jornada


letraese

Número 167
Jueves 3 de junio
de 2010



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

Miomas: tumores benignos
que conviven con las mujeres

La miomatosis uterina es la causa más frecuente de extirpación de la matriz. Es un padecimiento muy común en mujeres en edad reproductiva, pero sólo en un 25 por ciento de los casos causa síntomas. Aunque no pone en riesgo la vida de la mujer, puede causar dolores intensos, sangrados abundantes o dificultades para la reproducción.

Rocío Sánchez

Existe un  tipo de tumores pélvicos que puede afectar hasta a la mitad de las mujeres, la mayor parte de las veces sin dar síntomas. Los miomas uterinos son tumores benignos que se forman en el tejido muscular de la matriz.

Sus causas no han sido determinadas, pero se ha observado que tienen relación con las hormonas, en especial con un nivel alto de estrógenos. Por ello, los miomas son más frecuentes en mujeres en edad reproductiva y disminuyen después de la menopausia.

Este crecimiento de tejido no es peligroso para las mujeres, pues menos del uno por ciento de los casos de miomas origina un tumor maligno. Sin embargo, puede llegar a causar numerosas molestias e incluso interferir con la reproducción, además de que es la causa más común de histerectomía (extirpación del útero).

Por su localización, los miomas pueden ser submucosos, intramurales o subserosos. De acuerdo a su tipo, los síntomas que pueden provocar son diversos; éstos también dependen del tamaño y la cantidad de tumores.

Los miomas submucosos se localizan en el interior del útero y son los que con mayor frecuencia ocasionan un aumento del sangrado menstrual, así como cólicos. Entre sus consecuencias mayores está la interferencia con la fertilidad, ya que deforman el espacio interior de la matriz lo que impide un embarazo o favorece el aborto espontáneo.

Los miomas intramurales se ubican en las paredes del útero y pueden provocar mensturaciones prolongadas y abundantes, sangrado intermenstrual, dolor durante la menstruación y también afectar la fertilidad.

En el caso de los tumores subserosos, éstos se encuentran en la parte exterior de la matriz. Si crecen demasiado pueden presionar la vejiga provocando incontinencia o infección urinaria. Si comprimen el intestino grueso pueden generar estreñimiento o dolor durante la evacuación.

Se han hecho muy diversos cálculos sobre la frecuencia de la miomatosis, pero una investigación publicada en la revista médica The Lancet, en 2001, estima que de 20 a 40 por ciento de las mujeres en edad reproductiva tiene la enfermedad.

Tratamientos
No todos los miomas ocasionan problemas. Sólo 25 por ciento de los casos son sintomáticos, ya sea con dolor o dificultad para concebir o para llevar a término un embarazo. Sólo en estas condiciones es recomendable seguir un tratamiento. Si no hay molestias, es muy probable que el tamaño y número de los miomas se mantengan o se reduzcan con el tiempo. De hecho, a veces sólo se sabe que existen porque son localizados de manera casual durante un ultrasonido, o en la exploración del vientre que hace el ginecólogo.

La forma de tratar esta afección será distinta en mujeres que ya han tenido los hijos que deseaban y las que aún están por vivir su etapa reproductiva.

Una opción es la miomectomía, consistente en retirar sólo los miomas con una cirugía, la cual puede hacerse a través del abdomen (parecida a una cesárea), o bien, por un procedimiento menos invasivo como la laparoscopía, donde se hacen sólo pequeñas incisiones. La miomectomía se indica cuando la paciente desea embarazarse en el futuro y cuando es menor a 35 años.

Otro tratamiento quirúrgico es la histerectomía. También puede hacerse por una incisión en el abdomen o por laparoscopía. Este procedimiento está indicado cuando la mujer ya no desea tener más hijos, cuando está cerca de la menopausia o si los miomas han crecido muy rápidamente.

Como alternativa no quirúrgica existe un tratamiento hormonal relativamente exitoso que utiliza inhibidores de la producción de estrógenos. Sin embargo, éste suele utilizarse en combinación con la cirugía, pues reduce el tamaño del mioma sólo entre 35 y 65 por ciento, al cabo de tres meses de terapia. Tiene efectos colaterales como bochornos, dolor de cabeza, resequedad vaginal, depresión u osteoporosis; todos ellos se deben a la baja en los estrógenos.

La miomatosis uterina dificulta la vida sexual en los casos en que causa dolor durante las relaciones sexuales.

Es posible que las embarazadas presenten miomas, esto entre 1.4 y 8.6 por ciento de los casos, según datos de una investigación llevada a cabo en el Centro Médico ABC. De esas mujeres, 15 o 20 por ciento comenzarán trabajo de parto en forma prematura y en 10 por ciento de los casos el mioma restringirá el crecimiento uterino. Sin embargo, por lo general no se considera una condición dañina para el producto ni para la madre. Si llega a obstruir la salida del bebé por el canal de parto, debe recurrirse a la cesárea.

S U B I R