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Toros

Se siente más mexicano que nunca, pero no podrá volver a torear antes de 3 o 4 meses

México, derramé mi sangre en tu tierra, y ahora llevo la de tu pueblo: José Tomás

Frustración en España porque no cumplirá compromisos en las ferias de Barcelona y Madrid

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El Zotoluco, durante la lidia del pasado sábado en Querétaro, donde sostuvo un mano a mano con el francés Sebastián Castella, quien resultó el triunfadorFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de mayo de 2010, p. a45

Lívido, escuálido, con una barba de ocho días, pero optimista y sereno, José Tomás declaró que se siente más mexicano que nunca, pues ahora por sus venas corre, dijo, la sangre del pueblo de México. Sentado en una silla de ruedas, al salir anteayer a mediodía del hospital Miguel Hidalgo de Aguascalientes, donde volvió a nacer, el artista madrileño leyó un breve comunicado para expresar su gratitud a los cientos de aficionados que acudieron a donar sangre, tras la cornada que le asestó un toro de De Santiago, el sábado antepasado en aquella ciudad.

Ante representantes de más de 50 medios informativos arremolinados a las afueras del nosocomio, el torero más importante del mundo alabó a los médicos mexicanos que en el momento clave hicieron lo que debían: abrirle la pierna de un tajo con el bisturí, sin anestesia, para detener la hemorragia, cogiendo y uniendo las dos puntas de la arteria femoral que había cercenado el pitón de Navegante y por donde se le había salido prácticamente ya toda la sangre del cuerpo.

En el párrafo más emotivo de su mensaje, el matador dijo: Soy consciente de que hoy estoy aquí gracias a esas manos tan oportunas que en el ruedo taponaron mi herida, al equipo médico que me atendió con decisión y profesionalidad desde el primer momento, a los doctores Alfredo Ruiz y Juan Carlos Ramírez, porque sin ellos no me hubiera podido agarrar a la vida con la fuerza con que me agarré.

Desde luego, también se refirió a su médico personal, Rogelio Pérez Cano, a sus familiares y amigos, a las autoridades locales y a la virgen de Guadalupe. Y recordó que hace unos días, aquí mismo en Aguascalientes, en un acto de la fundación que presido, decía que en esta tierra me hice torero; aquí recibí mi primera cornada grave. Desde entonces llevo sangre mexicana en mis venas y me siento mexicano de adopción. Este discurso ha sido superado por los últimos acontecimientos.

Leyendo muy despacio, agregó: Ayer, México, derramé toda mi sangre en tu tierra. Ayer recibí la sangre de tu pueblo. No se puede sentir uno más mexicano y más agradecido. Las palabras del torero enviaron un oportuno tapabocas a los comentaristas de prensa que, desde el reino de Juan Carlos I, intentaron desacreditar la labor de los médicos mexicanos, olvidando que la cirugía taurina de nuestro país es la más avanzada del planeta.

No hace muchos años, por una cornada como la que acaba de sufrir José Tomás, murió en una plaza española Paquirri. Sin embargo, mientras aquí sigue ganando adeptos, merced a su estoicismo y a su gratitud con la gente que lo ayudó a salvar la vida, en Europa los empresarios del ramo están furiosos con él. Y los aficionados de por allá, ni se diga.

Todo porque, de acuerdo con los doctores Ruiz y Ramírez, no podrá volver a torear antes de tres o cuatro meses. Por lo tanto, pierde las tres corridas más importantes del verano español: la del 26 de mayo y la del 6 de junio en Madrid, y del 18 de julio en Barcelona.

Los tenedores de derechos de apartado en la capital del reino están que trinan, porque si ya los indignaba el hecho de saber que Enrique Ponce no actuará una sola tarde en San Isidro, ahora, al saber que tampoco verán a Tomás redoblan su frustración, sin detenerse a pensar en que el vacío dejado por ambos será llenado, al menos en grado de tentativa, por Sebastián Castella, que está en su mejor momento, como lo demostró anteayer en Aguascalientes, precisamente, frente a un insólito toro bravo y bien presentado de Bernaldo de Quirós, al que le cortó las dos orejas.