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Directora General: CARMEN LIRA SAADE Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER Domingo 23 de mayo de 2010 Num: 794 |
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Postales de las guerras que vi por televisión (III Y ÚLTIMA)ASESINATO COLATERAL El video clasificado del ejército estadunidense que la organización Wikileaks.org subió a la web el 5 de abril de 2010, y que presenta la masacre de por lo menos doce personas que no se encontraban realizando actividades hostiles en las calles de un suburbio de Bagdad, fue bautizado Asesinato colateral. Muchos medios tomaron ese nombre como una oportunidad de atacar la credibilidad de Wikileaks, una organización que se ha impuesto el compromiso de “transparencia extrema” para presentar evidencias de crímenes con imparcialidad, sin edición ni comentarios. Entre los documentos que han hecho públicos hay tanto manuales secretos de la Iglesia de cientología como una declaración de impuestos del actor (y célebre insurgente fiscal) Wesley Snipes; correos electrónicos “hackeados” a la ex candidata a la vicepresidencia Sarah Palin, pruebas de lavado de dinero en un banco suizo, listas de websites prohibidos por el gobierno alemán y el famoso documento del Pentágono que propone alternativas para eliminar a Wikileaks, al cual consideran una amenaza para la seguridad nacional. Al añadir ese título no fueron pocos los que aprovecharon la oportunidad para señalar a esa organización como enemiga de EU y, de esa manera, buscar explicaciones retorcidas para justificar la matanza y el total desapego de los militares. Bill Roggio escribe en el derechista Weekly Standard (http://www.weeklystandard.com/blogs/collateral-murder-baghdad-anything?page=2) que seguramente el video fue editado de tal manera que no es posible saber que los hombres en tierra acaban de confrontar a la tropas estadunidenses. Roggio señala que algunos de los hombres estaban armados con ametralladoras “y uno aparentemente tiene un RPG” (lanzagranadas a propulsión). Nadie tenía RPG en ese grupo, y el hecho de que llevaran armas no quiere decir absolutamente nada en un lugar como Irak, donde prácticamente todo el mundo va armado. Los hombres podían haber sido guardias privados, policías fuera de servicio, asesinos o desempleados, eso no podían saberlo quienes dispararon desde el aire contra ellos. La explicación más desternillante es que, como no hay más gente en la calle, eso es prueba suficiente de que una batalla estaba teniendo lugar. No obstante, la aparición de una camioneta que se detiene y sus tripulantes tratan de rescatar a uno de los sobrevivientes del tiroteo, no parece invalidar su deficiente lógica. Cuando esta camioneta es convertida en blanco del helicóptero, Roggio afirma que el ejército no violó las reglas de combate, ya que el vehículo “no estaba marcado apropiadamente como ambulancia ni estaba incluido en la lista de Objetos colaterales protegidos, aunque los hombres que la tripulaban no tuvieran armas” ni intención alguna de hacer daño. Este reportero también justifica que los niños iraquíes heridos no hayan sido enviados a un hospital estadunidense y repite la repugnante frase: “¿Y a quién se le ocurre llevar a sus hijos a una batalla?” Cuando obviamente no había una batalla per se, sino una masacre que ocurrió de improvisto sin planeación previa ni anuncios anticipados. La “liberación” de Irak ha convertido a ese país en un campo de tiro, y quienes tratan de llevar una vida con una apariencia de normalidad corren el riesgo de ser acusados de irresponsabilidad por querer comprar alimentos, ir al trabajo, salir de casa, manejar o cometer la osadía de llevar a sus hijos la escuela.
ESTUPIDEZ, LEGALISMO Y CRIMEN La argumentación de Roggio es simplemente estúpida, pero la verdadera tragedia es la facilidad con que un individuo logra despojarse de su humanidad y reducir una catástrofe humana a formalismos legalistas ambiguos. La gran perversión de la guerra moderna es pretender que se trata de un conflicto aséptico, preciso y legal. Para eso se han creado reglas para entablar combate (rules of engagement), las cuales pretenden dar un matiz de limpieza a una actividad sanguinaria y criminal, como si al proceder de una manera sistemática, rigurosa e impersonal, el asesinato se volviera algo decente. Hoy Wikileaks es visto como otro enemigo del gobierno estadunidense, el cual con Obama avanza vertiginosamente hacia el empleo de los mismos métodos de represión e intimidación a la prensa que usaban los gobiernos de Nixon y de Bush júnior. Pero aún más grave es el hecho de que los medios mismos se conviertan en censores y jueces de lo que es y no es apropiado mostrar al público. ¿Cuándo se decidió que proteger al público de las imágenes ofensivas o “gráficas” era más importante que reportar de manera veraz y detallada las atrocidades de la guerra?. |
