Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 30 de mayo de 2010 Num: 795

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

El más corazonado
JORGE VALDÉS DÍAZ-VÉLEZ

¿Qué sería de nosotros sin Miguel?
ÓSCAR DE PABLO

Las voces y el viento
LUIS GARCÍA MONTERO

Perito en lunas
LUIS MARÍA MARINA

Eterna sombra
MIGUEL HERNÁNDEZ

¿Quién lee a Miguel Hernández?
MARTÍN LÓPEZ-VEGA

Dos poemas

Miguel Hernández en sus tres heridas
FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA

Llegó con tres heridas...
MIGUEL HERNÁNDEZ

Miguel Hernández, Joan Manuel Serrat: Serrat Hernández
JOCHY HERRERA

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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Manuel Stephens

La vida en los lagos

Joseph Ratzinger, actual obispo de Roma, condenó una vez más el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo: “Las iniciativas que tienen el objetivo de tutelar los valores esenciales y primarios de la vida, desde su concepción, y de la familia, basada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, ayudan a responder a algunos de los más insidiosos y peligrosos desafíos que hoy se oponen al bien común”, dijo el Papa. Benedicto XVI, quien “obligadamente” perteneció, según algunos, a la Juventud Hitleriana, pero cuyo discurso tiene tonos abiertamente fascistas, ha sido un férreo opositor a todo lo que implique la diversidad y la voluntad de elegir.

El 21 de diciembre de 2009, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó la unión entre homosexuales, así como su derecho a la adopción de niños. En un país católico-romano y gobernado por la derecha desde el “cambio democrático”, las respuestas no se hicieron esperar. La Iglesia católica se opuso tajantemente y se crearon grupos como uno+una=matrimonio, que dice ser  “un movimiento ciudadano sin afiliación religiosa o partidista”, el cual se ha manifestado en “favor de que todo niño o niña tenga derecho a un padre y una madre, a proteger la figura del matrimonio como la unión complementaria entre un hombre y una mujer” y contra la adopción por parte de familias del mismo sexo. ¿Les suena familiar? Las acciones de esta agrupación incluyen la creación de una página en internet y spots en Radio Fórmula y MVS, con miras a reunir más de 35 mil firmas para llevar a la ALDF y buscar la derogación de los matrimonios gay.


Swan Lake

Esta introducción viene al caso, curiosamente, por un ballet: Swan Lake (1995), de Matthew Bourne, repuesto en diciembre pasado (al final de la película Billy Elliot, de Stephen Daldry, 2000, se proyectan unos breves momentos entrepiernas de éste).

El coreógrafo inglés mantiene los motivos principales del ballet: la búsqueda del ideal y del amor, pero reescribe el argumento al ubicarlo alrededor de la mitad del siglo XX, cambiando el género de los cisnes y transformando la historia en la exposición de los vericuetos del deseo homosexual en una sociedad rígida que demanda comportamientos específicos para cada persona.

Swan Lake inicia con el príncipe niño soñando con un cisne. El príncipe, al que pronto observamos como un joven, tiene una madre autoritaria y está perpetuamente bajo vigilancia. El control al que es sometido impide que asuma una identidad propia que le revele individualmente; esto lo conduce a intentar el suicidio ahogándose, con lo cual se dará el encuentro del protagonista con el y los cisnes. Esta experiencia epifánica lo devolverá a la vida, pero trágicamente no encontrará solución a su relación con el mundo y morirá.

Swan Lake es un ballet revolucionario que radicaliza un clásico: juega con la idea de que el amor es (im)posible; es herético en cuanto que el rol Odette-Odile le sea dado a un varón; pone al descubierto el poder actuando sobre las personas, y deja entrever la tragicomedia de la que todos somos partícipes. Este ballet es un hito en la danza; la compañía de Bourne lo ha representado desde su estreno muchas más veces de lo que el Royal Ballet ha hecho con el original a lo largo de setenta años.

¿Por qué no se ha visto en nuestro país? Entre las razones están el desconocimiento y la apatía que muestran las instituciones, en particular festivales como el Cervantino y el de México, hacia la danza.

Vivimos en una sociedad machista –aunque suene a lugar común– y, lo que es lo peor, de machos iletrados: ¿no es una afrenta el encontronazo con que las cosas pueden ser de otra manera? Odette, la reina de los cisnes, y el príncipe Sigfrido pueden o no vivir felizmente después –dependiendo del montaje–, al igual que pasa con el príncipe de Bourne y su cisne. En este sentido, el ballet interpretado por New Adventures, la compañía de Bourne, se vuelve político. Al enfrentarse a una obra como la de Bourne no habría manera de patentizar un estatus de privilegio, pues se estaría legitimando lo que a nivel ideológico es repudiado: lo diferente.

Swan Lake, de Bourne, es de una excepcionalidad, erotismo y exquisitez verdaderamente inigualables. Qué pena que Ratzinger y la gran mayoría de su grey no sean capaces de apreciarlo. Puede que por eso New Adventures y el repertorio de Matthew Bourne sigan siendo satélites lejanos para la vida artística y cultural de nuestro país.