La sección México del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos) exigió ayer que sean revertidos los presuntos daños causados al Palacio de Bellas Artes con motivo del remozamiento de su sala principal.

En voz de su presidenta, Olga Orive Bellinger, el organismo no gubernamental refrendó que el 31 de enero presentará una denuncia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para que ésta envié una misión reactiva a evaluar el recinto.

Esta misión reactiva se realiza cuando una persona o un Icomos nacional emite un dictamen de que hay daño grave a un bien inscrito en la Lista de Patrimonio mundial, explicó la arquitecta, y agregó que si el organismo internacional encuentra afectaciones, se solicita la reversión al Estado miembro, si bien no pone en peligro la declaratoria.

En el caso del máximo recinto cultural del país, aclaró, se encuentra inscrito en ese listado como elemento del Centro Histórico de la ciudad de México, cuya inscripción como bien de la humanidad data de 1987.

En conferencia de prensa, Orive aseguró que este martes Icomos remitiría una petición por escrito al Instituto Nacional de Bellas (INBA) para que a la brevedad permita que un grupo de especialistas realice estudios técnicos de acústica, iluminación, isóptica, mecánica teatral, electricidad, mecánica de suelos y protección civil.

Lo anterior, luego de que el lunes pasado no fue posible hacer ese diagnóstico durante la ríspida visita que una representación de Icomos efectuó al palacio, por carecer de dicha autorización, según le fue argumentado.

En tanto Icomos recibe respuesta del INBA, Olga Orive aseguró que en esa visita del lunes pudieron constatar las afectaciones patrimoniales en el Palacio de Bellas Artes, entre ellas que no se respetaron los convenios internacionales, como la Carta de Nara, que trata sobre la autenticidad e integridad de los edificios históricos.

De igual manera, enumeró, se modificó su uso original, de ser una sala para ópera y conciertos, se busca que sea una sala múltiple ajena a su proyecto; se sustituyó la mecánica teatral, cuando ésta tenía valor histórico; se cambió el diseño espacial de la sala, así como mobiliario y accesorios, esto último con materiales de dudosa calidad, además de colocar una exagerada cantidad de elementos ajenos, como lámparas y bocinas.

Tras resaltar que la sala principal de Bellas Artes es más insegura hoy que antes de su remozamiento, para presentar varias deficiencias en materia de protección civil –como haber tapado los dos pasillos y colocar escalones–, Orive consideró que varias de las adecuaciones no tenían razón de ser y, por consiguiente, se incurrió en gasto innecesario de recursos.

Se trataba de una obra que sería de menor alcance y la cual llegó a tener dimensiones que de ninguna manera creemos que eran necesarias, destacó. No nos queda muy claro el dictamen de las razones por las cuales modificaron la sala.