Opinión
Ver día anteriorMartes 18 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

La fuerza de López Obrador en el Edomex

El juego de Ebrard

Las intenciones chucho-camachistas

E

l intento del chuchismo-camachismo por destruir totalmente al PRD continúa. Se hará todo lo que se tenga que hacer para evitar que el movimiento de López Obrador se convierta en un verdadero oponente al PRI en el estado de México.

Por lo pronto, ese partido, carente de militancia genuina, se ha llenado de resentidos, de buscadores de chambas o de muchos que confían en que Nueva Izquierda les devolverá el linaje político que perdieron por torpeza o ineptitud, es decir, desesperados que tienen en venta el alma y por fin hallaron un comprador.

La alianza espuria para la gubenatura del estado de México es una oportunidad, y están listos. La consulta que tratan de imponer ya tiene respuesta. Por lo pronto, Alejandro Encinas dice que aceptará la decisión que exprese esa especie de encuesta, pero también ha dicho que no irá como candidato panista. Y es que aceptarla no significa acatarla.

Hasta donde se sabe, en caso de que la consulta arroje una decisión favorable a la alianza, Encinas declinaría la candidatura por el PRD y correría como candidato del PT y Convergencia, cuestión que, como ya se sabe, no alteraría con mucho los resultados dado que el PAN y el PRD juntos no lograrían una votación que pusiera en riesgo el triunfo priísta.

Lo que preocupa a la alianza de facto PAN-PRD-PRI es la fuerza que pueda tener el movimiento de López Obrador. Si bien es cierto que en el estado de México la clientela de los vivienderos que encabeza el senador Héctor Bautista cuenta con necesitados dentro de la tribu que lidera el legislador que fue a rendir pleitesía a Felipe Calderón, para algunos importante, también es verdad que dentro de ese grupo una cantidad significativa burlaría los métodos de control que ha impuesto el jefe de la tribu para votar en favor de Encinas, aunque no fuera el candidato del PRD.

De cualquier forma, lo que suceda en el PRD tiene sin cuidado al movimiento de López Obrador, que con o sin la franquicia amarilla resulta imparable. En el estado de México el proyecto del ex jefe de Gobierno capitalino tiene una aceptación que va más allá de lo que se esperaba en el PRI, y hasta donde se nos cuenta, el gobierno de Peña Nieto manda, al final de cada una de las visitas de AMLO, a un grupo de empleados a ofrecer todo tipo de ayudas para menoscabar la fuerza que levanta el tabasqueño.

Lo que ahora está en duda es la participación de Marcelo Ebrard en todo este sainete. El día que el jefe de Gobierno del DF destapó a Encinas parecía quedar en claro que él había tomado las riendas del PRD. La cara de derrota de Jesús Ortega aquella tarde demostraba que el jefe del PRD estaba fuera de las decisiones de mayor importancia en el organismo.

Si así fue, lo que hace Ortega ahora no es más que obedecer las ordenes de Ebrard, y todo hace suponer que esa es la realidad, por lo que, dadas las circunstancias, a estas alturas del partido no sabe con exactitud cuál es el juego que tiene Marcelo. Si así no fuera, el derrotado sería el propio Ebrard porque su fuerza aún no alcanzaría para contener al chuchismo, y eso lo exhibiría como un político muy débil. ¡Cuidado!

De pasadita

Ahora resulta que quien fue el ombudsman azul en el DF, Emilio Álvarez Icaza, se ha convertido en simple mil usos. Como no se le hizo, por razones obvias, convertirse en presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ahora pretende subirse al camión del Instituto Federal Electoral. Total, donde existan reflectores y un magnifico salario, allí estará el nuevo mil usos. Eso sí es consistencia.