Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 13 de junio de 2010 Num: 797

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

El verdadero patriota argentino
LAURA GARCÍA

La pasión de Concha Urquiza
JAVIER SICILIA

Breve antología
CONCHA URQUIZA

Cine y zapatismo
JUAN PUGA entrevista con ALBERTO CORTÉS

Las güeras, de José Antonio Martínez
INGRID SUCKAER

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Catequismo ilegítimo (I DE III)

Para Esther Hernández Palacios, con un abrazo

En 1993, Emilio Burillo Azcárraga, primo de Emilio Azcárraga Jean y yerno de Miguel Alemán, decidió dejar la producción de comerciales y un puesto ejecutivo en el emporio de su tío, el hoy extinto Tigre Azcárraga Milmo porque, según se dice, vivió una epifanía espiritual en uno de esos rincones del mundo que exhiben imaginería religiosa para enardecidos peregrinos. Ideó entonces un proyecto de televisión católica que, según él, habría de llevar el evangelio a las masas. Bautizó el fruto de sus católicos ardores como Clara Visión. Oficialmente se explicaba como canal “cultural”, con lo que se hacía una legaloide circunvalación a la normatividad referente a difusión masiva de cultos. Tal que suele acontecer con proyectos de índole didáctica entre la burguesía criolla –sobran ejemplos de colegios erigidos por particulares pero entregados a clérigos y órdenes conventuales–, Burillo cedió su canal religioso a la batuta del entonces obispo de Toluca, Alfredo Torres Romero. A la muerte de éste, en 1996, Clara Visión siguió teniendo Toluca por sede durante el sucesivo obispado de Francisco Robles, pero en 2000 Burillo se llevó su canal a Ciudad de México para convertirlo en una suerte de televisión de la basílica guadalupana. Entonces cambió el nombre de su catequesis televisiva por el de María Visión. En 2004, y por razones poco claras (era jefe de gobierno del Distrito Federal López Obrador), Burillo trasladó nuevamente su proyecto a la muy conservadora Guadalajara. Era presidente Vicente Fox, días del empoderamiento de la ultraderecha para jolgorio de la curería y de la gobernanza caciquil de Francisco Ramírez Acuña. Desde entonces, y bajo la recalcitrante férula del arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez (de quien se dice que es gobernador de facto en Jalisco), María Visión radica estudios y antenas en Zapopan, frente a su basílica, y transmite en directo para la metrópoli Zapopan-Guadalajara-Tlaquepaque, derivando al resto del país por vía satelital a través de Sky que, quizá sólo por casualidad, en México pertenece a Televisa.

La ley es clara acerca de que un ministerio religioso se arrogue el derecho de hacer prédicas en los medios masivos de comunicación. El artículo 24 constitucional y su ley reglamentaria no dejan duda al respecto. Las leyes derivadas de la Constitución, que atañen a instancias de gobierno encargadas de supervisar concesiones y contenidos, como la Ley Federal de Radio y Televisión –competencia directa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y por obvia consecuencia de la Comisión Federal de Telecomunicaciones– en su artículo 5to señala que radio y televisión “tienen la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana”. Las constantes intervenciones de la clerecía en ámbitos políticos, su actitud refractaria a la defensa de sectores sociales como los homosexuales, su reticencia a la modernidad en términos de contracepción y varias posiciones y argumentos más que por razón de espacio no es oportuno enumerar, hacen de la Iglesia católica en México un elemento desestabilizador en tanto agente político. Su actuación como emisor mediático no ayuda, por su tradicional intransigencia, a crear armonía social; constantes enfrentamientos con algunos sectores de la política o parte de la prensa son ejemplos bastos de su tozudez. Sus manifestaciones públicas suelen ser de carácter retrógrado.

La Ley Orgánica de la Administración Pública Federal establece claramente las responsabilidades tanto de la Secretaría de Gobernación como de la de Educación Pública en la observancia del laicismo, de modo que se preserve una verdadera libertad de cultos en México, y en cuanto al proselitismo religioso, fenómeno ya cotidiano en un país signado por el fanatismo de buena parte de la feligresía católica, la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, en el párrafo segundo del artículo 16 establece: “Las asociaciones religiosas y los ministros de culto no podrán poseer o administrar, por sí o por interpósita persona, concesiones para la explotación de estaciones de radio, televisión o cualquier tipo de telecomunicación, ni adquirir, poseer o administrar cualquiera de los medios de comunicación masiva. Se excluyen de la presente prohibición las publicaciones impresas...”

¿Son las emisiones de María Visión, si no ilícitas, sí producto de un retorcimiento de la ley y de un doloso aprovechamiento de no pocas charcas y vacíos legales?

(Continuará)