Sociedad y Justicia
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La joven y dos mujeres más participaron en el Taller sobre Trata de Personas de la ONU

Para Ivonne, el cuento de hadas se convirtió en infierno de vejaciones

Mantuvo con su victimario noviazgo idílico de tres meses y luego fue obligada a prostituirse

Su captor nunca dejó de decirle que la amaba, incluso cuando fue detenido

Mi libertad tiene cara de policía, dice

 
Periódico La Jornada
Martes 13 de abril de 2010, p. 39

Tres mujeres distintas, un mismo fenómeno criminal. Una especie de esclavitud moderna es el hilo conductor que fue tejiendo sus historias de maltratos sicológicos, abusos sexuales y vejaciones físicas. Estrella, Brenda e Ivonne tienen algo en común: son mexicanas, menores de edad, nacieron en familias pobres y cayeron en las manos de traficantes de personas.

Las tres fueron enamoradas por jóvenes seductores que las cautivaron con cuentos de hadas que nunca habrían de realizarse. Estas adolescentes creyeron en las falsas promesas de sus captores, quienes después de ganarse su confianza las obligaron a prostituirse.

Con el paso de los años y mediante el apoyo de autoridades policiacas, las mujeres recobraron su libertad, pero aún hoy son obligadas a carearse, en algún juzgado de algún reclusorio del país, con quienes fueron sus victimarios y ahora están presos, lo cual les impide superar por completo sus temores.

Así lo narraron las tres, este lunes, ante un auditorio repleto de periodistas, legisladores e integrantes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODIC) y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) en el hotel St. Regis de la ciudad de México.

Ellas, las víctimas, protegidas por una mampara que impidió exponer su físico al público, y previa advertencia de que sus nombres fueron cambiados para resguardar su identidad, se atrevieron a contar su historia.

Estrella, Brenda e Ivonne forman parte de los 20 mil menores de edad mexicanos que cada año son víctimas de la explotación infantil con fines sexuales –una de las modalidades relativas a la trata de personas–, de acuerdo con estadísticas avaladas por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Sus historias también se suman a las estadísticas recabadas por la UNODIC en 2008, una de las cuales permite conocer que los grupos criminales dedicados a este delito obtienen ganancias anuales cercanas a 31.7 millones de dólares.

Ivonne narra que durante tres años fue obligada a prostituirse. Conoció a su victimario en el Distrito Federal, un joven guapo que me enamoró y me enganchó con el típico cuento de hadas.

Después de tres meses de un noviazgo idílico, “llegó una noche a casa y me dijo: ‘estamos mal, no tenemos dinero y necesito que trabajes’”.

Al principio, la joven no pudo prostituirse en algún hotel capitalino, porque era menor de edad. Lo pudo hacer en Guadalajara, Jalisco, después que consiguió una credencial de elector falsificada.

Lo que siguió en su historia fue un infierno en vida: golpes, vejaciones, amenazas, intimidaciones. Hubo decenas de jornadas intensas de sexoservicio que se tradujeron, cada día, en una violación sistemática de sus derechos humanos.

Un día, Ivonne se embarazó y la obligaron a abortar. Vino un segundo embarazo que culminó con una bebé sana, a la que unas semanas después de nacida me la quitaron y me impidieron verla; y así, sin recuperarme aún de la cesárea, me obligaron a trabajar.

La joven no olvida que su captor nunca dejó de decirle que la amaba; incluso se lo repitió un día antes de que la Policía Federal (PF) la liberó, cuando fueron arrestados los integrantes de la banda criminal que la explotó sexualmente.

Mi libertad tiene cara de policía, asegura. Y aunque tiene que seguir viendo en prisión al sujeto que la engañó –durante las audiencias judiciales–, se qué pronto lo sentenciarán y estaré libre por completo.

Las otras dos víctimas se sienten identificadas con Ivonne. Tienen historias paralelas que también hicieron públicas ayer durante el desarrollo del Taller de Actualización en materia de Trata de Personas, dirigido a medios de comunicación.

El más abominable de los delitos

Los expertos sobre el tema también dieron su opinión. Antonio Mazzitelli, representante regional para México, Centroamérica y el Caribe de la UNODIC, refirió que la trata de personas es el tercer negocio ilícito más rentable para los grupos criminales, por debajo del tráfico de drogas y de armas.

El especialista de la ONU llamó a este tipo de crimen trasnacional como el más abominable de los delitos, porque se venden sentimientos, personas, almas.

Kay Freeman, directora adjunta de USAID-México, aseguró que el delito de trata de personas atenta contra la libertad y la dignidad de los seres humanos, dos de los tesoros más grandes de la humanidad.

Refirió que en México existen 25 estados con legislaciones locales que penalizan, en específico, el delito de tráfico de personas, aunque indicó que aún es indispensable armonizar esas leyes a nivel federal e internacional.

En el mundo existen 127 países de origen, 98 de tránsito y 137 de destino de trata de personas, de acuerdo con un informe elaborado por la ONU en 2006.