Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 23 de mayo de 2010 Num: 794

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Diálogo en un cuadro de Magritte
JULIETA PIÑA ROMERO

Dos poemas
ANTONIS DEKAVALES

Los hispanistas rumanos
LEANDRO ARELLANO

José y Andrea Revueltas: de tal palo tal astilla
SONIA PEÑA

Rosalía de Castro, gallega universal
RODOLFO ALONSO

Poemas
ROSALÍA DE CASTRO

Arizona, la xenofobia y la ley
FEBRONIO ZATARAIN

Ley de odio
NATALIA ZAMORANO

Migrantes desaparecidos
AGUSTÍN ESCOBAR LEDESMA

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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El sheriff Joe Arpaio del condado de Maricopa da órdenes a aproximadamente 200 inmigrantes ilegales presos en operativos efectuados frecuentemente en lugares de trabajo. Foto: Ross D. Franklin/ AP

Ley de odio

Natalia Zamorano

A pesar de que por tanto tiempo se ha entablado diálogo entre los gobiernos de México y Estados Unidos para hacer realidad la reforma migratoria, lo cierto es que no ha habido un avance en concreto. Sin embargo, el que ambas naciones no se hayan puesto de acuerdo aún o que simplemente le hayan dado prioridad a otros asuntos en sus respectivas agendas, no ha significado que el tema de la reforma esté también en reposo a nivel estatal en Estados Unidos. El punto es que se han venido aprobando reformas dentro de los mismos estados, aunque no  tienen sustento legal para llevarse a cabo, han marcado el comportamiento de las autoridades de ese lugar hacia los inmigrantes, el cual no siempre ha sido el más apropiado.

Pues bien, por fin una de esas iniciativas se convirtió en ley hace apenas unos días: la decisión que el Congreso local de Arizona había tomado con respecto a los inmigrantes, fue ratificada por la firma de la gobernadora de ese estado, la republicana Jan Brewer. Este hecho no hizo más que aumentar las fricciones que se han venido presentando entre un sector de la sociedad y la clase política de  Estados Unidos con respecto a los inmigrantes, especialmente mexicanos.

La ley permitirá que, si así se desea, se pueda acosar no sólo a aquellos que sean inmigrantes, sino a todos aquellos que tengan aspecto de mexicanos aun siendo residentes o estadunidenses, es decir, permitirá que aquellas personas con aspecto “diferente” al estadunidense sean interceptadas y sometidas a un interrogatorio acerca de su estatus legal en ese país y eso es lo menos a lo que podrían ser expuestas. La persecución y discriminación serán más fuertes de lo que habían sido, por lo que la ley podría interpretarse como una ley de discriminación y desprecio, más que de control de la migración.


Activista inmigrante arrestada por policías de Los Ángeles en las acciones de desobediencia civil no violenta,convocadas para protestar por la ley SB1070 de Arizona, recientemente decretada. Foto: Damián Dovarganes/ AP

Y no sería extraño que esto fuera sólo el primer paso y que otros estados aprobaran el mismo tipo de leyes, lo que significaría que un indocumentado no estaría a salvo prácticamente en ningún lugar de Estados Unidos. Además, comenzará a darse la movilización de los inmigrantes dentro de ese país hacia lugares que sí sean seguros, en los cuales la presión por mayores fuentes de empleo será mucho mayor, ocasionando una peor situación de vida para los inmigrantes.

Es así que más que observar un avance en materia de política migratoria entre México y Estados Unidos, vemos solamente que hay una separación más abierta entre ambas naciones, a la vez de que aumentan las violaciones a la integridad y a los derechos humanos y la discriminación por el aspecto físico.

La seguridad nacional se convirtió en un tema fundamental para Estados Unidos luego del ataque del 11 de septiembre de 2001, lo cual sin duda cambió sus prioridades en materia de políticas de gobierno. Pero ese cambio no fue la mayor consecuencia, sino que con el ataque vino la justificación perfecta para acosar a los indocumentados, alegando que cualquiera podría representar un peligro de seguridad. Sin embargo, nunca se trató de cualquiera, pues no a todos los extranjeros se les ha dado el mismo trato, y son los sudamericanos y especialmente los mexicanos los más afectados por el trato discriminatorio y las políticas antiinmigrantes.

El deterioro en la seguridad hacia los inmigrantes en la zona fronteriza se hizo cada vez más grande, pero ahora, con esta aprobación, el deterioro será mayor no sólo ahí sino en todo el país vecino. Y si desde antes las políticas entre ambos países eran asimétricas, lo serán aún más, pues México difícilmente abordará acciones semejantes hacia Estados Unidos, ya que representarían una baja en las ventajas que trae el ser sumiso.


Graffiti callejero en el condado de Maricopa

El costo de que la gobernadora Jan Brewer continúe en su puesto debido a esta ley será muy grande, pues aunque haya conseguido la simpatía del electorado, sólo alentará que los derechos humanos sigan siendo violados, que aumente el racismo, que haya más represión y maltrato policíaco contra los inmigrantes, que empeoren las condiciones de empleo, que haya más separación de familias, entre otras cosas.

Por lo pronto, el gobierno de Barack Obama tendrá que hacer frente a una división cada vez mayor de la sociedad y de los partidos políticos. A la vez, el gobierno de Felipe Calderón tendrá que seguir afrontando el costo social que ha traído la guerra contra el narcotráfico en México, y mientras todo eso ocurre y a pesar de los buenos deseos generalizados, es claro que una ley en favor de los indocumentados que considere una mejora en su situación en todos los aspectos, no pinta ni cercana ni segura.