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Sanando las heridas, el caso del territorio Sinkyone Valentina Martínez Valdés
Hawk Rosales es el director ejecutivo del Consejo Intertribal Sinkyone para las Tierras Silvestres, una organización sin fines de lucro formada por un consorcio de 10 tribus federalmente reconocidas en el norte de California en Estados Unidos. Su establecimiento representa la lucha para ser reconocidos culturalmente y como habitantes del territorio. El pasado trágico del territorio comenzó desde 1800 cuando las tribus sufrieron persecuciones y masacres. Para la década de los ochenta, el escenario era otro. A partir de esta fecha, los líderes tribales junto con activistas demandaron al estado de California por permitir daños ambientales, incluyendo la destrucción de áreas culturales importantes para las tribus, situación que impulsó la creación del Consejo Intertribal Sinkyone para las Tierras Silvestres. “Nuestra organización creció de esta fase inicial de activismo para abordar la adquisición de algunas de estas tierras, con la finalidad de regresar y revitalizar la tradición cultural del área”, comentó Rosales. El objetivo de crear este consejo era muy claro, proteger y restaurar un área importante dentro de las tierras Sinkyone y que fueron impactadas por las operaciones comerciales madereras durante varios años, comenzando entre 1940 o 1950 hasta principios de 1980. Lo más importante de esta iniciativa es que se caracterizó desde un principio por ser un programa de iniciativa y esfuerzos tribales. “El consejo fue formado por y para los miembros de las tribus de la organización, para el beneficio de las comunidades tribales que son representadas, para la tierra misma y para las futuras generaciones”, continuó.
Mucho del trabajo de este consorcio es tratar de revertir y emprender acciones, hasta donde sea posible, contra el daño y los efectos de la degradación causada por la sobreexplotación maderera. “Cuando los primeros no nativos arribaron a la tierra y comenzaron a extraer recursos de una manera totalmente irrestringida, sufrimos ahora de los impactos y las repercusiones de esa avaricia”, comentó Rosales. Sin embargo, el Consejo Intertribal Sinkyone para las Tierras Silvestres ha sido capaz de ganar varias luchas a través del trabajo colectivo, entre ellas la creación e implementación de un nuevo modelo para la adquisición de tierras. Rosales menciona que la organización fue capaz de adquirir 4 mil acres de territorio ancestral Sinkyone en 1997, una batalla que duró diez años tratando de convencer al estado de California y al público de apoyar esta adquisición. “Es una victoria importante para la gente indígena porque queda muy poco de las tierras tribales. Éste es un nuevo modelo, en el cual las tribus pueden ser propietarios de la tierra al crear un consorcio, y donde el gobierno federal no ejerce control en ningún aspecto del manejo del territorio, ya que es totalmente el consorcio quien decidirá”. La conformación de esta organización también ha permitido crear muchos empleos locales. Rosales declara: “Nosotros hemos contribuido a la economía de la región, en pequeña escala pero de una manera importante al capacitar y contratar a miembros de las tribus para más de 100 puestos para restaurar las tierras”. De manera más breve, Atta P. Stevenson, miembro de la tribu Cahto y miembro de la Junta Directiva del Consejo menciona otros esfuerzos realizados. “El agua, aunque estemos en la tierra, permanece como nuestro principal recurso. Hemos compartido muchas actividades con la gente indígena y hemos iniciado procesos educativos con nuestros socios, ya sean de fundaciones o de empresas privadas; simplemente estamos tratando de difundir la importancia del agua”.
Hawk Rosales, quien asistió al 9º Congreso Mundial de Tierras Silvestres para presentar el trabajo desarrollado por el Consejo Intertribal Sinkyone durante la sesión del Consejo de Tierras Nativas, señaló la importancia de eventos como este, donde se comparten historias de cómo las comunidades tribales pueden ser líderes en el esfuerzo de manejar las tierras silvestres y representar un ejemplo. “En nuestro caso, es un programa comunitario que aborda y contribuye a las necesidades de nuestra gente desde una perspectiva social, espiritual, económica y ambiental”. El hecho es que las comunidades indígenas han mantenido importantes áreas de conocimiento de cómo administrar correctamente la tierra y puede ser una de las respuestas o alternativas a la crisis ambiental. “Para enfrentar el inminente y crítico cambio climático que se presenta, la estrategia debería ser incluir en los esfuerzos serios una asociación con las comunidades indígenas, esto para entender los procesos naturales del mundo, ya que para la gente indígena la idea es que no estamos separados del mundo natural”, aseguró Rosales. ¿Pero cómo sanar los daños, enmendar los perjuicios tanto a la tierra cómo a las personas? Rosales responde: “No podemos poner el pasado atrás, los nativos vemos el tiempo como un continuo, nuestro pasado informa a nuestro presente e informa a nuestro futuro, y esto nos proporciona una identidad de quiénes somos, porque nuestros ancestros están aquí con nosotros y nos guían, y lo seguirán haciendo si somos humildes”. No están tratando de borrar su pasado, ni su historia, por el contrario el territorio Sinkyone trata de acoger sus experiencias y sus mismas enseñanzas para curar sus heridas. “Posiblemente la mejor propuesta para nosotros para sanar, más bien dicho la única manera, es que nuestra gente regrese a la tierra. La tierra es todo lo que necesitamos para sanar. Todo lo que está en la tierra ha sido provisto para nuestra curación. Así nos lo demuestran nuestras enseñanzas. Es sobre cómo poner todo junto otra vez”. Para conocer noticias ya actividades recientes del consejo: http://www.treesfoundation.org/affiliates/specific-22 Teléfono: (707) 468-9500 Correspondencia: P.O. Box 1523 Ukiah, CA 95482. |
