La Paz, BCS., 22 de noviembre. Al arrancar su campaña por la gubernatura en el rancho San Juan, propiedad del gobernador Narciso Agúndez Montaño, el candidato de la coalición Sudcalifornia para Todos, integrada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT), Luis Armando Díaz, se comprometió a consolidar el proyecto de izquierda que llegó al poder en Baja California Sur en 1999.

Ante el anfitrión, Agúndez Montaño, funcionarios de gobierno, dirigentes estatales de los partidos aliados y los abanderados a las cinco alcaldías y 16 distritos electorales del estado, Díaz reconoció el trabajo de sus predecesores, pero puntualizó que falta mucho por hacer.

La noche del domingo, ante 3 mil personas, la mayoría habitantes del municipio de Los Cabos, donde se localiza el rancho del mandatario estatal, dijo que con la fuerza de la gente buscará consolidar un estado saludable, seguro, sustentable y de servicios.

Expuso que de triunfar en los comicios del febrero próximo intentará dirigir un gobierno de resultados, que cumpla su función de realizar obras públicas, pero también atienda las necesidades de los seres humanos que hay detrás de los ciudadanos (sic).

Con una pancarta que tenía impresos los rostros de los candidatos a la gubernatura, a la alcaldía de Los Cabos (Antonio Agúndez Montaño, hermano del mandatario sudcaliforniano) y a las tres diputaciones de ese municipio, Luis Armando Díaz tomó protesta a los asistentes como promotores de su proyecto.

El dirigente estatal del PRD, Adrián Chávez Ruiz, consideró que los siguientes comicios serán distintos porque no sólo se enfrentarán a otros partidos, sino también a los pendientes que hemos dejado. Será una lucha contra nuestros errores, que ya nos alcanzan.

Chávez Ruiz afirmó lo anterior en alusión a los precandidatos perredistas que renunciaron a su militancia, entre ellos Leonel Cota Montaño, abanderado de Nueva Alianza a la alcaldía de Los Cabos, y Marcos Covarrubias Villaseñor, aspirante de la coalición formada por los partidos Acción Nacional (PAN) y de Renovación Sudcaliforniana (PRS), de registro estatal.

Es una confrontación entre quienes apostamos por la democracia y quienes, desde su visión de caudillos y caciques, dan o quitan certificados de buena conducta para seguir acaparando el poder; contra quienes sin ninguna pena pueden comer 10 años del proyecto y después le dan la espalda, reniegan de él y se van a servir de tapete a los panistas que nos robaron la elección (nacional) en 2006.