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Se ultiman detalles, pero el arquitecto no se compromete a dar una fecha de terminación

El nuevo Museo Soumaya emerge de la plaza como una ola explosiva: Romero

Un mural de Rufino Tamayo y una escultura de Auguste Rodin engalanarán el vestíbulo, adelanta

Foto
Trabajos en el nuevo Museo Soumaya, durante un recorrido de La JornadaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de noviembre de 2010, p. 8

El mural Naturaleza muerta, de Rufino Tamayo, y la escultura El pensador, de Auguste Rodin, una de las obras más representativas de la colección, animarán el vestíbulo del nuevo Museo Soumaya, de siete niveles, construido en la colonia Ampliación Granada.

Respecto de la terminación del edificio, el arquitecto responsable, Fernando Romero, se apura a decir que será lo más rápido que se pueda.

Proyectado para concluirse en 2010 ( La Jornada, 27/2/09,), el director de LAR (Laboratorio de Arquitectura) no se compromete a dar una fecha, ni siquiera confirmar si para finales de año o principios del próximo. En cuanto al museo con arte, afirma que será en 2011, pero no se ha dicho cuándo, aunque su página en Internet anuncia la apertura para el próximo 15 de diciembre.

El nuevo Museo Soumaya va a la cabeza de un plan maestro de desarrollo, a cargo del Grupo Carso, que comprende 500 mil metros cuadrados de construcción incluye tres torres de oficinas, dos de viviendas, un centro comercial y un teatro, así como la nueva sede de la Fundación/ Colección Jumex, cuyo diseño será del arquitecto británico David Chipperfield.

Complejidad y libertad formales

Durante un recorrido por la obra, Fernando Romero habló a grandes rasgos de la evolución del proyecto, que se remonta a hace cuatro años (La Jornada, 16/5/06), y cómo primero diseñaron para el terreno adjunto, que finalmente fue vendido a la Fundación Jumex.

La forma lúdica del nuevo museo contrasta con la seriedad del conjunto en su entorno. Se trata de un edificio que emerge de la plaza como una especie de ola explosiva. Romero explica: Pensamos que surgir de la plaza ponía el arte muy alto en la sociedad.

Al mismo tiempo, con la compresión del material de la fachada, generaba distintas tipologías que traducían muy bien la diversidad de la colección (del Museo Soumaya), que abarca del siglo X al XX.

El recinto se ha consolidado al ir uniendo microcolecciones; entonces, el contenido es muy diverso: timbres, monedas, objetos, autos, vestido, pintura y escultura, acota.

El nuevo museo, cuya estructura es de acero, consta de una planta baja, seis niveles de exposiciones y seis mil metros cuadrados de exhibición.

Romero anota que casi todos los museos del mundo reciente se construyen en lotes más pequeños, de modo que se vuelven estructuras verticales.

El Soumaya, explica, tiene la misma escala que el Museo Mercedes Benz en Stuttgart.

Para el arquitecto, el séptimo nivel, o la exposición seis, es lo más importante del proyecto, porque allí se eliminaron por completo las columnas con el objeto de exhibir sólo escultura. A este último nivel se llega por una rampa; no hay elevadores ni servicios de ningún tipo.

Los elevadores llegan a la exposición cinco. Romero es de la idea de que la mayoría de los visitantes subirán por los elevadores y bajarán por las rampas que, por cierto, no estaban en el proyecto original, aunque sí las escaleras eléctricas, que fueron descartadas.

La transición entre el vestíbulo y las áreas de exposición es tarea de la única sala restringida, que alberga una colección particular de monedas y billetes.

Según el entrevistado, a diferencia de otras profesiones, uno no escoge los programas en los cuales va a trabajar.

El tema de los museos, sin embargo, lo había trabajado mucho en concursos internacionales. Observa que “por lo general los arquitectos hacen sus proyectos de museo de una edad avanzada y al mismo tiempo hacen sus mejores obras jóvenes. Entonces, ha sido una oportunidad única tratar un edificio joven con el programa de museo.

Es un reto. No creo que se hayan hecho muchos edificios de este contexto tecnológico en México en el sentido de la complejidad y libertad formales. Ha sido un proceso muy rico de gran aprendizaje para todos los equipos involucrados, donde hemos tenido que conectar la tecnología de vanguardia constructiva y de diseño con la forma y el quehacer de los procesos lógicos de construir en México. Esperamos que el resultado funcione.