Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 28 de febrero de 2010 Num: 782

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Amor indocumentado
FEBRONIO ZATARAIN

Nocturnos
DIMITRIS PAPADITSAS

Pulsos vs. determinaciones
JORGE VARGAS BOHÓRQUEZ

Chile: crónica desde los márgenes accidentados
ROSSANA CASSIGOLI

Escribir con zapatos
ANA GARCÍA BERGUA

Incansables ochenta años
ADRIANA CORTÉS entrevista con MARGO GLANTZ

Teolinca Escobedo: arte y corazón
AMALIA RIVERA

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Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


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Alonso Arreola
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Richard Barbieri, puercoespín japonés

(No, tampoco tiene nada que ver con el Gato Barbieri.) Este músico inglés ganó fama en los ochenta con un grupo atípico del movimiento new wave llamado Japan. Un cuarteto que probó el éxito en forma irregular pero que funcionó como escuela para encomiables e interesantísimas carreras individuales. Liderado por David Sylvian, el conjunto tuvo también al baterista Steve Jansen, al bajista Mick Karn y al tecladista Richard Barbieri. El primero, Sylvian, es un titán del pop más vanguardista, pues si alguien ha encontrado la fórmula para unir la suavidad del sonido new romantic con los avances del jazz neoyorquino, del progresivo inglés y del noise japonés, es él. Mick Karn y Steve Jansen, por su cuenta, no han dejado de girar y grabar juntos o por separado, casi siempre en proyectos de fusión instrumentales que muestran las capacidades técnicas que los distinguieron en Japan, laboratorio de cuatro auténticos virtuosos e inconformistas que soñaron con una “suavidad incómoda”, discurso que reabordaron una vez más en 1991, extinto el conjunto, bajo el nombre de Rain Tree Crow. (Por cierto, otra prueba de este pop alternativo es el mítico álbum de Dalis Car The Waking Hour, que en 1984 combinó el bajo de Karn con la voz de Peter Murphy.)

Por su lado, Richard Barbieri sacó cuatro discos como solista, produjo los de otros colegas y ha seguido activo como miembro de Porcupine Tree, grupo de neoprogresivo británico que recientemente creara una obra nueva: The Incident. Así las cosas, ¿por qué hablar particularmente de Barbieri? Uno: por la nueva visita de Porcupine Tree a México tras su inesperado y rotundo éxito pasado en el Teatro Metropólitan (abril 9 Monterrey, 11 Guadalajara, 13 y 14 DF). Dos: porque corríamos el riesgo de que Jorge Moch –estimadísimo y talentoso colega habitante de la siguiente página– dejara de hablarnos. Tres: porque si bien los líderes de proyecto son fundamentales (Sylvian, Wilson), algunos de quienes los rodean juegan un papel trascendental en el fruto colectivo. Y bueno, hay una cuarta razón: como ya publicamos aquí una entrevista con Steven Wilson a propósito de Porcupine Tree y de su álbum Insurgentes (cuyo documental estuvo en el Festival Ambulante)…, pues mejor hicimos contacto con el señor Barbieri, lo que representa todo un honor. Aquí sus comentarios exclusivos para La Jornada Semanal.

–¿Cómo trabajas con tan diferentes músicos sin perder tu enfoque estético?

–He tocado con muchos artistas en diversos géneros, pero mi aproximación al instrumento no cambia. Creo que tengo una relación extraña con la música. Siendo autodidacta, no conozco las progresiones obvias de los acordes y escalas, así que tiendo a trabajar de una manera más emocional. No soy un músico de sesión, así que sólo soy invitado a tocar con quienes realmente conocen mi estilo. Por ello mis relaciones grupales han sido fructíferas.

–Escuchamos el trabajo de Japan, Rain Tree Crow y Porcupine Tree y pensamos que tu prioridad ha sido tocar buena música en lugar de sobreproducirla...

–El disco de Rain Tree Crow fue muy orgánico. Tuvo un flujo natural porque nos preocupaban mucho las dinámicas. Dejar que respirara, crear espacio fue un aspecto importante en esas grabaciones. La banda Talk Talk logró esa naturalidad en sus dos últimos discos. Hoy, efectivamente, el volumen y el exceso de compresión parecen importarle más a la gente. Sin embargo, el último disco de Porcupine Tree, The Incident, es muy variado en su dinámica y logra un claroscuro sónico que se ha vuelto sello distintivo del grupo.

–¿Qué es lo que más disfrutas de tocar con Porcupine Tree?

–Es gratificante cuando logras llevar los sonidos y melodías de tu cabeza a una grabación. Crear atmósferas y espacio para este grupo es siempre un gran reto. La parte más disfrutable de ser músico tiene que ver con eso, con el intercambio que hay entre mis compañeros y yo en el estudio de grabación.

–¿Qué esperar de sus próximos shows en México?

–El concierto se divide en dos partes. Primero tocamos una pieza de 55 minutos de The Incident y, tras un breve receso, regresamos para una selección de nuestro catálogo. La música del nuevo disco es muy intensa y requiere de mucha concentración nuestra y de la audiencia. La segunda es más relajada y familiar.

–¿Tienes planes para editar más material como solista?

–La disquera quiere relanzar mis álbumes, pero con unas piezas completamente nuevas que fui componiendo paralelamente, y con grabaciones en vivo. Es posible que salgan en 2010. También he comenzado a componer con Steve Hogarth de Marillion, con quien sacaré un disco en el 2011.