Diariamente seis toneladas de basura, incluidos muebles, aparatos electrodomésticos, llantas y hasta animales muertos son arrojadas a la planta de bombeo del Gran Canal del Desagüe de la ciudad de México, con la consecuente obstrucción en su desalojo, que deriva en inundaciones durante la temporada de lluvias, por lo que mantenerla al día es importante, afirmó el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, Ramón Aguirre Díaz.

Tan sólo la lluvia del miércoles dejó 16 mil 500 millones de litros, suficientes para llenar 8.5 veces el estadio Azteca, por lo que fue necesaria la incursión de Julio César Cu Cámara, uno de los dos buzos de aguas negras que existen en el mundo, quien se encargó de verificar que la basura no interfiriera la operación de las bombas de desalojo.

Se trata, dijo, de un trabajo fundamental para asegurar que toda la infraestructura funcione, pues de esta planta dependen 4 millones de habitantes, por lo que un promedio de 15 veces al año los buzos se sumergen alrededor de siete metros en aguas negras.