Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 8 de noviembre de 2009 Num: 766

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Los testigos declararon
ORLANDO ORTÍZ

Tres poemas
SARANDOS PAVLEAS

Berlín, ciudad abierta
ESTHER ANDRADI

La calle era una fiesta
YURI GÁRATE

Ossis, Wessis y döner kebab
CUINI AMELIO ORTIZ

La ciudad que más cerca queda de Berlín
LUIS FAYAD

Todo pasaba tan rápido
LUIS PULIDO RITTER

Hombre mirando al este
MARIO VÁZQUEZ

9/XI/1989: Berlín se me hizo cuento
RICARDO BADA

Lo Increible había pasado
TELMA SAVIETTO

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Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

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JORGE MOCH


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Tres poemas

Sarandos Pavleas*

Ruego de mi época

Límpianos, cielo, porque hace veinte años
en Hiroshima y en Nagasaki matamos
a ochenta mil personas.
Límpianos, cielo, porque de nuevo hace veinte
años matamos a ciento sesenta mil
personas en Dresde, en venganza
del ahorcamiento de seis millones de personas
por la demencia criminal de la Alemania nazi.
Perdónanos, cielo, purifícanos.
Sálvanos de la confusión y la Hybris de nuestro tiempo y la paranoia.
Lávanos la mente, el corazón
y renueva nuestros nervios con suave leche de calma.

(1965)
 

El jardín

Igual que del Jardín de los nacimientos las mariposas de la noche
van a las casas iluminadas y después mientras se cierran
las ventanas se quedan detrás del vidrio del día siguiente,
inmóviles, con sus alas abiertas como coloridas velas de barcos petrificados
y se quedan y vuelan detrás de la luz, pero no dentro
de la luz misma la real, hasta que se abre la puerta
o la ventana y se desplazan
al verdadero día, así también nosotros detrás de la luz
nos quedamos y hacia la luz auténtica
con un llamado de alas del cielo nos desplazaremos.
 

Restitución de la verdad

Los muertos nunca vuelven a ser como eran. Puede que
su cuerpo se transforme en viento de la mañana,
en lluvia o en luz de un rayo en nuestra ventana de verano.
Sin embargo nunca regresan. Pero si alguna vez regresaran
son tan infinitos los ciclos de la eternidad y
tan transformable la entelequia, que no habrá
ninguna memoria anterior terrenal suya.
Sólo el alma nada pierde, porque adquiere
mayor cielo claro. Sed optimistas. No morimos
entonces, simplemente cambiamos de recuerdos.

*Véase La Jornada Semanal, núm. 673, 27/I/ 2008. Estos poemas están tomados de La poesía griega. Antología y gramatología, de Aléxandros Argyríou, t. v . Ediciones Sokolis.

Versiones de Francisco Torres Córdova