Estados
Ver día anteriorMiércoles 21 de abril de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El ataque ocurrió en campo de golf del condominio Marina Vallarta

Niegan ayuda a joven mutilado por cocodrilo

Funcionarios municipales sólo lo vieron para expresarle solidaridad

Perdió un brazo y estuvo hospitalizado dos semanas por las lesiones

Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de abril de 2010, p. 35

Guadalajara, Jal., 20 de abril. Juan Carlos Mondragón Hernández, de 15 años de edad, sobrevivió al ataque de un cocodrilo la madrugada del 2 de abril en Puerto Vallarta, pero no ha conseguido que los propietarios del condominio Marina Vallarta lo indemnicen, pues fue en su campo de golf donde el animal le arrancó el brazo izquierdo.

Juan Carlos, quien fue a Puerto Vallarta a celebrar su cumpleaños, dice que entre jueves y viernes de Semana Santa, cuando regresaba de la playa a su hotel, decidió salir a la avenida por el campo de golf de Marina Vallarta.

Iba por uno de los pasillos, pero resbalé y me caí muy cerca de una de las lagunas, y de repente algo me jaló al agua. No vi bien, todo fue muy rápido, pero luego se metió debajo del agua y me arrastró. Yo volteaba pero no podía ver nada porque el animal empezó a dar vueltas (sobre su eje). Saqué la cabeza del agua como pude y alcancé a respirar, y entonces me di cuenta que me había mordido y me alcancé a zafar, relata.

Entrevistado en Tlaquepaque, de donde es originario, Juan Carlos agregó: “Empecé a nadar hacia la orilla, pero veía que venía detrás de mí. Entonces encontré un árbol que tenía una rama de la que me pude agarrar y me subí al árbol. Ahí vi por vez primera al animal, bastante grande, debajo de mí. Como pude me transporté por las ramas a riesgo de caerme. Con un brazo me iba moviendo. Para salir del agua tuve que aventarme al agua para la última parte, hasta que por fin salí y llegué hasta una palmera.

Por un momento pensé en dejarme (matar) porque creía que iba a despertar de la pesadilla. La rama en la que me pude alzar y subir al árbol la veo como la mano de Dios, y a esos árboles como el camino de Dios. Era imposible moverse por los árboles con un solo brazo, dice el muchacho, que estudia tercer año de secundaria.

En busca de ayuda llegó a una zona de manglares, trastabillando y cayendo. La luz de un hotel cercano lo guió y se acercó a pedir auxilio, pero llegó a la parte trasera del edificio, lo que dificultó que escucharan sus débiles gritos.

Entonces me di cuenta de que me estaba desangrando a chorros. Me desmayé, tres o cuatro veces perdí el conocimiento. Cuando desperté tenía alucinaciones por la pérdida de sangre, veía tres sombras, entre amigos y familiares, recuerda.

Foto
Ni autoridades ni empresarios responden por los frecuentes ataques de cocodrilos ocurridos recientemente en Jalisco. En la imagen, uno de los cerca de 300 reptiles que habitan en el estero La Manzanilla, municipio de La Huerta. Algunos de estos animales miden más de cuatro metrosFoto Arturo Campos Cedillo / Archivo

“Cuando por fin me oyeron, el vigilante alumbró y vieron que no podían llegar a mí por la malla que dividía el terreno. Un señor se acercó y me dijo que le echara ganas, que no me durmiera. Llamaron a la policía y mientras llegaba se fueron a buscar unas pinzas grandes para romper la malla. Unos 10 minutos después crucé del otro lado. Ahí me empezaron a hacer preguntas, que de dónde era, dónde vivía, los teléfonos. Tardó unos 15 minutos en llegar la ambulancia.

Me subí a la camilla, me hicieron unas preguntas... Cerré los ojos y los abrí en el quirófano unos minutos. Me dijeron que iba a estar bien, y desperté a las siete u ocho de la mañana. Me avisaron que iban a llegar mis papás. Entonces vi que me habían cosido el muñón, unos 10 centímetros abajo del hombro.

El reporte señala además heridas de colmillos en una pierna, cuatro en la espalda y una, que requirió 15 puntadas, en el pecho, muy cerca del esternón. Perdió casi dos litros de sangre.

Fue llevado a un hospital privado del puerto y al día siguiente, cuando llegaron sus padres, lo trasladaron al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puerto Vallarta, donde permaneció hasta el domingo, cuando fue trasladado al Centro Médico de Occidente del IMSS, en Guadalajara. Ahí estuvo casi dos semanas.

Además de la rama que considera la mano de Dios, dice que pudo salvarse debido a su buena condición física. “Mi ilusión era ser luchador –recuerda–. Ya tenía seis meses practicando en un gimnasio de Guadalajara.

De la empresa , ni sus luces

Una vez que Juan Carlos fue dado de alta y llegó a su casa de Tlaquepaque, el alcalde Miguel Castro acudió con él para expresarle solidaridad y ofrecerle apoyo en lo que fuera necesario. Al día siguiente acudieron creo que asesores del presidente municipal de Puerto Vallarta, también para solidarizarse. Sólo palabras.

De la empresa turística dueña del campo de golf nada se ha sabido, por lo que el joven y sus familiares analizan la posibilidad de interponer una denuncia penal.

No pretendo dejarme, echar a perder mi vida, dejar que se me arruine la vida. Voy a dedicarme a ser el mejor en la computadora, dice con entusiasmo, mientras aprende a escribir con la mano derecha. Era zurdo.