Espectáculos
Ver día anteriorMiércoles 3 de marzo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La obra iniciará funciones el 12 de marzo en el teatro Libanés; estará sólo 10 semanas

Buenas noches, mamá, dolorosa y reveladora: Rosa María Bianchi

Mi personaje, simplemente una mujer que está pasando por una depresión: Edith González

Los padres ya no descansan, se vuelven viejos y siguen manteniendo a sus hijos: Raúl Araiza

 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de marzo de 2010, p. 8

¿Fracasan los padres cuando los hijos no se van de la casa aun siendo ya mayores de edad? ¿Qué relación sicológica se estrecha entre una madre y una hija que nunca se han separado? ¿Qué secretos guardan al paso de los años que las hacen unas desconocidas a la una como la otra? Éstas son algunas de las interrogantes de la puesta en escena Buenas noches, mamá, escrita por Marsha Norman, que iniciará funciones el próximo 12 de marzo en el teatro Libanés, protagonizada por Rosa María Bianchi y Edith González, bajo la dirección de Raúl Araiza.

Ayer, en conferencia de prensa realizada en el teatro Libanés, los tres expusieron los pormenores de esta puesta en escena. Esta pieza, que ya se montó en México (con Susana Alexander y Carmen Montejo), fue un éxito en Broadway en 1983. Ganó el premio Pulitzer como el mejor drama y también se hizo una versión cinematográfica.

Un gran reto actoral

“Es una pieza seria, comprometida con el quehacer humano y las dificultades de la relación madre-hija, pero que realmente podrían ser madre-hijo. Lo importante en la obra es que nosotros creemos que por convivir con alguien –ya sea el marido, el novio, el hijo, la hija, la mamá o quien sea– sabemos todo de la otra persona, pero resulta que en determinado momento y ante determinadas circunstancias nos damos cuenta de que no conocemos nada. Se trata de un asunto revelador, muy doloroso, porque nos hemos engañado a nosotros mismos durante muchos años.

En este caso la hija tiene casi 40 años, y la madre cree que la conoce, pero no, no sabe lo que ha pasado realmente en la vida de ella. Esta convivencia, de la que nosotros creemos que es sinónimo de comunicación, resulta que no lo es. Cuando descubrimos que lo que le está pasando a la hija es tremendo, entonces es doloroso, porque ya es muy tarde, comentó Rosa María Bianchi.

Expuso que aunque la obra tiene más de 20 años, se mantiene actual. La autora, estadunidense, es muy reconocida. Siempre ha sido difícil de montar y para las actrices implica un reto, así como para el director, porque todo descansa en el tremendo drama que se genera entre la madre y la hija.

Por su lado, Edith González, quien con esta pieza regresa al teatro luego de su paso por Aventurera, subrayó que su personaje no es una solterona, sino “simplemente una mujer que está pasando por un momento de depresión; es una mujer sola, que no ha logrado hallar el sentido de su vida. Yo me iría a un libro al cual siempre me refiero, escrito por Víctor Frankl, titulado El hombre en busca del sentido, que trata sobre cuál es el sentido de la vida; en este caso cuál es el sentido de la vida de esta mujer, en función de sí misma. No tiene nada que ver ni con la pareja ni con la madre, sino que la obra trata sobre la falta de comunicación y la existencia, sobre las preguntas esenciales como seres humanos”.

Foto
Rosa María Bianchi y Edith González generan este intenso drama entre una madre y su hijaFoto Notimex

Abundó: Rosa María apuntaba bien que ésta no es una obra de madre-hija, aunque estemos hablando de ambas. Lo realmente fundamental es que se aborda el tema de la comunicación entre dos seres humanos, pues se está hablando de lo que somos y de lo que valemos, sobre la importancia que le damos a nuestro ser, como seres vivos, como animales pensantes.

Por su parte, Raúl Araiza afirmó que el montaje es una obra fundamental en su carrera teatral. Es una obra seria, de conciencia, sobre problemas sicológicos de los dos personajes, o sea, no es de entretenimiento. Hoy los padres ya no descansan; se vuelven viejos y siguen manteniendo en su casa a los hijos ya de 40 años, que aparte se llevan a vivir ahí a sus parejas. Empiezan entonces a cohabitar. Las vidas no corresponden, pues los hijos nacen, crecen y los educamos los papás para que se vayan, no para que se queden. Se quedan y se van volviendo unos cánceres en la vejez de los padres, quienes en lugar de estar tranquilos les encargan los nietos, porque las nueras o yernos trabajan.

Un refrán afirma que tanto quiere el cuervo a sus hijos que le sacan los ojos, y esto es aplicable a esta obra, en la cual Thelma (Bianchi, la mamá) revela un secreto guardado durante tres décadas a Jessica (Edith, la hija), y ésa es la razón del porqué no la ha dejado ir de su lado. Ella ha padecido epilepsia, pero lo supo sólo 30 años después. Vienen los reclamos, las justificaciones, los errores, el pasado ahora explicable, pero cada vez más doloroso.

La puesta sólo estará en cartelera durante 10 semanas. Edith González dijo que estuvo un año sin actividad actoral. Los papeles se han compenetrado en ambas actrices y hoy bromean aunque no estén actuándolos. Ambas se califican como excelentes actrices y bromean sobre los permisos de que Jessica salga o no de la casa, que en este caso es el teatro.

El teatro Libanés se ubica en Barranca del Muerto, entre Insurgentes y Minerva, esquina con 2 de Abril, colonia Crédito Constructor. Teléfono: 5228-9933 ext. 246 y 274.