Sociedad y Justicia
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Comienza el registro para participar en el examen de acceso a este nivel educativo

Varios jóvenes van por una oportunidad más para poder cursar el bachillerato

En 2006 me asignaron un Conalep de Ecatepec, pero me quedaba muy lejos, dice Miriam

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Registro de aspirantes al examen de ingreso a bachillerato en el Cetis número 5Foto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de febrero de 2010, p. 41

Son jóvenes que no han logrado cursar su bachillerato a pesar de que concluyeron su educación secundaria. Hasta en tres ocasiones han intentado ingresar en una institución pública de educación media superior sin éxito. Tienen entre 16 y 18 años de edad y un largo historial de chambitas mal pagadas.

Laboran como cajeros, recepcionistas, empacadores, vendedores de comida rápida o en negocios familiares. Reconocen que su meta es clara: “estudiar la prepa para que me paguen al menos mil 500 pesos quincenales, porque sin el certificado no te queda más que ir a una fábrica y el salario es muy bajo”.

Al iniciar el proceso de registro para participar en el examen único de ingreso al bachillerato 2010, organizado por la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Superior (Comipems), David, Miriam y Álvaro acudieron al Colegio de Bachilleres número dos, ubicado en la delegación Gustavo A. Madero, para sumarse a los más de 300 mil aspirantes que podrán elegir entre nueve instituciones educativas del Distrito Federal y estado de México que ofrecen 536 opciones académicas en 331 planteles.

A pesar de que cuentan con más experiencia que otros candidatos, afirmaron que “si este año no nos quedamos, buscaremos en la prepa abierta. En la casa se necesita el dinero y todos tenemos que aportar”.

Miriam recuerda que al egresar de secundaria en 2006 presentó su examen, pero me asignaron un lugar en un Conalep de Ecatepec que me quedaba muy lejos y en el turno de la tarde. A mis papás se les hizo pesado pagar tanto camión y no fui.

Ahora tiene 18 años y es la tercera vez que acude para buscar una opción educativa que le permita estudiar y trabajar. Su empleo anterior fue de recepcionista, pero sólo duró una semana. Su hermana Hilda, de 20 años, tuvo que abandonar los estudios y ahora también busca trabajo. Ambas cursaron una carrera técnica, pero reconocieron que no la ejercen porque nunca encontramos chamba.

Rodeados de decenas de vendedores ambulantes y promotores que ofrecen cursos garantizados para aprobar el examen de admisión al bachillerato, por montos que oscilan entre mil 500 y 3 mil 300 pesos, David y Álvaro aseguraron que le echamos ganas pero nunca nos quedamos en las opciones que más nos interesan. Es la segunda vez que acudimos porque siempre nos mandan muy lejos y son escuelas que sólo te ofrecen una formación técnica.

En los dos años que han intentado ingresar al bachillerato han pasado por más de seis empleos en los que trabajamos de todo. Vendimos comida rápida, empacamos en un supermecado y hasta cargamos bultos, porque no hay chamba y lo poco que hay es porque te súperexplotan.

Luis, quien acompañó a su hermano Ángel al proceso de registro, afirmó que a pesar de haber ingresado a la universidad me salí, porque en mi casa necesitábamos el dinero y ahora estoy de cajero, pero te pagan muy mal. Quisiera estudiar otra vez, pero todo depende de que mis papás encuentren un trabajo de nuevo.

Óscar, taxista y padre de Daniel y Julio, afirmó que la falta de espacios educativos para los jóvenes genera mucha frustración en la familia y también en los propios chavos, porque la meta es que estudien.

Afirmó que en los barrios y colonias no hay ninguna opción para ellos, pues si no se quedan en la escuela al menos que hagan algo provechoso, pero no hay ni bibliotecas ni parques seguros. Nosotros vivimos en la colonia Martín Carrera y ahí lo primero que pasa es que se quieren salir a cotorrear con los amigos, y de ahí a fumar y beber. No son malos chicos, pero sin nada que hacer ni cómo estudiar, no saben en qué ocupar el tiempo, concluyó.