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Los delincuentes atacan estaciones de la policía y queman autos en esa ciudad de Brasil

Operativos contra el narcotráfico en 20 favelas de Río de Janeiro; dos muertos

Las fuerzas de seguridad utilizan helicópteros y blindados en redadas contra las bandas criminales

Las ciudades perdidas fueron ocupadas por los uniformados luego de los enfrentamientos armados

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Miembros de la policía militarizada detienen a un narcotraficante herido después de fuego cruzado en la favela carioca Mandela DosFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de noviembre de 2010, p. 26

Río de Janeiro, 23 de noviembre. La policía de Río de Janeiro, que utilizó vehículos blindados y helicópteros, lanzó este martes operativos en 20 favelas para contrarrestar una serie de ataques atribuidos a bandas de narcotraficantes y abatió al menos a dos sospechosos, informó la institución.

Las fuerzas policiales entraron a las favelas y solicitaron refuerzos este día cuando trataban de sofocar un tercer día de violencia orquestado por los narcotraficantes, que habían atacado estaciones policiales y quemado automóviles en esta ciudad brasileña.

Este martes, todos los agentes de las fuerzas de seguridad están en las calles, anunció el coronel Lima Castro, de la policía militarizada, quien confirmó el aseguramiento de armas y drogas.

Al final de la jornada, unas 20 favelas habían sido ocupadas por cientos de uniformados fuertemente armados. En varias de ellas los comercios cerraron y se registraron tiroteos, según las autoridades, que desde el pasado lunes arrestaron a 11 personas por supuestos nexos con los ataques.

Haremos lo que sea necesario para que las personas de bien derroten a los que prefieren vivir en la marginalidad, afirmó públicamente este martes el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, durante un acto de la petrolera estatal Petrobras en Ribeirao Preto (interior de Sao Paulo).

La noche del lunes, el gobernador de Río, Sergio Cabral, pidió el apoyo del gobierno federal. “Es un intento de intimidación. Pero no vamos a retroceder y continuaremos reconquistando territorios (dominados por los narcotraficantes) y llevando la paz a las favelas”, señaló el funcionario.

En las últimas 48 horas, los narcotraficantes realizaron más de una decena de ataques, que incendiaron automóviles y ametrallaron puestos de la policía como una forma de represalia contra su expulsión de esos barrios pobres.

Uno de los bandidos me apuntó con un fusil a la cabeza y me ordenó salir del automóvil, mientras que otro roció el vehículo con gasolina y le prendió fuego, dijo a los medios José Augusto da Rocha, cuyo vehículo fue interceptado el domingo anterior.

Estos ataques no dejaron víctimas pero sembraron el terror en diversas zonas de la ciudad y la periferia e incluso ocurrieron cerca del Palacio Guanabara, sede del gobierno del estado de Río de Janeiro, en el barrio de Laranjeiras (en la zona sur).

Es la primera vez en dos años, desde la creación de las Unidades de Policía Pacificadora, que los traficantes de droga organizan una respuesta al programa que instala cuarteles para el accionar de una policía comunitaria y se propone restablecer la paz y los servicios del Estado en los barrios más pobres de la ciudad.

El objetivo (de los traficantes) es aterrorizar a la población. Además de perder sus territorios ante la acción (de las fuerzas) del Estado, pierden espacio ante las milicias (grupos parapoliciales que ocupan el lugar de los traficantes), afirmó el sociólogo Claudio Beato al diario O Globo.

Electo en enero de 2007, Cabral había anunciado una lucha sin tregua contra el crimen organizado para restablecer el estado de derecho en las favelas.

Hasta el momento 13 favelas, básicamente en zonas residenciales de la ciudad, han sido pacificadas y más de 200 mil habitantes se vieron libres del orden impuesto por los narcotraficantes, según los datos oficiales.

En Río de Janeiro, cerca de 2 millones de habitantes (alrededor de un tercio de la población del municipio) viven en más de mil favelas, y las autoridades se proponen pacificar una centena de las más violentas hasta la Copa del Mundo de Futbol de 2014.

El secretario de Seguridad de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, prometió que unos 7 mil policías serán contratados hasta el comienzo del próximo año.

Al contrario de lo publicado en la prensa, que indica una unión de grupos criminales para perpetrar las acciones violentas, Beltrame minimizó los ataques atribuyendo esas acciones a un pequeño grupo de una de esas facciones de narcotraficantes.

Uno de los sospechosos arrestados en Copacabana dijo a la policía que la orden para realizar los ataques salió de una cárcel y que fue transmitida a los líderes de los narcotraficantes en la favela Vila Cruzeiro de Río de Janeiro, afirmó Beltrame a la presa.

Semanas después de que Río de Janeiro se adjudicó la organización de los Juegos Olímpicos de 2016, miembros de una banda de delincuentes derribaron a tiros un helicóptero de la policía del estado, lo que dio comienzo a una serie de incursiones de la fuerza pública en las favelas con saldo de al menos 30 muertos.

En agosto de este año, habitantes de una favela que llevaban armas automáticas y granadas invadieron un hotel cinco estrellas en uno de los barrios más ricos de Río de Janeiro y mantuvieron a 35 personas como rehenes durante al menos dos horas.

Por último, el portavoz gubernamental Marcelo Baumbach informó este martes que el presidente brasileño, no tiene planes de postularse o aceptar el cargo de presidente de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que quedó acéfala después de la muerte del ex mandatario argentino Néstor Kirchner.

El nombre de Lula, que dejará el poder el primero de enero, fue manejado en las últimas semanas por la prensa y diplomáticos para ocupar el lugar que dejó vacante el fallecimiento de Kirchner el pasado 27 de octubre.

Brasil no tiene nombre para llevar a la mesa (en Guyana) y no tenemos indicación de que otros países tengan propuestas, señaló Baumbach al ser consultado sobre eventuales apoyos de Brasil a potenciales candidatos.