He aquí una obra maestra: If on a winter’s night, el nuevo disco de Sting, que de nacer como un himno al invierno, un hermoso cuento de Navidad, una celebración decembrina, se convirtió en profunda reflexión filosófica, artística, musical, una historia de vida. Debida.

El título nada tiene de casualidad, porque no existen las casualidades. Espejea el nombre de la novela de Italo Calvino Se una notte d’inverno un viaggiatore (Si una noche de invierno un viajero) y de esa manera rebota, revolotea y revira la influencia más honda y que anima el vuelo de este disco espléndido: el majestuoso ciclo de lieder de Schubert, Winterreise (Viaje de invierno), parteaguas de las reflexiones filosóficas posteriores a ese compositor austriaco y al poeta Wilhelm Müller.

En los estantes de novedades discográficas esplende esta maravilla, en medio de la mercadería habitual de cada año, de eso que llaman discos navideños, donde abundan las chafeces pero también los garbanzos de a libra, como el presente. Así que mientras esperamos la llegada del disco de Navidad que preparó el maestro Robert Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan, disfrutemos de la grabación correspondiente del maestro Gordon Matthew Thomas Summer, mejor conocido como Sting.

Si decimos que es un disco de música celta tendremos razón, por igual que si decimos que es un disco de música jazz exquisita, igualmente si decimos que es un disco de música de concierto (Purcell, Schubert, la Sarabanda de la sexta suite para chelo solo de Bach) sublime, de la misma forma si decimos que es un disco prototípico de la etapa de madurez del maestro Sting.

Se rodea de sus músicos queridos, sus compañeros de ruta (Dominic Miller, guitarra del alma), de luminarias (Daniel Hope, Kenny Garrett, Chris Botti, Lisa Fischer, la corista de los Rolling Stones) y conjunta en su chalet nórdico rodeado de nieve a músicos de vario linaje, tarros humeantes de té, mucha nieve, mucho frío, mucho calor del alma e instrumentos tan raros y exquisitos como un snare drum, un arpa celta, un mandonchelo, que es una suerte de sirena: mitad mandolina, mitad violonchelo.

Canciones de cuna, un poema de Robert Louis Stevenson (Navidad en el mar), un Buda en la nieve, el conocimiento innato del humano para reconocer y responder a la magia de los arquetipos polares de luz y oscuridad, calor y frío y el ritmo de las noches y los días y las estaciones. No en balde Sting, que se apellida Summer (Verano), equipara el misterio del invierno, lo que algunos llaman Navidad, al misterio insondable y jubiloso del solsticio de verano.

He aquí un regalo de Navidad del Disquero para sus lectores.

Mucho más que un disco de Navidad, es el desarrollo creativo de un concepto.

Una obra maestra.