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El delfín de Fidel Herrera compite con apoyo oficial contra el candidato de Beltrones

Se adelanta la sucesión en Veracruz

Apoyo de diputados del PRI al paquete fiscal deteriora la imagen de Javier Duarte de Ochoa

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Javier Duarte de Ochoa, José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa y son algunos de los aspirantes a la candidatura del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura de Veracruz. El primero ha sido señalado como delfín del gobernador Fidel Herrera BeltránFoto Sergio Hernández Vega
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 26 de octubre de 2009, p. 34

Jalapa, Ver., 25 de octubre. Un aspirante oficial y uno rebelde buscan suceder al gobernador Fidel Herrera Beltrán en 2010, y ya recorren el estado en abierto proselitismo, contra la costumbre de esperar los tiempos.

Aunque la nominación del candidato priísta está prevista para febrero, Héctor Yunes Landa rompió la tradición y en julio pasado exigió equidad, transparencia y legalidad en el proceso de selección, mientras Javier Duarte de Ochoa se mueve con apoyo oficial y despunta en los medios de comunicación locales, aunque lo afectó el voto inicial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en favor del alza de impuestos.

Ex secretario de Finanzas y Planeación del estado, Duarte de Ochoa es el delfín que tuvo todo el apoyo oficial para ganar al panista Carlos Hermosillo la diputación federal por el distrito de Córdoba, tras lo cual irrumpió en los medios con la entrega de obras, anuncios de programas, visitas a municipios y cónclaves con alcaldes y líderes.

Yunes Landa es el rebelde, ligado al senador Manlio Fabio Beltrones y primo del director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Miguel Ángel Yunes Linares, viejo enemigo de Herrera Beltrán que buscaría la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN).

El gobernador maniobró para destituir a Yunes Landa de la coordinación de la bancada priísta y de la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso local. También dispuso un veto mediático en su contra, pero el 8 de julio, cuando entregó ambos cargos, incrementó su popularidad.

Ese día se salió del discurso y gritó en tribuna: ¡Yo quiero ser gobernador! Durante muchos años me he preparado para asumir la más alta responsabilidad política y administrativa, y sé que la madurez para gobernar no puede apresurarse.

En medio del atronador aplauso de cientos de simpatizantes que abarrotaban el salón de sesiones, remató: La juventud debe hacerse acompañar de la experiencia que sólo da el transcurso del tiempo, en alusión al descrédito que cierne Fidel Herrera sobre sus aspiraciones, alegando el impedimento de la edad.

Yunes tiene 51 años e hizo trayectoria como funcionario público, pero no del gobierno de Fidel Herrera. Otros cincuentenarios que aspiran a la candidatura priísta son Reynaldo Escobar Pérez, secretario de Gobierno y ex alcalde de Jalapa, y el secretario de Desarrollo Social y Medio Ambiente, Ranulfo Márquez Hernández, pero ninguno hace campaña abiertamente.

En cambio, los dirigentes y funcionarios que impulsa Herrera Beltrán son la sangre nueva, la renovación generacional preconizada desde 2008, y ocupan altos cargos en el gobierno y el PRI.

El gobernador ha dicho varias veces que su sucesor tendrá menos de 40 años, y en esa descripción, además de Duarte de Ochoa, encajan José Yunes Zorrilla, también diputado federal y ex alcalde de Perote; el ex diputado y ex líder estatal del PRI Adolfo Mota Hernández y el alcalde de Jalapa, David Velasco Chedraui, miembro de una opulenta familia.

Y aunque el delfín se desenvuelve con soltura y los demás no hablan de competir por la candidatura, el respaldo fidelista se ha revertido contra Duarte de Ochoa, quien usa helicópteros oficiales y aviones rentados para recorrer el estado, lo que contraviene la supuesta política de austeridad y le ha generado críticas.

Sí los uso y seguiré haciéndolo porque soy di-pu-ta-do y no hay delito en ello, sostuvo. Mientras, Herrera Beltrán proclamó que todo servidor público que lo justifique también puede usar las aeronaves, aunque no atendió las solicitudes que de inmediato presentaron el senador panista Juan Bueno Torio y varios diputados locales.

Al delfín también le afectó el voto en favor del paquete fiscal, pues antes encabezó a los diputados federales priístas en una caravana que recorrió el estado con la promesa de no elevar impuestos y defender la economía popular. Su buena imagen cambió; los medios hablaron de traición y pérdida de credibilidad, y ahora se dice que habrá un plan B.