viernes, se realiza en la catedral y en las 50 parroquias que tiene la diócesis.