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Apoya la actual conformación del Congreso de la Unión

Dia propone una reforma política alejada del bipartidismo que impulsa Calderón
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de febrero de 2010, p. 14

Los grupos parlamentarios de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia en ambas cámaras presentarán hoy su iniciativa de reforma política, la que, a diferencia de la de Felipe Calderón, propone mantener la actual conformación del Congreso, en 500 diputados y 128 senadores, ya que la reducción de integrantes del Poder Legislativo, sin modificar el actual sistema electoral, a la larga abona en el ideal bipartidista que más conviene a las tentaciones autoritarias.

El proyecto de los partidos de izquierda incluye revocar el mandato al presidente, gobernadores y jefe de Gobierno, y agiliza el procedimiento para someter a juicio político a aquellos funcionarios públicos deshonestos, que hayan perdido la confianza de sus electores, mediante un mecanismo sumarísimo que sólo requiere ser votado por una mayoría simple.

Asimismo, modifica el mecanismo para desaforar a servidores públicos, con la finalidad de que aquellos sometidos a procesos judiciales puedan permanecer en sus cargos hasta que se dicte sentencia. Igualmente se fortalece a la Auditoría Superior de la Federación con más facultades, que le permitan realizar todo tipo de investigaciones, además de solicitar órdenes de aprehensión y perseguir ante los tribunales a los funcionarios que cometan delitos patrimoniales.

En la exposición de motivos, los partidos del Diálogo para la Reconstrucción de México (Dia) advierten que la iniciativa de reforma política del presidente Felipe Calderón dista mucho de ser una propuesta integral y democratizadora. Todo lo contrario, resulta limitada, mezquina y construida justo a la medida de un gobierno que no ha sabido o no ha querido utilizar los mecanismos y las herramientas del diálogo.

De hecho, la iniciativa presidencial se dedica a descalificar la pluralidad como expresión de la democracia e imagina un sistema de partidos políticos cerrado, en el que los grandes temas nacionales puedan procesarse rápidamente por la vía de los acuerdos cupulares y las decisiones de espaldas a la nación.